Existe evidencia de la alta incidencia de alteraciones neurológicas en pacientes con cardiopatía congénita (CC). No obstante, en España, las estrategias de neuromonitorización perioperatorias, así como los protocolos de seguimiento, no están estandarizadas.
ObjetivoEl objetivo de este estudio es describir las prácticas clínicas actuales en cuanto a neuromonitorización, neuroimagen y seguimiento del neurodesarrollo en pacientes con CC en los hospitales españoles que realizan cirugía cardíaca pediátrica (CCP).
Material y métodoSe diseñó una encuesta adaptando un cuestionario previamente desarrollado por The European Association Brain and Congenital Heart Disease Consortium, en la que se exploraron aspectos relacionados con la neuromonitorización pericirugía, las técnicas de neuroimagen y el seguimiento neurológico. La encuesta se envió a los 19 hospitales españoles con programa de CCP.
ResultadosDe los hospitales contactados, se obtuvo respuesta de 17. El 88% de los centros realizan algún tipo de neuroimagen precirugía y un 81% poscirugía. La ecografía transfontanelar es la técnica más utilizada. El 56% de los centros utilizan alguna estrategia de neuromonitorización intraquirúrgica, siendo la espectroscopia de infrarrojo cercano la más utilizada. Solo el 19% de los centros disponen de un protocolo de seguimiento para estos pacientes y el 13% están en proceso de planificación.
ConclusionesExiste una gran heterogeneidad en las prácticas de neuromonitorización, neuroimagen y seguimiento neurológico para pacientes con CC en los centros españoles con CCP. Estos hallazgos subrayan la necesidad de avanzar hacia un consenso que permita estandarizar las estrategias de neuromonitorización y seguimiento neurológico en niños afectos de CC en España.
There is evidence of the high incidence of neurological abnormalities in patients with congenital heart disease (CHD). Despite this, perioperative neuromonitoring strategies and long-term followup protocols are not standardized in Spain.
ObjectiveThe aim of our study was to describe current clinical practice in neuromonitoring, neuroimaging and neurodevelopmental followup in patients with CHD in Spanish hospitals that perform paediatric cardiac surgery (PCS).
Material and methodWe conducted a survey by adapting a questionnaire originally developed by the European Association Brain and Congenital Heart Disease Consortium to collect data on aspects such as the implementation of perioperative neuromonitoring and the type of neuroimaging techniques and neurological followup performed. The questionnaire was distributed to the 19 Spanish hospitals that perform PCS.
ResultsWe received responses from 17 centres. Eighty-eight percent performed some type of preoperative neuroimaging and 81% postoperative monitoring. The most widely used technique was transfontanellar sonography. Fifty-six percent of the centres used some form of intraoperative neuromonitoring, most frequently near-infrared spectroscopy. Nineteen percent had an established protocol for the followup of these patients and 13% were in the process of developing it.
ConclusionsThere is considerable heterogeneity in neuromonitoring, neuroimaging and neurologic followup practices in the management of patients with CHD in hospitals that perform PCS in Spain. These findings highlight the need to pursue a consensus in order to standardise neuromonitoring and neurologic followup strategies in children with CHD in Spain.
La cardiopatía congénita (CC) afecta aproximadamente 1 de cada 100 recién nacidos (RN). En España, anualmente nacen cerca de 4.000 RN con CC, de los cuales un 25% requiere cirugía el primer año de vida1. Los avances quirúrgicos y en manejo perioperatorio han mejorado las tasas de supervivencia, permitiendo que alrededor del 85% alcance la edad adulta. No obstante, esta mayor supervivencia ha evidenciado una alta prevalencia de alteraciones en el neurodesarrollo2–5.
Desde la etapa fetal, los pacientes con CC muestran diferencias en el desarrollo cerebral6. Un 30% de los RN con CC presentan lesiones de la sustancia blanca (LSB), similares a las observadas en prematuros7. Los fetos con CC severas tienen cerebros más inmaduros, lo que incrementa el riesgo de complicaciones neurológicas tras la cirugía o la inestabilidad hemodinámica perioperatoria8. Adicionalmente, estas complicaciones neurológicas perioperatorias condicionan una mayor estancia hospitalaria y aumentan el riesgo de alteraciones de neuroconductuales y de aprendizaje8–12.
