En los monográficos publicados por diversos autores1,2 sobre la historia de las Gota de Leche no se incluye información referente a la Gota de Leche de Santiago de Compostela. Teniendo en cuenta la importancia de la ciudad como una de las grandes cunas médicas y universitarias de España, procedemos a divulgar los resultados de nuestra investigación, llevada a cabo a partir del análisis de prensa y de los fondos del Archivo Histórico Universitario de Santiago (AHUS).
A Santiago, la Gota de Leche llegó con mucho retraso, en comparación con otras ciudades de similares características, aunque la idea de su implantación se barajó desde tempranamente3. La falta de propuestas serias y de compromiso por parte de las instituciones, al priorizar otros proyectos, motivó que se tardara más de 2 décadas en conseguir su instalación. Finalmente, la Gota de Leche se puso en funcionamiento con cargo al Ayuntamiento, con un presupuesto de 20.000 pesetas.
Inició su andadura el 18 de abril de 1927, bajo la dirección del Prof. Dr. Gumersindo Sánchez Guisande y la colaboración del Dr. Julio Fernández Hernández. Posteriormente, por la institución pasaron Ramón Cobián Otero, Felipe Lorenzo Ruza y José María Méndez-Benegassi. También contaba con la matrona Mª. Josefa Ferro Bendaña.
El Instituto Municipal de Puericultura estaba dividido en 2 secciones. Un Consultorio de Niños de Pecho, en donde se realizaban tareas de asesoramiento a madres y nodrizas, vigilancia semanal de los niños lactantes y selección de casos que pasaban a la Gota de Leche, donde se suministraban los biberones bajo tres categorías: gratuitos e ilimitados para los pobres, a razón de 10 céntimos para obreros y empleados, y a 15 céntimos para las clases pudientes.
Se realizaban también consultas prenatales, desde el sexto mes de gestación; asistencia a partos a domicilio; visitas a puérperas y recién nacidos; reconocimientos de niños; análisis de leche y de orina; curas; administración de inyectables; uso de rayos X, y tratamientos con luz ultravioleta.
La partida presupuestaria destinada al sostenimiento de la institución fue aumentando, en función de los beneficiosos resultados que reportaba a la población4, lo que propició mejoras en las instalaciones y en la dotación tecnológica, que alcanzó niveles muy aceptables para la época.
El punto de mayor actividad de la institución fue en 1947-1948, con alrededor de 1.700 niños asistidos (fig. 1). A partir de ahí, su actividad fue decreciendo paulatinamente. La cifra mensual de biberones suministrados llegó a alcanzar (mayo de 1931) casi los 19.000 (fig. 2). Desde 1970 solo se atendió a niños alimentados de forma artificial y en 1978 se suspendió el suministro de biberones. Del mismo modo que fue tardía su implantación, también lo fue su retirada, en 1980.
Más allá de cifras, el Dr. Ruza Tarrío, hijo del médico de la institución Dr. Lorenzo Ruza, destaca la gran labor humanitaria que se realizaba en la institución y la atención a los problemas sociales con gran dedicación y entusiasmo de los profesionales.