Agradecemos la lectura con interés de nuestro artículo publicado recientemente en su revista1 y en el que realizamos un estudio descriptivo de la casuística de nuestro centro con relación a la prevalencia de aneurismas coronarios gigantes en lactantes con enfermedad de Kawasaki (EK).
El Hospital Universitario y Politécnico La Fe, es el centro de referencia de la Comunidad Valenciana para determinadas especialidades pediátricas, teniendo una población diana de casi 5 millones de habitantes y recibiendo no solo los casos más complejos de la comunidad sino también en ocasiones, de poblaciones limítrofes. Así mismo es el único centro de la Comunidad Valenciana y de referencia en cuanto a tratamiento quirúrgico y/o percutáneo de los problemas cardiacos en la infancia.
Dichas estas apreciaciones resulta muy difícil estimar el número de pacientes con diagnóstico de enfermedad de Kawasaki que componen la casuística completa de la cual extraemos la muestra de estos 8 pacientes (a día de hoy podríamos incluir un paciente más que ha sido tratado en nuestro centro y que entraría dentro de la muestra de lactantes con EK y aneurismas coronarios gigantes).
La muestra de pacientes menores de 2 años, como seguro bien saben los autores de la carta, es la población donde más complejo resulta el diagnóstico debido a muchos factores, como son la baja sospecha de la enfermedad en los pacientes de estas edades, la escasa cumplimentación de una mayoría de los criterios clínicos que componen la enfermedad típica y, por tanto, la mayor presentación en este grupo de edad de las formas denominadas atípicas, esto conlleva casi siempre a un retardo en el diagnóstico y, por tanto, en el inicio del tratamiento2. En cuanto a las pautas de actuación en los pacientes de este grupo también adquirimos un aprendizaje y mayor experiencia en los mismos, insistiendo mucho en la lucha por erradicar la actividad inflamatoria en la fase aguda de la enfermedad, por lo que en la actualidad y según las últimas guías clínicas3,4, iniciamos tratamiento de forma agresiva con biterapia antiinflamatoria, gammaglobulinas y corticoides, y ante cualquier signo de sospecha o de persistencia de la misma, usamos fármacos anti-TNF. Así mismo, también insistimos en la correcta anticoagulación de estos pacientes para evitar complicaciones en la fase aguda.
En nuestra serie el seguimiento de los pacientes más complejos, que son más contemporáneos y de menor edad, nos hace ser muy cautos sobre todo en la prevención de complicaciones. Por ahora no hemos precisado realizar tratamiento de revascularización miocárdica en ninguno de nuestros pacientes.
Desconocíamos hasta la fecha la realización de un estudio de estas características en el ámbito nacional y estamos impacientes en poder leer el mismo cuando sea publicado, será interesante saber las especialidades implicadas en la recogida de datos, el tipo de centros que aportan los pacientes y la posibilidad de consulta con centros terciarios con mayor experiencia en el tratamiento de estas enfermedades.