Sr. Editor:
Los enterovirus son una gran familia vírica que infecta preferentemente a la población infantil y que da lugar en la mayoría de ocasiones a procesos totalmente asintomáticos. Sin embargo, en un porcentaje no despreciable de casos los enterovirus son los agentes etiológicos más frecuentes causantes de patologías neurológicas (meningitis aséptica, encefalitis) y neuromusculares (parálisis flácida). Otra patología en la que se muestran participantes es en los síndromes respiratorios y los cuadros febriles de origen o etiología desconocida1,2.
La complejidad taxonómica de los enterovirus hace que sea dificil conocer qué serotipos son los responsables de cada uno de los procesos patológicos, aunque sí se conoce el predominio de los diferentes géneros (Echovirus, Coxsackievirus A y B y Enterovirus) en algunas patologías determinadas1,2.
Los enterovirus están muy distribuidos entre la población humana y el medio ambiente, de modo que progresivamente se van detectando nuevos serotipos con capacidad para infectar al ser humano2. En 2004 se reconoció la capacidad del Enterovirus serotipo 75 para infectar al hombre y, desde entonces, se han descrito muy pocos casos de estas infecciones3. En España sólo se han comunicado 10 casos de infección por enterovirus 754,5 y nos ha parecido oportuno presentar el caso de una niña con un síndrome febril de foco desconocido asociado a la presencia de este nuevo serotipo en el tracto respiratorio.
Niña de un mes y tres semanas de edad que acude a urgencias por presentar fiebre axilar nocturna de 38°C desde hace unas 5h asociada a un estado general de irritabilidad y llanto continuo. Al despertarse estaba somnolienta y decaída. Hace 1 semana había presentado un estado catarral con rinorrea y tos que no había aumentado en los últimos días. No presentaba antecedentes de interés. La exploración mostró un buen estado general sin exantemas ni petequias. No se observaron alteraciones neurológicas ni focalidades significativas. La analítica sanguínea mostró 12.740 leucocitos/μl (el 57,7 % neutrófilos y el 31,6 % linfocitos), 468.000 plaquetas/μl y una hemoglobina de 11,5g/dl. El resto de parámetros fue normal tanto en sangre como en orina.
La niña fue ingresada con el diagnóstico de síndrome febril de origen desconocido y se le tomaron muestras respiratorias (aspirado nasofaríngeo), para la detección rápida del virus respiratorio sincitial (VRS) y gripe y de orina y se realizó una punción lumbar. Ambas detecciones virales fueron negativas y el líquido cefalorraquídeo (LCR) mostró 2.230 eritrocitos/μl, 2 leucocitos/μl, glucosa 50mg/dl y proteínas 0,41g/l. Se administró parecetamol y la fiebre fue normalizándose, de modo que a los 2 días fue dada de alta con un estado afebril.
El urocultivo y el cultivo bacteriano y vírico del LCR fueron negativos; mientras que en el aspirado nasofaríngeo creció a los 3 días un enterovirus6. La cepa fue resembrada y enviada al centro de referencia de enterovirus e identificada mediante analísis genómico (RT-PCR) y filogenético del gen VP1 como enterovirus serotipo 754
Aunque hasta 2004 no se propuso la denominación filogenética del enterovirus 75, los estudios retrospectivos han demostrado que este serotipo ya había circulado previamente de forma esporádica en Asia, Estados Unidos y África desde por lo menos 19744,7. Sin embargo, en los últimos 5 años no se ha descrito este serotipo en Estados Unidos ni el sudeste asiático, lo cual demuestra la escasa incidencia actual del mismo7,8.
Hasta el año 2007 sólo se habían identificado en nuestro país 10 casos demostrados de infección humana por enterovirus 75, todos ellos en población infantil4,5. Añadiendo el presente caso, se puede observar que en 6 pacientes (54,5 %) el aislamiento se realizó en el LCR de pacientes con sintomatología neurológica y en 5 casos (45,5 %), en aspirados nasofaríngeos de pacientes con síndromes febriles y/o respiratorios.
Existen pocos datos sobre la incidencia del serotipo 75 en el conjunto de todos los enterovirus detectados en España, pero Reina-González et al5 han comunicado recientemente que en Granada representa el 2 % de todos los enterovirus tipados entre 1988 y 2006 y en nuestra comunidad, el 2,5 % entre los años 2005 y 2007, aunque con menor número de aislamientos. Se han comunicado casos en Bilbao, Granada, Barcelona, Canarias y ahora Baleares, lo cual parece demostrar que presenta un distribución general por todo el país4,5. Coincidimos en el hecho de que este nuevo serotipo se presenta generalmente en los meses invernales. Nuestro caso se presentó en marzo, y no forma parte, al menos por ahora, de los diferentes brotes epidémicos típicos de los meses cálidos1,9. La no investigación sistemática de la presencia de enterovirus en las muestras respiratorias podría ser la causa de la baja frecuencia de detección de casos por este serotipo.
El aislamiento de un enterovirus en una muestra respiratoria puede ser en ocasiones díficil de valorar clínicamente. En algunos estudios se implica a estos virus de una forma clara en las infecciones respiratorias de las vías altas, presentando una incidencia del 4-27 % según la estación del año y el país del estudio1,2,10,10. Reina et al9 han comunicado que el 33 % de todos los enterovirus aislados en muestras respiratorias correspondían a una infección respiratoria evidente. El resto de aislamientos se repartieron entre los pacientes con sospecha de meningitis linfocitaria y síndromes febriles de etiología o foco desconocido.
En el caso que se presenta, el aislamiento del enterovirus 75 en el aspirado nasofaríngeo podría asociarse al cuadro respiratorio leve que presentó el paciente previo a su ingreso hospitalario, aunque no puede descartarse que su presencia en la faringe tan sólo determinara el desarrollo del clásico síndrome febril del lactante o una posible colonización transitoria. La buena evolución del paciente, sin necesidad de antibióticos, parece indicar la escasa patogenicidad de este serotipo viral, aunque debe recordarse que cerca del 50 % de los casos descritos corresponden a infecciones del sistema nervioso central4,5.
La búsqueda de enterovirus en los pacientes con un síndrome febril de etiología o foco desconocido permite establecer la causa de los mismos en algunos pacientes pediátricos1,9. El aislamiento del virus, más que la detección por amplificación genómica, permitirá su identificación en cuanto a género y posterior serotipado del mismo. Aunque en estos momentos el enterovirus 75 parece ser poco prevalente, deberemos estar atentos a su posible diseminación clonal en aquellas áreas geográficas en las que ya haya sido aislado en muestras clínicas.