Varón de 10 años, previamente sano, que debuta con un cuadro de tos no productiva y dolor torácico de un mes de evolución. Con la sospecha diagnóstica de neumonía atípica es tratado con claritromicina durante 10 días sin mejoría. Se le realiza una radiografía (fig. 1) donde se le diagnostica de neumonía complicada con empiema. Lo derivan a nuestro hospital para tratamiento y drenaje del empiema.
A su llegada, a la auscultación se aprecia una disminución del murmullo vesicular en hemitórax izquierdo y ruidos hidroaéreos dispersos. Tras revisar las imágenes, se realiza una ecografía y tomografía axial computarizada (figs. 2 y 3) observándose parte del intestino delgado y colon izquierdo intratorácicos. El diafragma izquierdo no se visualiza. El diagnóstico es compatible con una hernia diafragmática.
Es intervenido mediante toracoscopia 48h más tarde de forma exitosa. El paciente fue dado de alta al 5.° día del postoperatorio. Actualmente, se encuentra asintomático.
La incidencia de la hernia diafragmática es de uno por cada 3.000 recién nacidos vivos, su diagnóstico tardío ocurre en el 5-15% de las mismas1. Parece que la herniación del contenido abdominal ocurre posnatalmente a través de un defecto congénito anterior. Si no existe un antecedente traumático importante es improbable la existencia de una hernia diafragmática adquirida2. En el 43% de las ocasiones, la sintomatología es respiratoria como en nuestro caso, en un 33% gastrointestinal. El defecto es más frecuentemente izquierdo3.Es importante considerar esta enfermedad pues su detección tardía aumenta la morbimortalidad de estos pacientes1–3.