El proceso de vacunación mundial contra la COVID-19ha seguido las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, priorizando en un primer momento al personal de salud, adultos mayores y personas con comorbilidades de salud. En un segundo momento, el proceso se amplió a la población general hasta llegar a los más jóvenes y niños pequeños. Si bien se ha señalado la importancia de garantizar la distribución y el acceso equitativo de las vacunas a nivel mundial, los problemas relativos a la confianza, la seguridad y la eficacia de las vacunas COVID-19 parecen complejizar el adecuado proceso de inmunización global. No solo se registraron importantes dudas y rechazos hacia las vacunas COVID-19 en la población general, sino también en las intenciones de los padres a la hora de vacunar a sus hijos.
Ahora que ha llegado el momento de decidir sobre la vacunación de la población menor a 12 años, las opiniones se encuentran divididas en la sociedad. Frente a estas divergencias de opiniones, diversas sociedades de Pediatría han comenzado a sentar posición frente a la vacunación contra la COVID-19, manifestándose públicamente a través de diversos comunicados. En la tabla 1 se resumen las principales posiciones y recomendaciones sobre el proceso de vacunación pediátrica COVID-19 de 6sociedades científicas. Cabe mencionar que los documentos se difundieron entre diciembre del 2021 y febrero del 2022, de acuerdo con las evidencias disponibles al momento de cada publicación1-6 (tabla 1).
Principales recomendaciones de las sociedades de pediatría frente a la vacunación infantil contra la COVID-19
Sociedades/recomendaciones |
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Asociación Europea de Pediatría1 |
Recomienda la vacunación contra la COVID-19 en niños (5-11 años) y adolescentes (12-17 años), para permitirles el pleno ejercicio de todas las actividades indispensables para su desarrollo y bienestar |
Aunque el debate sobre la vacunación de menores de 17 años se encuentra abierto en Europa, igualmente se considera importante vacunar a esta población |
Se han demostrado altos estándares de calidad, seguridad y eficacia de las vacunas para adolescentes y niños |
Es importante asegurarse de que todos los niños en edad escolar estén protegidos contra la infección por COVID-19 |
Los casos ocasionales de miocarditis asociados con la vacunación contra la COVID-19 son predominantemente leves |
El riesgo de complicaciones por infección por SARS-CoV-2 en la población pediátrica avala la vacunación contra la COVID-19 |
La vacunación contra la COVID-19 en niños de 5 a 11 años tendrá un impacto importante en la reducción de la carga de la COVID-19 |
Academia Americana de Pediatría2 |
Recomienda vacunación frente a la COVID-19 para niños y adolescentes mayores de 5 años sin contraindicaciones |
Las vacunas son seguras y eficaces para proteger a las personas y las poblaciones contra las enfermedades infecciosas |
Las nuevas vacunas se evalúan mediante procesos rigurosos y transparentes, y son debidamente evaluadas y autorizadas por organismos competentes |
Niños con infección o enfermedad previa por SARS-CoV-2 deben recibir vacuna contra la COVID-19 según pautas de los CDC |
Apoya la administración conjunta de las vacunas de rutina y vacunas contra la COVID-19 en niños y adolescentes |
Se alienta a los pediatras a promover la vacunación a través de acciones proactivas, ya que los mismo tiene un papel fundamental a la hora de disipar las barreras de acceso y abordar los temores que circulan en sus comunidades |
Asociación de Pediatría de Israel3 |
Recomienda la vacunación infantil contra la COVID-19 a partir de los 5 años |
Aunque la morbilidad y la mortalidad por COVID-19 son bajas en los niños, el riesgo de enfermar gravemente no debe subestimarse, incluso entre niños previamente sanos |
Se considera fundamental la administración de programas de vacunación completos en todos los grupos de edad, incluidos niños y adolescentes, como protección ante nuevas variantes emergentes |
Los niños vacunados ayudan a reducir la transmisión de la COVID-19 |
Los beneficios de la prevención de la enfermedad de COVID-19 a través de la vacunación superan los posibles riesgos de la vacunación |
Se han identificado efectos a largo plazo de los síntomas por la COVID-19, aunque la información no es totalmente concluyente |
La vacunación infantil contra la COVID-19 protege contra los efectos directos agudos y a largo plazo de la enfermedad de la COVID-19, y potencialmente contra la hospitalización |
Se ha documentado que los efectos adversos posteriores a la vacunación son mínimos y transitorios |
El desarrollo de anafilaxia o miocarditis después de la vacunación debe servir como contraindicación para dosis adicionales de la vacuna |
Se debe realizar un programa integral de seguimiento de la seguridad de las vacunas |
Asociación Española de Pediatría4 |
Se recomienda la vacunación infantil a partir de los 5 años, con 2dosis separadas por 8semanas, y de 3o 4semanas en los de 12 o más años de edad, según la vacuna utilizada |
Se puede administrar con otras vacunas simultáneamente el mismo día o de forma diferida |
Si bien la incidencia de la enfermedad es leve en los niños, no deben descartarse complicaciones |
Los efectos secundarios son limitados, en la mayoría de los casos son reacciones locales |
A pesar de los posibles efectos adversos, el beneficio es mucho más favorable que los riesgos |
