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Disponible online el 15 de diciembre de 2025
Trastornos del sueño en niños atendidos en una unidad de cuidados paliativos pediátricos de un hospital terciario
Sleep disorders in children managed in the pediatric palliative care unit of a tertiary hospital
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Lucía Monfort Belenguera,
Autor para correspondencia
lumonbe@gmail.com

Autor para correspondencia.
, Andrés Piolatti Lunab, María Isabel Lázaro Carreñoc, Teresa Cantavella Ponsb, Cristina Villar Veraa
a Neurología Infantil, Hospital Clínico Universitario de Valencia, Valencia, España
b Unidad de Hospital a Domicilio y Cuidados Paliativos Pediátricos, Hospital Clínico Universitario de Valencia, Valencia, España
c Urgencias de Pediatría, Hospital Clínico Universitario de Valencia, Valencia, España
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Tabla 1. Clasificación de la muestra en función de los grupos ACT
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Tabla 2. Variables recogidas en el estudio
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Tabla 3. Resultados de las diferentes secciones del cuestionario SDSC
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Tabla 4. Valores obtenidos con el análisis de la agenda de sueño expresada en porcentajes
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Tabla 5. Comparativo de variables en pacientes con enfermedad neurológica y pacientes con otra enfermedad de base no neurológica
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Tabla 6. Variable de puntuación global de sueño del cuestionario SDSC en pacientes divididos en función de las diferentes variables
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Resumen
Introducción

En cuidados paliativos pediátricos (CPP), un 30% de los pacientes sufre una enfermedad oncológica y el 70% restante enfermedades principalmente neurológicas, metabólicas y genéticas. Los trastornos del sueño afectan al 30% de los niños preescolares sin enfermedad y hasta al 80% de los pacientes neurológicos, por lo que estos problemas van a ser frecuentes en las unidades de CPP. Abordar la calidad del sueño resulta esencial, pues un descanso adecuado mejora la salud emocional y física tanto de los niños como de sus cuidadores, incrementando así su calidad de vida.

Objetivo

Determinar la prevalencia y las características específicas de los problemas de sueño de los pacientes atendidos por la unidad de CPP de un hospital terciario entre marzo y agosto de 2024.

Material y métodos

Estudio cuantitativo, observacional y prospectivo de pacientes en CPP de un hospital terciario. Se realizaron encuestas de sueño validadas en población pediátrica española (BISQ, SDSC y agenda de sueño)

Resultados

Se incluyeron 23 pacientes, el 86,95% con enfermedad neurológica. Los trastornos más frecuentes fueron insomnio crónico y trastornos del ritmo circadiano, con una prevalencia global del 78,26%. Los niveles bajos de ferritina y la necesidad de soporte respiratorio durante el sueño se asociaron con peores puntuaciones en la escala de sueño (SDSC).

Conclusiones

Los trastornos de sueño son muy prevalentes en CPP, pero se necesitan escalas validadas y estudios en poblaciones amplias de CPP, para un mejor diagnóstico y tratamiento, mejorando así la calidad de vida de los pacientes y sus familias.

Palabras clave:
Sueño
Cuidados paliativos pediátricos
Insomnio
Epilepsia
Abstract
Introduction

In pediatric palliative care, 30% of patients suffer from cancer and the remaining 70% suffer mainly from neurologic, metabolic and genetic disorders. Sleep disorders affect 30% of healthy preschool children and up to 80% of neurologic patients, so these problems are likely to be common in PPC units. Addressing sleep quality is essential, as adequate rest improves the emotional and physical health of both children and their caregivers, thereby increasing their quality of life.

Objective

To determine the prevalence and specific characteristics of sleep problems in patients managed by the PPC unit of a tertiary care hospital between March and August 2024.

Material and methods

Quantitative, observational, and prospective study of patients receiving PPC at a tertiary care hospital. Sleep was assessed with instruments validated in the Spanish pediatric population (BISQ, SDSC and sleep diary).

Results

The study included 23 patients, of who 86.95% had neurologic disease. The most common sleep disorders were chronic insomnia and circadian rhythm disorders, with an overall prevalence of 78.26%. Low ferritin levels and the need for respiratory support during sleep were associated with worse scores on the sleep scale (SDSC).

