El manejo del impacto por la muerte de pacientes pediátricos es un reto crucial para los médicos residentes y pediatras, que enfrentan la repercusión emocional de la muerte precoz y el efecto que esta tiene en las familias. Posibles estrategias para abordar este desafío serían estructurar una formación integral en cuidados paliativos y manejo del duelo desde las etapas iniciales de la formación, promover una cultura institucional que respalde el bienestar emocional de los profesionales de la salud, fomentar el trabajo en equipo interdisciplinario en el manejo del final de vida pediátrico y promover la autocompasión y el autocuidado entre los profesionales de la salud1. Investigaciones anteriores han planteado distintas intervenciones estructuradas para facilitar el procesamiento del impacto de la muerte y el duelo, mejorar los mecanismos de afrontamiento y, en última instancia, fortalecer la resiliencia emocional de los profesionales en entornos clínicos2.
Las «reuniones de duelo», como herramienta para los profesionales de la salud, se basan en principios establecidos de asesoramiento en atención a la muerte y duelo, proporcionando un espacio dedicado para que los participantes expresen, compartan y procesen el duelo consecuencia de su actividad clínica3–5. Con el objetivo de explorar esta herramienta para mejorar el cuidado del profesional pediátrico, tratar el impacto y las consecuencias emocionales de las situaciones de final de vida experimentadas con los niños y sus familias, y abordar problemas y déficits en el manejo de estas, se llevó a cabo este proyecto de intervención.
Se realizó un estudio cualitativo de intervención en un servicio de pediatría de tercer nivel, que cuenta con una Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) y acoge residentes de pediatría. Con la colaboración de un profesional en Salud Mental con experiencia en psicoterapia y duelo, se diseñaron y programaron reuniones estructuradas para profesionales sanitarios, destinadas a abordar la asistencia a la muerte de pacientes pediátricos y el duelo de las familias. Durante estas reuniones, de aproximadamente dos horas de duración, se discutieron aspectos relacionados con habilidades y formas de acompañamiento, utilizando como hilo conductor el mismo relato narrativo con fines didácticos, y centrado en el caso real de la muerte de un paciente desde una perspectiva subjetiva y emocional. En el relato, elaborado por los organizadores, se destacaron aspectos fundamentales sobre el momento de la muerte, el acompañamiento, la gestión de emociones y el autocuidado del profesional, y posteriormente se pusieron en común las opiniones y experiencias de los participantes. Se invitó a participar de forma voluntaria a grupos compuestos por entre cuatro y seis profesionales diferentes en cada reunión, y estas se convocaron mensualmente previa difusión en el Servicio.
Para evaluar el impacto de estas reuniones, se llevó a cabo un análisis de las respuestas a dos encuestas. La primera encuesta se enfocó en la experiencia y conocimientos previos de los participantes en relación con la atención a la muerte, mientras que la segunda encuesta evaluó la formación subjetiva adquirida tras el taller, así como la percepción de la utilidad de estos conocimientos en el ámbito laboral. Estas encuestas se administraron a través de Google Forms®.
Durante el periodo de estudio, entre los años 2018 y 2019, un total de 50 médicos divididos en grupos participaron en al menos una de las nueve reuniones llevadas a cabo. Las características personales y profesionales de los participantes se encuentran en la tabla 1. Un 80% (40) reconocía haber adquirido habilidades para asistir la muerte por imitación de otros profesionales (44% como vía exclusiva de formación) y solo una minoría (10) referían aprendizaje por lectura y estudio. Casi la totalidad de los encuestados (92%) pidieron en la encuesta previa formación específica en duelo, ética, comunicación de malas noticias y manejo de situaciones difíciles.
Características y experiencia previa de los participantes en los talleres
Sexo (varones/mujeres) | 12/38 | |
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Edad mediana años (RIQ) | 25 (23-30) | |
Categoría profesional | MIR Pediatría | 39 |
Especialista Pediatría | 6 | |
MIR Medicina Intensiva | 5 | |
Experiencia previa | <5 años | 48 |
>5 años | 2 | |
Formación específica | Sí | 11 |
No, pero sí relacionada | 12 | |
No | 26 | |
Medio de formación | Imitación, únicamente | 22 |
Imitación y estudio | 7 | |
Imitación y formación específica | 11 | |
Solo estudio o formación específica | 10 |
MIR: médico interno residente; RIQ: rango intercuartílico.
De los 50 participantes, un 80% (40) evaluaron la experiencia y sus conocimientos adquiridos mediante una segunda encuesta. De estos, un 77% (31) afirmaron y demostraron haber adquirido nuevas habilidades y capacidad de acompañamiento; y un 88% mostró un incremento de confianza en su actitud frente a la muerte. Sobre el autocuidado de los profesionales, el 95% valoró los conocimientos impartidos como útiles o muy útiles, destacando aspectos como el trabajo en equipo, la puesta en común de sentimientos y experiencias, y la introspección. La mayoría (92%) consideró adecuados la duración y número de participantes. Todos los participantes que contestaron a la encuesta se mostraron de acuerdo en realizar más sesiones y continuar un plan específico de formación al respecto.
Como aspecto innovador, la estrategia presentada se basa en la aplicación de la narrativa didáctica en la formación médica, que combinada con otros enfoques docentes ha resultado más efectiva que cualquiera de estos por separado6, y que destaca la importancia de la calidad del mensaje y su alineación con la audiencia y los objetivos. Durante la intervención, los médicos participantes demandaron mayor formación en atención a la muerte y habilidades para el afrontamiento de esta. Las reuniones de duelo surgieron como una herramienta útil para intervenir y trabajar estos aspectos, y fueron valoradas muy positivamente por los mismos profesionales que demandan esta formación. Esta y otras estrategias pueden ayudar a prepararlos frente a los desafíos emocionales y profesionales asociados con la muerte, y contribuir a reducir los niveles de burnout entre los médicos residentes y pediatras.
FinanciaciónManuel Gijón Mediavilla recibe financiación para su trabajo a través de una beca-contrato Río Hortega del Instituto de Salud Carlos III, una entidad pública para la promoción de la investigación en salud en España.
Conflicto de interesesNo existe conflicto de intereses por parte de ninguno de los autores en la realización de este trabajo.
Expresamos nuestro agradecimiento a todos los médicos que participaron en las reuniones de duelo y contribuyeron a este trabajo con sus respuestas sobre sus experiencias personales y su autoeficacia.