Niño varón de siete años con prurito del cuero cabelludo de reciente aparición tras volver de un campamento de verano. La madre traía la almohada del niño, manchada con múltiples hemorragias puntiformes (fig. 1). Estos hallazgos y la clínica relatada orientaron el diagnóstico de Pediculosis capitis. La exploración minuciosa del cabello de este paciente y el estudio del cabello mediante peinado con el pelo mojado demostró tanto la presencia de liendres eclosionadas como liendres con parásitos vivos en su interior; el diagnóstico de infestación activa se estableció al observar los parásitos adulto, como se ve en esta imagen de microscopia óptica (fig. 2).
La Pediculosis capitis (piojos) es la infestación más frecuente en la edad pediátrica. En países industrializados, presenta una prevalencia del 1–3% en niños de 6 a 12 años. El diagnóstico definitivo de pediculosis activa se establece al observar parásitos adultos en el cuero cabelludo, con la exploración clínica directa o bien mediante el peinado con el pelo mojado y posterior estudio microscópico de los parásitos. Apoyan el diagnóstico de Pediculosis capitis la existencia de algunos signos indirectos, como las liendres adheridas al pelo a menos de 2cm de la raíz, con larvas vivas en su interior, o la presencia de pequeñas heridas en el cuero cabelludo, con frecuencia impetiginizadas, y que pueden manchar la ropa o la almohada en forma de hemorragias puntiformes, como en el caso que presentamos.