Conclusions

Sleep disorders are highly prevalent in PPC, but validated scales and studies in large PPC samples are needed to improve their diagnosis and treatment and, consequently, the quality of life of patients and their families.

Keywords:
Sleep
Paediatric palliative care
Insomnia
Epilepsy
Resumen gráfico
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Introducción

Los trastornos del sueño se definen como alteraciones en la cantidad, calidad, inicio o mantenimiento del sueño que repercuten de manera significativa en el funcionamiento diurno y en la calidad de vida del paciente y su entorno. En el ámbito pediátrico, su evaluación presenta una elevada complejidad debido a la heterogeneidad de presentaciones clínicas, la dependencia del relato de los cuidadores y la limitada aplicabilidad de métodos diagnósticos objetivos como la polisomnografía o la actigrafía, especialmente en pacientes con enfermedades graves. Esta dificultad se acentúa en el contexto de los cuidados paliativos pediátricos (CPP), donde las prioridades clínicas suelen centrarse en el control del dolor y de otros síntomas graves, relegando el abordaje del sueño pese a su demostrado impacto sobre el bienestar global.

Según datos del Grupo de Trabajo de Cuidados Paliativos para Niños de la Asociación Europea de Cuidados Paliativos (EAPC) la tasa de prevalencia europea estimada para niños y jóvenes que puedan requerir cuidados paliativos es de 35 por cada 10.000 habitantes de entre 0-19 años (15 por cada 10.000 si se excluyen las muertes neonatales). Según la EAPC aproximadamente un 30% padece neoplasias malignas y el 70% restante comprende una combinación de enfermedades diversas, principalmente neurológicas, metabólicas y genéticas1,2.

Los problemas del sueño son frecuentes en esta población, con prevalencias que oscilan entre el 20 y el 80%, siendo el insomnio crónico y las disrupciones del ritmo circadiano los trastornos más descritos3–7. Además de impactar negativamente en la comodidad y el bienestar del niño, estos problemas incrementan la carga física y emocional de las familias y de los cuidadores principales.

Entre las herramientas de cribado disponibles, los diarios o agendas de sueño constituyen un método sencillo y no invasivo para el registro del patrón sueño-vigilia. Su uso es recomendado por la Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos de Sueño en la Infancia y la Adolescencia en Atención Primaria8, dado que los datos obtenidos se correlacionan de forma favorable con los resultados de la actigrafía. Sin embargo, las clasificaciones internacionales, como la International Classification of Sleep Disorders (ICSD-3)9,10, no incluyen categorías específicas adaptadas a la población pediátrica ni a contextos de cuidados paliativos.

En algunos artículos, se habla de escalas utilizadas para para detección de trastornos del sueño en los pacientes incluidos dentro de los programas de seguimiento de CPP, tales como «Cuestionario de sueño para niños con retraso psicomotor severo» (Schlaffragebogen für Kinder mit Neurologischen und Anderen Komplexen Erkrankungen [SNAKE])11 o «Cuestionarios de sueño para Niños y Adolescentes con enfermedad crónica compleja» (Sleep Screening for Children and Adolescents with Complex Chronic Conditions [SCAC])12, pero ninguna dispone, hasta la fecha, de validación en español ni ha sido diseñada específicamente para población pediátrica con necesidades paliativas. Por todo ello, se decidió hacer una descripción de los trastornos de sueño utilizando escalas pediátricas validadas en población sana, como el cuestionario Brief Infant Sleep Quetionnaire (BISQ)13,14 y el cuestionario Sleep disturbance Scale for Children (SDSC)13,15.

Entre los posibles factores fisiopatológicos implicados, se ha estudiado el papel del hierro, esencial para la función del sistema nervioso central y la regulación de neurotransmisores relacionados con el ciclo sueño-vigilia16–18. Su papel como cofactor en la síntesis de dopamina vincula la deficiencia de hierro con la disfunción dopaminérgica, síntomas motores y la interrupción del sueño. En este sentido, la ferritina sérica se plantea como un marcador útil para detectar deficiencias subclínicas con relevancia clínica en la etiología de determinados trastornos del sueño5,6.

