Recién nacido a término, con detección en la ecografía de la semana 20 de tumoración coccígea, que se confirma con la realización de una resonancia magnética en la semana 22.
En la sala de partos se aprecia pedículo lumbosacro de 1cm, no vascularizado, filiforme, acabado en una formación ovoidea de consistencia gomosa y color verdoso de 2×1,5cm, que parecía depender de piel, no se apreciaba continuidad hacia planos profundos ni lesiones subyacentes en la zona de unión con la piel (fig. 1).
El primer día de vida, se realiza ecografía lumbosacra, apreciándose cono medular con morfología y altura normal sin signos de médula anclada y sin masas intraespinales. Se procede a ligar con seda 3/0 y se secciona del pedículo lumbosacro sin incidencias, con buena evolución posterior.
El diagnóstico anatomopatológico de la lesión fue de necrosis grasa encapsulada.
No hemos encontrado en la literatura ninguna descripción de un caso similar; frecuentemente los apéndices caudales son hallazgos cutáneos típicos de malformaciones espinales subyacentes tales como espina bífida, teratomas o incluso médula anclada1.
El hallazgo en las ecografías prenatales permite un diagnóstico precoz de dichas malformaciones2.
El hallazgo de cualquier tipo de malformación cutánea lumbar debe llamarnos la atención y obliga a realizar despistaje de posibles malformaciones de la columna vertebral subyacentes3.
En nuestro caso, el paciente presenta un apéndice cutáneo sin enfermedad subyacente, pero se realiza el despistaje de enfermedad lumbar previamente a llevar a cabo cualquier acción quirúrgica sobre el mismo.