Varón de 16 años. Antecedente de estancia de 3 semanas en la selva de Panamá —próxima al golfo de Darién—. Inmunizado frente a fiebre amarilla, tifoidea y virus de la hepatitis A. Profilaxis con cloroquina. Presenta lesiones vesiculopustulosas y un absceso infraescapular derecho de 2×3,5cm, duro, caliente, con orificio de entrada y exudado purulento (cultivo estéril). Tras limpieza e introducción de gasa de bordes, se lo envía a su domicilio. Diez horas después surge una larva viva de 1,3cm (figura 1,figura 2,figura 3), identificada como Dermatobia hominis, díptero (mosca) que origina la miasis cutánea forunculosa o forunculoide. El insecto vive en zonas cálidas y húmedas de América Central y de América del Sur con altitud inferior a 1.000m. En su estadio adulto es incapaz de alimentarse y de picar. Durante el vuelo la hembra deposita de unos 15 a 30 huevos en el abdomen de artrópodos (casi siempre hematófagos), hojas de plantas o ropa tendida. Una vez que los huevos alcanzan al huésped, la larva 1 atraviesa la piel sana y de 8 a 16 días se transforma en larva 2 y 3. Esta última migra por el tejido subcutáneo, forma túneles y alcanza un tamaño de 2,5 a 3cm. A las 4 semanas de parasitismo abandona al huésped, cae al suelo donde se entierra a unos 5 o 6cm de profundidad y se metamorfosea en pupa o crisálida —fase en la que permanece entre 20 y 60 días—. Los adultos emergen de las pupas y mueren entre los 8 y 9 días. El ciclo completo tiene una duración de 3 a 5 meses.
Figura 1.
Figura 2.
Figura 3.