A pesar de su relevancia, la literatura científica sobre los trastornos del sueño en pacientes pediátricos con necesidades paliativas continúa siendo limitada7,19,20. Entre las causas destacan la baja prevalencia de esta población, su heterogeneidad diagnóstica, las limitaciones éticas de la investigación en niños con enfermedades de alta complejidad y la dificultad de aplicar medidas objetivas de sueño en este contexto. Adicionalmente, la escasez de recursos especializados y la ausencia de un abordaje multidisciplinar limitan el desarrollo de investigaciones en este ámbito.

En este contexto, el presente trabajo tiene como objetivo determinar, en una unidad de pacientes pediátricos con necesidades paliativas, la prevalencia y las características de los trastornos del sueño, así como analizar factores de riesgo asociados —incluyendo los niveles de ferritina— según la enfermedad del paciente, con el fin de optimizar el manejo clínico y mejorar la calidad de vida de los niños y sus familias.

Material y métodos

Se realizó un estudio observacional y prospectivo en la unidad de CPP de un hospital terciario, donde se atendía tanto a los pacientes en consultas externas (al acudir a otras especialidades médicas) como mediante cuidados domiciliarios, entre marzo y agosto de 2024.

Se incluyeron pacientes menores de 18 años, en seguimiento o de nueva inclusión en la unidad durante el período de estudio. Se excluyeron aquellos con alto riesgo de fallecimiento en menos de 4 semanas desde su ingreso en el programa (para evitar posibles sesgos en las encuestas al estar en final de vida y no querer incomodar a las familias en un momento tan crítico para ellas) o quienes no aceptaron participar.

Material

Para la recolección de datos se emplearon diferentes instrumentos: 1) Una agenda de sueño10, cumplimentada durante 15 días por las familias de los participantes para registrar latencia de sueño, número de despertares nocturnos, distribución del sueño durante el día y la noche, y en mayores de 6 años también se incluyeron horas de exposición a pantallas y actividad física. Recoge solo aspectos cuantitativos.

En este estudio se utilizaron 2 herramientas validadas en población sana como cuestionarios de cribado de trastornos de sueño: 2) BISQ para menores de 2 años 13,14 y el Sleep disturbance Scale for Children (SDSC) para mayores de 2 años13,15. Ambos fueron cumplimentados por las familias de los pacientes.

El BISQ es un cuestionario que permite saber hora de conciliación del sueño, duración del sueño nocturno y diurno, así como, duración de los despertares. Se establecieron 3 criterios para identificar patrones de sueño alterados: más de 3 despertares nocturnos mantenidos, vigilia intrasueño prolongada o sueño menor de 9h en 24h. Aun así, el carácter semicualitativo no permite establecer un diagnóstico. El SDSC es un cuestionario que consta de 26 ítems. Cada pregunta presenta una respuesta tipo Likert de 5 puntos, en el cual se califica la frecuencia de los síntomas desde «nunca» hasta «siempre». Permite identificar la presencia y severidad de trastornos de sueño como insomnio, apneas y terrores nocturnos proporcionando una puntuación global y subescalas específicas. Se considera alterado si la puntuación global es mayor de 3921.

Por parte del profesional médico se recopilaron variables clínicas y sociodemográficas (edad, sexo, diagnóstico), así como datos adicionales: tratamientos farmacológicos actuales y previos para el sueño, uso de ortesis, presencia de reflujo gastroesofágico, soporte respiratorio nocturno, epilepsia y su control, necesidad de dormir acompañado, lugar de descanso, cambios posturales nocturnos, niveles de ferritina, bruxismo y ronquido.

Métodos

Al inicio del estudio se contactó con todas las familias que cumplían los criterios de inclusión y que habían firmado el consentimiento. Las 2 formas de contactar con los pacientes fueron: 1) directamente al realizar la visita programada dentro del seguimiento del paciente en su domicilio o 2) en la cita que tenía programada de control en el servicio dentro del propio hospital o en una visita de consultas externas. A las familias de los pacientes o a los propios pacientes, se les indicó cómo rellenar la agenda de sueño. Esto se debía hacer por la mañana al despertar durante un total de 15 días. Y se les entregaron los diferentes cuestionarios para que contestaran ese mismo día o en su domicilio. Se volvía a contactar con los pacientes a los 15-20 días de la entrega de la agenda de sueño, para recopilar la totalidad de los datos.

