Sr. Editor:
Recientemente, Aguirre et al1 publicaron un artículo relacionado con la retinopatía del prematuro y los posibles efectos secundarios debidos a los repetidos exámenes oftalmológicos utilizados.
Aportaron los casos de 2 recién nacidos prematuros que sufrieron parada cardiorrespiratoria tras la instilación de fenilefrina al 10 % y ciclopentolato al 1 %.
Posteriormente, Herrero et al2 publicaron un artículo con recomendaciones para prevenir los posibles efectos adversos sistémicos debidos a la instilación del colirio y su absorción. Sus medidas preventivas incluyen una concentración mínima efectiva de fármacos (fenilefrina al 2 % y ciclopentolato al 0,5 %), minimizar la absorción de los fármacos por la mucosa nasal (presión sobre el saco lacrimal durante al menos 2 min tras la instilación) y evitar una tercera dosis de colirios.
Según nuestro parecer, son igual de importantes otras dos medidas: la analgesia del niño y una técnica con asepsia adecuada.
En relación con la anestesia, según recientes estudios, se ha demostrado la presencia de dolor y malestar de estos niños durante la exploración y cuyas consecuencias pueden persistir hasta 24 h después3,4. Para minimizar estos efectos se han llevado a cabo estudios para ver qué analgésico es mejor. Ni la administración de sacarosa previa a la exploración5,6, ni la instilación de colirios anestésicos tópicos7 son eficaces para disminuir el estrés que supone esta exploración.
Por este motivo nosotros consideramos razonable el empleo de analgésicos orales habituales o intravenosos en caso de que se disponga de una vía de administración, si bien no se ha llevado a ningún estudio controlado acerca de qué analgésico conviene más.
Igual de importante es llevar a cabo estas exploraciones tan frecuentes en una unidad neonatal con una adecuada asepsia8. Para ello los espéculos y depresores esclerales deberán ser estériles y el oftalmólogo deberá realizar un correcto lavado de manos y/o utilizar guantes de un solo uso a fin de evitar las infecciones nosocomiales.
Estas medidas de analgesia y asepsia, añadidas a las aportadas previamente por Herrero et al2, contribuirán a minimizar las complicaciones secundarias al cribado sistemático de la retinopatía de la prematuridad.