Exponemos el caso de una niña de 3 años de edad que consulta por observación de lesiones cutáneas, sin fiebre, prurito ni otros síntomas. En la exploración física destacan lesiones cutáneas polimorfas localizadas en los glúteos, con elementos papulares, vesiculares y pustulosos umbilicados de 3mm de diámetro máximo (figs. 1 y 2). No hay evidencia de lesiones orales, perianales ni genitales. Tampoco adenopatías significativas ni visceromegalias, siendo el resto de la exploración normal. El padre obtuvo confirmación pocas horas antes de infección por virus de la viruela del mono (MPXV). No tiene antecedentes de viajes ni contacto con animales. Se realiza frotis de líquido vesicular de las lesiones, que resulta positivo para MPXV (técnica PCR en tiempo real). Se indica aislamiento de contacto y secreciones respiratorias (aérea y gotas) en el domicilio hasta la curación completa de las lesiones cutáneas (a los 10 días de evolución). No hubo complicaciones ni nuevas lesiones en el seguimiento a 2 meses. Por otro lado, tampoco se detectaron nuevos casos en contactos del centro escolar.
El caso descrito corresponde al primer caso pediátrico notificado de esta infección en España (17 de junio de 2022).
La viruela símica es una zoonosis viral producida por MPXV y se ha convertido en el Orthopoxvirus más importante a nivel mundial1. En la actualidad se han documentado numerosos brotes en diferentes países, habiéndose declarado en España más de 2.000 casos hasta julio de 2022. La gravedad de la infección dependerá de la presencia de comorbilidades y la edad, con un 15% de casos fatales reportados y mayor riesgo en niños pequeños en regiones endémicas del África subsahariana2.
Produce síntomas similares a los observados en pacientes con viruela, aunque clínicamente es menos grave. El principal mecanismo de transmisión en humanos se produce a través de contacto con mamíferos, principalmente roedores o primates de zonas endémicas. También se ha descrito la transmisión de persona a persona a través de gotas respiratorias, por contacto directo con lesiones cutáneas, fluidos corporales o con objetos contaminados utilizados por personas infectadas1. En los brotes actuales, el mecanismo de transmisión mayoritario ha sido el contacto sexual.
La infección por MPXV suele ser una enfermedad leve y autolimitada en 2-4 semanas, precisando únicamente tratamiento sintomático. No obstante, en algunos casos puede desarrollarse una enfermedad grave. Las complicaciones pueden incluir infecciones cutáneas bacterianas secundarias, bronconeumonía, sepsis, encefalitis y queratitis. Están indicadas las medidas de aislamiento de contacto y respiratorio (aéreo y gotas) hasta la completa curación de las lesiones cutáneas. Se han ensayado fármacos antivirales en humanos con infección MPXV, como brincidofovir y tecovirimat, no pudiéndose establecer todavía su indicación3. La inmunoprofilaxis postexposición a MPXV, en forma de inmunoglobulina intravenosa o vacuna antivariólica, no está aprobada en edad pediátrica y su uso debería ser compasivo4. Ante cualquier caso confirmado, se realizará seguimiento de los contactos estrechos, especialmente los sexuales, durante 3 semanas.