Los trastornos del sueño se categorizaron en 3 grupos siguiendo la Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos del Sueño en la Infancia y Adolescencia8: 1) dificultades para iniciar el sueño, 2) episodios anormales nocturnos y 3) somnolencia diurna. Esta clasificación se eligió ante la falta de una sección pediátrica específica en la ICSD-39.

Las variables que se analizaron fueron edad, sexo, diagnóstico principal, tratamientos farmacológicos, necesidad de soporte respiratorio, epilepsia, niveles de ferritina, así como latencia de inicio de sueño, despertares nocturnos y duración del sueño.

Para el análisis estadístico, se empleó Epidat 4.0. Las variables categóricas se analizaron con pruebas de Chi-cuadrado o prueba exacta de Fisher, y las continuas mediante mediana, desviación estándar y prueba no paramétrica de Mann-Whitney, debido a la distribución no normal de los datos.

Resultados

Durante el periodo comprendido entre el 1 de marzo y el 31 de agosto de 2024, de los 42 pacientes atendidos, 31 cumplieron los criterios de inclusión. Finalmente, participaron en el estudio 23 pacientes tras firmar el consentimiento informado, mientras que 8 rechazaron su participación.

De los pacientes incluidos, un 86,95% (n=20) presentaban enfermedades neurológicas, metabólicas o genéticas como diagnóstico de base. La muestra estuvo compuesta por 7 niñas (30,4%) y 16 niños (69,6%), con edades comprendidas entre los 13 meses y los 16 años (media: 90,21 meses; mediana: 57 meses). Los pacientes se categorizaron según la clasificación de la Association for Children's Palliative Care modificada por Martino R22 (tabla 1). Las variables estudiadas se muestran en la tabla 2.

Tabla 1.

Clasificación de la muestra en función de los grupos ACT

Grupo ACT  Subgrupo    N.° de pacientes  Porcentaje 
Condición limitante para la vida en la que un tratamiento curativo es posible, pero puede fallar  8,8 
  Situación amenazante para la vida de forma aguda en paciente previamente sano   
  Condiciones en las cuales hay una fase prolongada de tratamientos intensivos que pueden prolongar la vida y permiten actividades normales del niño, pero la muerte prematura es posible  13 
Condiciones progresivas sin posibilidad de tratamiento curativo, en el que el tratamiento es exclusivamente paliativo (evolución en años)  13 
  Condiciones progresivas sin posibilidad de tratamiento curativo, en el que el tratamiento es exclusivamente paliativo (evolución en meses)   
  Condiciones no progresivas con alteraciones neurológicas severas las cuales pueden causar más susceptibilidad a complicaciones del estado de salud  15  65,2 

ACT: Association for Children's Palliative Care.

Tabla 2.