A pesar de que algunos países han implementado guías para el seguimiento neurológico de esta población13, en Europa un no existe un consenso14 y en España el seguimiento es heterogéneo.
Con el objetivo de tener una visión global sobre las prácticas actuales, se ha realizado un cuestionario en los centros españoles de cirugía cardíaca pediátrica (CCP), recopilando información sobre neuromonitorización, neuroimagen y protocolos de seguimiento neurológico.
MétodosSe diseñó un cuestionario adaptado del elaborado por el grupo de trabajo europeo, The European Association Brain and Congenital Heart Disease Consortium14, y se distribuyó a todos los centros españoles con programa de CCP. La recopilación de datos se realizó a través de la plataforma REDCap (https://www.project-redcap.org/). El cuestionario fue enviado en noviembre de 2023, y las respuestas se recogieron hasta enero de 2024 (material adicional).
ResultadosInformación generalEl cuestionario se envió a los 19 centros españoles con programa de CCP, de los cuales 17 respondieron (fig. 1).
En 2023, se realizaron un total de 1.781 CCP entre los 17 centros, de las cuales 360 fueron en RN. Un 57,7% se realizaron con circulación extracorpórea (CEC). La distribución de los centros según el número de cirugías realizadas se muestra en la figura 2.
NeuroimagenLa tabla 1 presenta los resultados obtenidos sobre el uso técnicas de neuroimagen (ecografía cerebral [EC], tomografía computarizada [TC] y/o resonancia magnética [RM]), para evaluar el sistema nervioso central antes y después de la CCP.
La utilización de la neuroimagen como herramienta para evaluar el sistema nervioso central, antes y después de la cirugía
Antes de la cirugía | Después de la cirugía | ||
---|---|---|---|
Realiza neuroimagen | Sí | 14 (87%) | 13 (81%) |
No | 2 (12%) | 3 (18%) | |
Todos los pacientes | 4 (25%) | 8 (50%) | |
Sólo neonatos | 10 (63%) | 5 (31%) | |
Sólo pediátricos | 0 (0%) | 0 (0%) | |
Tipo de neuroimagen | Ecografía transfontanelar (ET) | 16 (100%) | 13 (81%) |
Resonancia magnética (RM) cerebral | 2 (13%) | 9 (56%) | |
Tomografía computarizada (TC) | 1 (6%) | 4 (25%) | |
Ninguno | 0 (0%) | 3 (18%) |
Previo a la CCP, el 63% de los centros realizan una evaluación neurológica estructurada (ENE) en RN (p. ej., HINE). En el 40% de los centros, se realiza de forma rutinaria, mientras que en el 50% solo si hay preocupación clínica. El 10% restante la realiza como parte de un protocolo de investigación.
En los centros que realizan la ENE antes de la cirugía (63%), esta también se repite en el postoperatorio: el 30% de forma rutinaria, el 60% solo ante preocupación clínica y el 10% como parte de un protocolo de investigación.
NeuromonitorizaciónEl 56% de los centros encuestados emplean neuromonitorización en el periodo preoperatorio, utilizándose en todos los centros espectroscopia de infrarrojo cercano (NIRS) para medir la saturación regional de oxígeno cerebral (SrcO2). Un 22% utiliza electroencefalograma convencional (EEG) y el 11% emplea electroencefalograma integrado por amplitud (aEEG) (fig. 3).
Durante la CCP, todos los centros utilizan neuromonitorización. El 94% utiliza NIRS y un 6% adicionalmente aEEG. El 81% emplea el índice biespectral mientras que ningún centro utiliza EEG convencional (fig. 3).
En el postoperatorio inmediato, el 94% de los centros utilizan neuromonitorización. Todos emplean NIRS, el 27% aEEG y el 13% utiliza EEG convencional (fig. 3).
Protocolo de seguimiento en pacientes con cardiopatía congénita (CC)El 19% de los centros encuestados disponen de un protocolo específico de seguimiento neurológico para pacientes con CC. En dos de estos centros, el protocolo abarca hasta los 2 años de edad, mientras que en otro se extiende hasta los 6 años. Además, dos centros están en proceso de desarrollo de un protocolo.
