El empleo de la vacuna frente a Bordetella pertussis de forma generalizada en la infancia ha significado un importante descenso en la incidencia de tos ferina en niños. Sin embargo, adolescentes y adultos continúan siendo un importante reservorio de la enfermedad y provocan brotes de casos, con importantes complicaciones y necesidad de hospitalización, incluso en unidades de cuidados intensivos (UCI), sobre todo en neonatos y lactantes aún no inmunizados1,2. Entre las complicaciones principales asociadas a la tos ferina en neonatos y lactantes se describen sobreinfecciones por otros virus o bacterias, complicaciones pulmonares, alteraciones neurológicas e incluso pausas respiratorias y el fallecimiento del paciente, entre otras, estando la morbimortalidad inversamente relacionada con la edad1,3. Se describe también la posibilidad de arritmias cardíacas, como en el caso clínico que se presenta.
Se trata de un varón de 35 días de vida, sin antecedentes personales ni familiares reseñables, que ingresó por un cuadro de accesos de tos cianosante con «gallo» inspiratorio, sin fiebre, sin pausas de apnea ni signos de dificultad respiratoria y con el resto de la exploración física normal.
Se realizó un hemograma (23.000 leucocitos/μl con 15.300 linfocitos/μl), proteína C reactiva <0,5mg/dl, procalcitonina 0,1ng/ml, hemocultivo (negativo), test de detección rápido para VRS en aspirado nasofaríngeo (negativo), radiografía de tórax (normal) y PCR para Bordetella pertussis (positiva).
Recibió tratamiento con azitromicina (10mg/kg/día, por vía oral, dosis única diaria, 5 días) y se administró tratamiento profiláctico a sus contactos.
A las pocas horas de su ingreso, sin estar recibiendo fármacos inotrópicos ni betaadrenérgicos, comenzó con episodios de taquicardia (hasta 250 lpm) con QRS estrecho, sin repercusión hemodinámica, que aparecían y desaparecían de forma espontánea o con maniobras vagales. Se trasladó a la UCI, presentando en las primeras 12h 2 episodios de taquicardia mantenida, de hasta 3 min de duración, coincidiendo con pausas respiratorias, por lo que se inició ventilación mecánica no invasiva de alto flujo (tipo Vapotherm®, con flujo máximo 6,5 lpm y FiO2 0,3), que se mantuvo durante 48h.
Durante el ingreso se realizó monitorización ECG-Holter, detectando extrasístoles supraventriculares de alta densidad (9,4% del total de los latidos), más de 900 salvas de taquicardia supraventricular autolimitadas y algunas extrasístoles ventriculares monomorfas aisladas y en parejas, con 30 rachas de taquicardia ventricular no sostenida de hasta 5 latidos. No se detectaron bradicardias (figs. 1 y 2).
Durante los 11 días de ingreso su evolución clínica fue buena, desapareciendo las arritmias de forma espontánea, sin precisar tratamiento. Todos los registros electrocardiográficos y Holter realizados en los controles cardiológicos posteriores han sido normales y, tras 3 años de seguimiento, el paciente no ha vuelto a presentar episodios de arritmias.
A pesar de que se describe la posibilidad de aparición de arritmias cardíacas en lactantes con tos ferina, no hemos encontrado casos descritos, por ello la comunicación de este paciente. Sí se ha publicado algún caso de muerte por fallo cardíaco con fibrilación ventricular4,5. Park et al., en 1983, describieron un caso de un lactante con episodios de taquicardia supraventricular desencadenados tras administración de las dosis de vacuna de la tos ferina6.
Se desconoce el mecanismo exacto por el que se producen estas arritmias. La toxina pertussis se suele considerar el mayor factor de virulencia expresado por Bordetella pertussis, siendo responsable de la mayoría de los síntomas típicos de la tos ferina, aunque su papel exacto en la infección, la enfermedad y la transmisión de la enfermedad aún no está determinado7. Varios estudios en modelos animales mostraron que la administración de toxina pertussis purificada producía taquicardia persistente en ratas8,9. En lactantes, después de la fase de invasión caracterizada por los síntomas rinofaríngeos banales, de duración variable, suele aparecer taquicardia elevada permanente (de unos 200 lpm) no asociada a fiebre ni dolor10.
Se han descrito casos de arritmias cardíacas asociadas a infecciones respiratorias en lactantes por otros agentes infecciosos, como el VRS (hasta el 12,5% de las complicaciones recogidas en algunas series)11,12. En ese caso, parece que el propio virus podría provocar daño a nivel miocárdico (con demostración de presencia del virus en este tejido y aumento de troponina I y T) o a través de un mecanismo inmunológico, alterando de forma transitoria el sistema cardíaco de conducción eléctrica, provocando las arritmias de forma secundaria11. Quizás el mecanismo en el caso de la infección por Bordetella podría ser similar, pero se necesitarían estudios que aclaren este hecho.