Variables recogidas en el estudio

  n=23 
Epilepsia  65,22% (n=15) 
Tratamiento antiepiléptico en el momento del estudio  8 Levetiracetam (LEV) (5 en monoterapia)5 Ácido valproico (VPA)5 Oxcarbacepina (OXC)4 Zonisamida (ZNS)3 Perampanel (PER) (1 en monoterapia)2 Lacosamida (LAC)1 Clobazam (CLB)1 Vigabatrina (VGB)1 Clonazepam (CLZ)1 Dieta cetogénica 
Epilepsia controlada  60% (n=9) 
Portador de ortesis  52,17% (n=12)100% (n=12/12)66,67% (n=8/12) 
En caso de sí (ortesis):¿durante el día?   
En caso de sí (ortesis):¿durante la noche?   
Reflujo gastroesofágico (RGE)  39,13% (n=9) 
En caso de sí (RGE):¿lleva tratamiento?  100% (n=9) 
¿qué tratamiento lleva para el RGE?  9 Omeprazol 
Soporte respiratorio durante el sueño  47,83% (n=11) 
En caso de sí soporte respiratorio:¿qué soporte lleva? (BIPAP/CPAP/O2...)  54,54% CPAP (n=6/11)36,36% BIPAP (n=4/11)9,1% Traqueostomía conectada a ventilador (n=1/11) 
Polisomnografía  39,13% (n=9) 
Estreñimiento  52,17% (n=12) 
Medicación para dormir en alguna ocasión  47,83% (n=11) 
En caso de haber tomado alguna medicación para dormir:¿qué medicación?  DiazepamClonidinaGabapentinaMelatonina de liberación inmediata (Melamil®)Melatonina con triptófano (Melamil TRF®)Melatonina de liberación prolongada (Slenyto®)ClonazepamCloracepato dipotásico 
Necesidad de estar acompañado para conciliar el sueño  60,86% (n=14) 
Ronca durante el sueño  26,1% (n=6) 
Bruxismo durante el sueño  26,1% (n=6) 
¿Dónde duerme el niño/a?  Cuna  Cama 
  34,78% (n=8)  65,22% (n=15) 
  Habitación con los padres/hermanos  Solo 
  82,6% (n=19)  17,4% (n=4) 

RGE: reflujo gastroesofágico.

Respondieron al cuestionario BISQ 4 pacientes y al cuestionario SDSC 19 pacientes. La incidencia global de alteraciones del sueño fue del 78,26% (n=18/23), según los resultados combinados de ambos cuestionarios.

En el grupo evaluado con el BISQ, el 100% dormía en la habitación de sus padres y el 75% en decúbito supino. La mitad de los pacientes dormían menos de 6h por la noche, con siestas diurnas de 2-3h. Asimismo, el 50% presentaba más de 3-4 despertares nocturnos prolongados, con dificultades para reanudar el sueño de hasta 1,5h. Todos se acostaban después de las 21:30h, y en el 75% la latencia de inicio del sueño superaba los 30min.

En el grupo evaluado con el SDSC, la puntuación total osciló entre 26 y 70 (media: 49,39), siendo considerada patológica (≥39) en el 84,2% de los casos (n=16). El área más afectada fue la de dificultades para conciliar el sueño (tabla 3).

Tabla 3.

Resultados de las diferentes secciones del cuestionario SDSC

  Dificultades para dormirseEventos anormales durante la nocheSe duerme durante el día 
  Inicio y mantenimiento del sueño  Alteraciones del tránsito sueño/vigilia  Desórdenes del arousal  Problemas respiratorios  Somnolencia excesiva 
Normal  34,78%  43,48%  91,3%  60,87%  78,26% 
Alterado  65,22%  56,52%  8.70%  39,13%  21,74% 

SDC: scores on the sleep scale.

Los números se corresponden al porcentaje de la muestra que tiene cada uno de los trastornos del sueño normal y alterado.

Los datos extraídos de la agenda de sueño pediátrica se obtienen contestando a cada una de las preguntas que hay establecidas para su análisis y que en caso de que se conteste de manera afirmativa a determinadas cuestiones o de forma negativa a otras, es un indicativo de que precisa una mayor investigación porque puede haber un trastorno de sueño subyacente. Los resultados se exponen en la tabla 4 y Anexo 1.

Tabla 4.

Valores obtenidos con el análisis de la agenda de sueño expresada en porcentajes

    Sí 
Latencia sueño >30min (30%/días)  21,74% 
Regularidad inicio sueño nocturno (+70%/días)  95,65% 
Regularidad inicio sueño siestas (+70%/días)  91,30% 
Regularidad despertar matinal (+70%/días)  91,30% 
Regularidad despertar siestas (+70%/días)  95,65% 
Siestas posteriores a las 17:30 (+30%/días)  0% 
Presencia de +3 despertares/día + 3 días/semana  34,78% 
Vigilia intrasueño de al menos 60m (30%/días)  43,48% 
Horas de sueño: >p97 o p<3 para su edad  17,39% 
  Interpretación:   
  Una respuesta positiva en 1, 6, 7, 8, 9: requiere investigación/tratamiento  73,91% (17/23) 
  Una respuesta negativa en 2, 3, 4, 5: requiere investigación/tratamiento  13,04% (3/23) 
  Ausencia de necesidad de investigación/tratamiento  26,08% (6/23) 

Para el análisis de los datos se compararon las variables de los pacientes con diagnósticos neurológicos (englobando enfermedades tanto genéticas como metabólicas), frente a aquellos con otras etiologías (tabla 5).