Sociedad Canadiense de Pediatría5 |
Se recomienda la vacunación infantil a partir de los 5 años |
Se prefiere la vacuna Pfizer antes que la vacuna Moderna |
Se debe incluir el consentimiento informado y una explicación de los posibles efectos secundarios |
Los niños y los adolescentes inmunocompetentes deben recibir 2dosis con un intervalo de 8 semanas |
Para niños mayores de 5 años con compromiso inmunológico moderado a grave, se recomienda una serie primaria de 3dosis, con intervalos de 4 a 8 semanas |
Niños y adolescentes con antecedentes de infección confirmada por SARS-CoV-2, debe administrarse 2dosis de la vacuna contra la COVID-19 |
Para niños con antecedentes de síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C), la vacunación o revacunación debe posponerse hasta al menos 90 días después de que la recuperación clínica sea completa |
Las vacunas frente a la COVID-19 pueden administrarse simultáneamente con otras vacunas, aunque es preferible distanciarlas por un periodo de 14 días |
Se recomienda que los padres busquen atención médica inmediata si los niños presentan dolor torácico agudo, dificultad para respirar o palpitaciones después de recibir la vacuna contra la COVID-19 |
Los profesionales sanitarios deben estar preparados para abordar las inquietudes y temores de padres, adolescentes y niños |
Se debe garantizar el acceso equitativo los servicios y la información, y minimizar las desigualdades en la disponibilidad y acceso |
Academia de Pediatría de la India6 |
Ampliar el programa de vacunación contra la COVID-19 entre los niños de 2 y 18 años, priorizando a los niños con condiciones de riesgo ante la enfermedad |
Se ha demostrado que las vacunas frente a la COVID-19 reducen la infección y, por tanto, disminuyen la transmisión del virus |
El objetivo de lograr la inmunidad colectiva no podrá lograrse sin contar con los niños vacunados |
Se ha documentado que los riesgos potenciales de vacunación de los niños fueron leves y se resolvieron espontáneamente |
Los pediatras cuentan con la infraestructura y los conocimientos necesarios para afrontar el proceso de vacunación; la relación con los niños y sus padres brinda un marco tranquilizador para abordar el proceso y disminuir la vacilación y el rechazo hacia la vacuna |
La vacunación escolar es la forma más rápida de lograr la máxima cobertura de inmunización, aunque deben proporcionarse otras alternativas para que los padres puedan optar |
Se debe contar con personal médico capacitado y centros de derivación especializados para atender eventuales urgencias |
Se puede administrar la vacuna contra la COVID-19 simultáneamente o con intervalo con otras vacunas infantiles programadas |
Se deben establecer mecanismos de monitorización de los efectos adversos en las poblaciones de niños |
La vacunación puede postergarse en aquellos niños que presenten enfermedades agudas al momento de la vacunación, aunque debe retomarse luego de la recuperación clínica |
Las inmunodeficiencias debidas a enfermedades o medicamentos no son contraindicaciones para vacunar a los niños contra la COVID-19 |
Se deben realizar estudios sobre la duración de la protección y eficacia de las vacunas frente a las nuevas variantes, para poder recomendar dosis de refuerzo en el futuro |
El gobierno debe priorizar la investigación de vacunas contra la COVID-19 más seguras y efectivas para los niños |
Se alienta a utilizar los recursos de manera eficiente y equitativa, y analizar la administración de las vacunas en función de la población vulnerable |
Las principales sociedades científicas y profesionales de Pediatría de diversos países se han manifestado positivamente acerca del proceso de vacunación infantil frente a la COVID-19. La mayoría de las sociedades han recomendado la vacunación de los niños entre los 5 y 11 años, salvo la Academia de Pediatría de la India que establece la inmunización entre los 2 y 18 años. Si bien todavía hay muchas vacunas pediátricas en fases experimentales, un conjunto ya ha sido autorizado para su aplicación en niños pequeños, y se espera que otras se aprueben con el tiempo. No obstante, existe un consenso generalizado respecto a que la vacunación de los niños más pequeños contribuirá a brindarles una adecuada protección frente a la enfermedad, al mismo tiempo, reducirá la transmisión del virus, evitando consecuencias mayores sobre de la salud de sus familias y la comunidad.
Esta información de consenso no solo debe servir para llevar tranquilidad a la población general y los padres frente a los temores lógicos sobre la vacunación pediátrica, sino, además, debe constituirse en una herramienta para los profesionales sanitarios, y entre ellos, especialmente los pediatras, pero también para comunicadores sociales, divulgadores científicos, organizaciones sociales, educadores, gestores y políticos a cargo de las campañas de vacunación. El abordaje estratégico del proceso de vacunación infantil debe conducirnos a mejorar la confianza pública en las vacunas contra la COVID-19 y también a mejorar el rendimiento de la vacunación de rutina contra otras enfermedades, que se han visto retrasadas durante de la pandemia. El pronunciamiento de apoyo a la vacunación infantil por parte de las sociedades de pediatría desempeña un papel clave en la confianza pública hacia la inmunización frente a la COVID-19.
FinanciaciónNo se declara fuente de financiación.