DiscusiónEste artículo presenta los resultados de un cuestionario dirigido a todos los centros españoles que realizan CCP. Los hallazgos revelan una considerable heterogeneidad en la práctica clínica entre centros, especialmente en relación con el uso de técnicas de neuromonitorización, la realización de estudios de neuroimagen y el seguimiento neuroconductual de los pacientes.
Existe una evidencia creciente de que los pacientes con CC presentan alteraciones del sistema nervioso central y LSB ya antes de la cirugía15–17. Por este motivo, se recomienda la realización de pruebas de imagen preoperatorias, siendo la RM la técnica de elección17.
En nuestra encuesta, todos los centros indicaron que utilizan la ET, especialmente en RN, mientras que la RM se reserva para pacientes sintomáticos o en protocolos de investigación. Aunque la ET es la herramienta más empleada, existe poca evidencia sobre su valor predictivo en los pacientes con CC. Un estudio de Latal et al. demostró que, si bien la ET puede proporcionar información relevante precirugía, su capacidad para predecir el neurodesarrollo a los 12 meses en estos pacientes es limitada18.
Las lesiones cerebrales perioperatorias son comunes en pacientes con CC19. Aunque las lesiones postoperatorias no son las más frecuentes, diversos estudios subrayan su impacto en el neurodesarrollo20. Las LSB se han asociado a resultados motores desfavorables, una reducción del cociente intelectual y una mayor prevalencia de problemas de atención en edad escolar21.
Entre los centros encuestados, la ET es la técnica más utilizada para la evaluación postoperatoria en RN. Aunque la RM es el estándar de oro en neuroimagen, presenta limitaciones, como la necesidad de trasladar al paciente, su alto coste y la dificultad de realizar estudios seriados. Además, la RM requiere inmovilidad, lo que en algunos centros implica el uso de sedación, con los riesgos asociados22. Según la encuesta, el 67% de los centros realizan las RM bajo anestesia. Algunos centros optan por el uso del sueño natural, una estrategia validada, especialmente en RN23.
La ENE es una herramienta fundamental para detectar alteraciones neurológicas24. La evaluación de los movimientos generales durante los primeros meses de vida se ha correlacionado con el coeficiente intelectual en la edad escolar y puede predecir el desarrollo psicomotor hasta los 9-12 años25,26. En RN con CC, escalas como la Neonatal Intensive Care Unit Network Neurobehavioral Scale27,28, el Einstein Neonatal Neurobehavioral Assessment Scale29,30 y la evaluación de los Movimientos Generales31 han demostrado su utilidad para identificar pacientes en riesgo durante el periodo postoperatorio32.
En España, el 63% de los centros realizan alguna forma de ENE en los RN antes y después de la cirugía. Sin embargo, en el 31% de los centros, esta solo se realiza en caso de preocupación clínica, una proporción considerablemente superior al 20% reportado en los centros europeos14. Realizar una ENE antes del alta hospitalaria es una estrategia simple y eficaz que debería incorporarse de forma rutinaria en la práctica clínica de esta población.
La neuromonitorización durante la CCP y el perioperatorio es esencial para el manejo de pacientes con CC, permitiendo anticipar complicaciones33. Cuando preguntamos sobre las estrategias de neuromonitorización utilizadas, la SrcO2 medida mediante NIRS es el método más utilizado: el 56% en el preoperatorio, 94% intracirugía y 94% en el postoperatorio. Aunque existen datos contradictorios sobre su capacidad predictiva para la lesión cerebral y el neurodesarrollo, sigue siendo una de las estrategias más utilizadas en quirófano y en las UCI.
Otra estrategia de neuromonitorización con valor predictivo en pacientes con CC es el aEEG, especialmente en RN34. Patrones alterados de aEEG en el perioperatorio se han asociado con lesiones cerebrales detectadas en la RM preoperatoria35. En el postoperatorio, la identificación de actividad cerebral anormal se considera un buen indicador de lesión cerebral4. Además, el retraso en la recuperación del patrón de base o en los ciclos sueño-vigilia posquirúrgicos tiene un alto valor predictivo para la mortalidad y las alteraciones en el neurodesarrollo36.
Aunque el aEEG puede identificar precozmente a los RN con mayor riesgo, en España solo el 25% de los centros lo utilizan, y rara vez en pacientes pediátricos. Datos similares se observan en el estudio europeo citado, donde únicamente el 20-30% de los centros usan el aEEG en el postoperatorio.