Tabla 5.

Comparativo de variables en pacientes con enfermedad neurológica y pacientes con otra enfermedad de base no neurológica

n=23  Neurológicos(n=20)  No neurológicos(n=3)  p valor 
Edad (meses)  Media 92,2 (DE 74,34)Mediana 55,5P25 31,25P75 180  Media 77 (DE 60,01)Mediana 68P25 22P75 141  0,719 
Sexo % (n)
Varón  70 (14)  66,67 (2)  0,707 
Mujer  30 (6)  33,33 (1)   
Valores de ferritina (ng/ml)  Media 50,2 (DE 44,25)Mediana 31,5P25 25,5P75 62,75  Media 155,6 (DE 98,65)Mediana 162P25 54P72 251  0,045 
Global de puntosSDSC (alterado sí puntuaciónglobal ≥39)  Media 50,6 (DE 11,618)Mediana 51P25 43,25P75 58  Media 41,33 (DE 6,097)Mediana 44P25 36P75 44  0,120 
Inicio y mantenimiento del sueño  Media 16,353 (DE 0,707)Mediana 18P25 11,5P75 20  Media 14,5 (DE 4,86)Mediana 14,5P25 14P75 15  0,549 
Desórdenes del arousal  Media 3,471 (DE 0,717)Mediana 3P25 3P75 4  Media 3 (DE 0)Mediana 3P25 3P75 3  0,331 
Problemas respiratorios(pacientes con tto para procesos respiratorios o con necesidad desoporte respiratorio durante eldía o la noche)  Media 6,235 (DE 2,705)Mediana 6P25 4P75 8,5  Media 3,5 (DE 0,707)Mediana 3,5P25 3P75 4  0,123 
Latencia inicio de sueño >30min %  20 (4)  33,33 (1)  0,602 
Puntuación global agenda de sueño (necesidad de investigación)  75 (15)  66,67 (2)  0,759 

DE: desviación estándar; P: percentil; SDC: scores on the sleep scale; tto: tratamiento.

De las variables analizadas, solo se objetivaron diferencias estadísticamente significativas en los valores de ferritina, p=0,045. Encontrándose valores de ferritina más elevados en los pacientes sin enfermedad neurológica, genética o metabólica.

Se relacionaron las diferentes variables recogidas con la puntuación global obtenida en el cuestionario de sueño de SDSC (tabla 6). Se encontraron diferencias estadísticamente significativas en los pacientes portadores de soporte respiratorio (p 0.012) y en los que habían recibido tratamiento farmacológico para diferentes trastornos de sueño (p 0.007), obteniendo en estos 2 grupos peores puntuaciones en el cuestionario SDSC. El 82,59% de la muestra presentaba algún trastorno de sueño, encontrando 2 o más trastornos en un 56,5%.

Tabla 6.

Variable de puntuación global de sueño del cuestionario SDSC en pacientes divididos en función de las diferentes variables

n=23  Epilépticos (n=15)  No epilépticos (n=8)  p valor 
Global de puntosSDSCa  Media 52,067 (DE 11,38)Mediana 52P25 43P75 65  Media 44,375 (DE 10,07)Mediana 44P25 38P75 51  0,137 
  Portadores de ortesis (n=12)  No portadores de ortesis (n=11)  p valor 
Global de puntosSDSCa  Media 52,083 (DE 13,601)Mediana 52,5P25 42P75 65  Media 46,455 (DE 7,84)Mediana 44P25 43P75 51  0,116 
  Sí RGE (n=19)  No RGE (n=14)  p valor 
Global de puntosSDSCa  Media 50,889(DE 13,606)Mediana 52,5P25 42,5P75 61  Media 48,429 (DE 10,067)Mediana 44,5P25 42P75 53  0,283 
  Sí soporte respiratorio durante el sueño (n=11)  No soporte respiratorio (n=12)  p valor 
Global de puntosSDSCa  Media 55,091 (DE 12,888)Mediana 53P25 51P75 67  Media 44,167 (DE 6,645)Mediana 44P25 38,25P75 50,5  0,012 
  Sí medicación para el sueño (n=11)  No medicación para el sueño (n=12)  p valor 
Global de puntosSDSCa  Media 55,636 (DE 11,509)Mediana 55P25 45P75 67  Media 43,667 (DE 7,889)Mediana 44P25 38,25P75 51  0,007 

RGE: reflujo gastroesofágico; SDC: scores on the sleep scale.

a

SDSC: alterado si puntuación global ≥39.

Discusión

Las unidades de CPP son aquellas especializadas en ofrecer atención integral, individualizada y continuada a niños con enfermedades crónicas complejas o sin expectativas razonables de curación. A diferencia de las unidades de cuidados paliativos de adultos, donde predominan los pacientes oncológicos, en las CPP la mayoría de los pacientes presentan enfermedades neurológicas graves, de origen genético o metabólico, que requieren un enfoque multidisciplinar2,23,24. Esta diferencia en el perfil de los pacientes atendidos tiene implicaciones clínicas relevantes, especialmente en lo referente a la aparición de trastornos del sueño25–27.

Para evaluar el sueño en esta población, se utilizaron 3 herramientas: la agenda de sueño, los cuestionarios SDSC y BISQ10. Aunque no existen escalas específicas validadas para pacientes en CPP, estas herramientas permitieron detectar patrones comunes de alteración del sueño, como insomnio de conciliación, despertares frecuentes y disminución del tiempo total de sueño. La agenda de sueño, en particular, se reveló como una herramienta de gran utilidad clínica, tanto para ayudar al diagnóstico como para generar conciencia sobre hábitos erróneos en los cuidadores y profesionales. Además, permitió identificar el mejor momento del día para la administración de fármacos para conseguir un sueño más reparador.

Las variables que se recogieron se eligieron por su relación con el sueño. En diferentes artículos científicos se hace referencia a la relación bidireccional entre sueño y epilepsia28-30; así como la relación entre los trastornos respiratorios del sueño con la adecuada calidad del mismo y la repercusión de un buen descanso sobre la hiperactividad y la conducta durante el día31,32.

En el estudio sí encontramos que los problemas de sueño son más frecuentes en pacientes pediátricos con enfermedad neurológica compleja. Diversos estudios previos han documentado una elevada prevalencia de estos trastornos en los pacientes con enfermedades neurológicas, con porcentajes que varían entre el 20 y el 80% según el tipo de enfermedad, pero poca es la literatura donde se habla de los trastornos de sueño en pacientes con necesidades paliativas.

En la muestra analizada, se evidenció una alta frecuencia de insomnio, tanto de inicio como de mantenimiento, así como una reducción del tiempo total de sueño en pacientes con afectación neurológica severa. Se demostró en la muestra, al igual que lo publicado en la literatura, que el insomnio crónico es el trastorno de sueño más frecuente en esta población8,33,34. Además, se observó una asociación significativa entre el uso de sistemas de soporte respiratorio (como CPAP o BIPAP) y una peor puntuación en los cuestionarios de sueño. Aunque estos dispositivos mejoran el patrón respiratorio y la oxigenación durante el sueño, los pacientes y sus familias los perciben como complejos, lo cual repercute negativamente en la calidad subjetiva del descanso. Este fenómeno resalta la necesidad de balancear los beneficios clínicos de estas intervenciones con la experiencia cotidiana del paciente y su familia.

Otra observación importante fue que los pacientes con mayores alteraciones del sueño también recibían un mayor número de tratamientos farmacológicos dirigidos a mejorar su descanso. Las terapias utilizadas incluyeron melatonina de liberación inmediata, melatonina con triptófano, benzodiacepinas y en algunos casos específicos, gabapentina y clonidina. La gabapentina demostró ser útil en el tratamiento de síntomas asociados, como el síndrome de piernas inquietas y la hiperalgesia visceral, lo cual derivó en una mejora secundaria de los despertares nocturnos. En el caso de la clonidina, su uso se inició por hipertensión arterial de origen central, pero su efecto positivo sobre el sueño motivó su mantenimiento, revelando así posibles beneficios terapéuticos adicionales.

En cuanto a la ferritina, se encontraron niveles significativamente más bajos en los pacientes neurológicos, lo que es consistente con publicaciones en pediatría que relacionan valores inferiores a 50ng/ml con una mayor incidencia de trastornos del sueño como el síndrome de piernas inquietas y movimientos periódicos durante el sueño16-18. Estos hallazgos apoyan la consideración de la ferritina como biomarcador rutinario en la evaluación del sueño en pacientes pediátricos con necesidades paliativas, permitiendo detectar deficiencias subclínicas de hierro que podrían beneficiarse de suplementación, aunque se requieren estudios con muestras más amplias para confirmar esta relación, dado que en este estudio los pacientes con ferritina más alta eran pacientes con diagnóstico en la esfera gastrointestinal (gastrosquisis neonatal intervenida, enfermedad de Hirchsprung extensa con necesidad de cirugías múltiples y un paciente con enteropatía congénita en penacho (mutación del gen EPCAM [c.491+1G>A] en homocigosis, patogénica) todos ellos suplementados con hierro oral en el momento del estudio; no obstante, los hallazgos comparativos están limitados por el escaso número de pacientes sin enfermedad de base neurológica que participaron en nuestro estudio.

Por último, este estudio se alinea con el consenso publicado en julio 2024 en la revista Sleep Medicine, el cual destaca el carácter multifactorial de los trastornos del sueño en población CPP y la alta frecuencia de coexistencia de múltiples alteraciones en un mismo paciente35. Coincidiendo con el consenso, se refuerza la recomendación de abordar los problemas de sueño desde la higiene del sueño como primera medida, antes de recaídas a tratamientos farmacológicos. También señala la necesidad urgente de desarrollar escalas de evaluación del sueño validadas específicamente para esta población, dada su complejidad y particularidades.

El estudio presenta varias limitaciones que deben ser consideradas. En primer lugar, el reducido tamaño muestral condiciona la potencia estadística y limita la extrapolación de los resultados. Otra de las limitaciones importantes del estudio es la no inclusión de pacientes oncológicos debido a la falta de casos durante el período de recogida de datos. Sin embargo, la literatura científica describe también una elevada prevalencia de problemas de sueño en esta población, tanto en las fases avanzadas de la enfermedad como en los primeros años posteriores a la curación. Esta ausencia de pacientes oncológicos durante el periodo de recogida impide valorar la prevalencia de trastornos del sueño en este grupo, a pesar de su reconocida vulnerabilidad. La falta de herramientas específicas validadas en español para evaluar el sueño en niños con enfermedades crónicas complejas obligó al uso de escalas diseñadas para población pediátrica general, lo que podría afectar la sensibilidad diagnóstica. La heterogeneidad clínica de los pacientes incluidos y la falta de instrumentos específicos validadas para CPP obligaron al uso de escalas diseñadas para población pediátrica, lo que puede haber afectado la sensibilidad diagnóstica. Estos aspectos deben considerarse al interpretar los resultados.

En conclusión, los resultados del estudio refuerzan la evidencia de que los trastornos del sueño en niños atendidos en CPP son frecuentes, complejos y multifactoriales. El abordaje diagnóstico debe ser sistemático, utilizando herramientas como la agenda de sueño y cuestionarios adaptados, y el tratamiento debe iniciarse con medidas de higiene del sueño, reservando la farmacoterapia para casos seleccionados. De forma práctica, se propone incluir la determinación rutinaria de ferritina en la evaluación de estos pacientes, como posible biomarcador asociado a alteraciones del sueño y factor de riesgo modificable. Futuras investigaciones multicéntricas, con mayor tamaño muestral y la inclusión de población oncológica, serán esenciales para confirmar estos hallazgos y avanzar en la optimización del manejo clínico, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de los niños y sus familias.

Financiación

Este proyecto no ha recibido financiación.

Conflicto de intereses

Se confirma que ninguno de los autores tiene ningún conflicto de intereses.

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