Existen evidencias de que los niños con CC presentan más alteraciones del neurodesarrollo y problemas de aprendizaje, especialmente aquellos que requieren CCP o paliación temprana12,20. Aunque algunos países cuentan con guías para el seguimiento de pacientes con riesgo neurológico, como los prematuros extremos, hasta hace poco no existían guías específicas para pacientes con CC. En 2012, la Asociación Americana del Corazón y la Academia Americana de Pediatría publicaron una Declaración Científica que establece prácticas recomendadas para la valoración y seguimiento en pacientes con CC13. Esta guía, actualizada en 2024, incluye una nueva estratificación de los grupos de riesgo37.
Tras esta publicación, la Cardiac Neurodevelopmental Outcome Collaborative elaboró guías de práctica clínica para el seguimiento neurológico y neuroconductual de estos pacientes tras el alta hospitalaria38. En España, el 31% de los centros españoles implementan o están planificando un protocolo para el seguimiento neurológico, en contraste con un 40% observado en Europa14.
A pesar de que los resultados obtenidos son bastante similares a los reportados en otros países europeos, las particularidades de nuestro sistema de salud pueden influir en las diferencias observadas entre las distintas comunidades autónomas. A partir de estos hallazgos, la elaboración de una guía de consenso nacional podría contribuir a proporcionar equidad en el manejo global de estos pacientes.
ConclusiónLos resultados de esta encuesta evidencian una notable heterogeneidad en las prácticas de neuromonitorización, neuroimagen y seguimiento del neurodesarrollo para pacientes con CC en los centros españoles con programas de CCP. Esta información permite iniciar un proceso para identificar de manera detallada los problemas, tanto locales como generales, y los recursos necesarios, tanto técnicos como humanos, así como realizar un análisis económico y clínico de la situación en nuestro país.
La formación de un grupo de consenso podría ser un punto de partida para la elaboración de una guía conjunta, adaptada a las necesidades y peculiaridades de todos los centros españoles que ofrecen CCP.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Alexandra Belfi: Vanderbilt University School of Medicine, Vanderbilt University. Nashville, USA.
Laia Vega: Unidad de cuidados intensivos pediátricos y neonatales. Hospital Universitari Dexeus, Grupo Quiron Salud. Barcelona, España.
Marta Aguar; Unidad de Neonatología Hospital Universitario y Politécnico La Fe. Valencia, España.
María Carmen Bravo; Unidad de Neonatología Hospital La Paz. Madrid, España.
Débora Cañizo; Servicio Neonatología, BCNatal - Barcelona Center for Maternal Fetal and Neonatal Medicine, Hospital Sant Joan de Déu - Hospital Clínic, Universidad de Barcelona, Barcelona, España. ICare4Kits, grupo de investigación cardiovascular, Institut de recerca Sant Joan de Déu, Barcelona, España.
Laura Díaz Rueda; Cuidados intensivos pediátricos. Hospital Virgen de las Nieves, Granada, España.
Cristina Fernández-García; Servicio de Neonatología. Hospital Universitari Vall d’Hebron. Universitat Autònoma de Barcelona. Barcelona, España.
Ángela Ferrer; Complejo Hospitalario Universitario A Coruña. A Coruña, España.
José Manuel González Gómez; Hospital Materno Infantil de Málaga. Málaga, España.
Laura Ximena Herrera Castilloz; Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid, España.
Jaume Izquierdo-Blasco; Servicio de Cuidados intensivos Pediátricos. Hospital Universitari Vall d’Hebron. Universitat Autònoma de Barcelona. Barcelona, España.
Begoña Loureiro; Servicio Neonatología, Hospital Universitario Cruces. Barakaldo, España.
María Miñambres Rodríguez; Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca. Murcia, España.
Raúl Montero Yéboles; Unidad de Cuidados intensivos Pediátricos. Hospital Reina Sofía, Córdoba. España.
Mª Ángeles Murillo Pozo; Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla, España.
Esther Ocete Hita; Cuidados intensivos pediátricos. Hospital Virgen de las Nieves, Granada, España.
Marta Olmedilla Jódar; Unidad de Cuidados intensivos Pediátricos. Hospital 12 Octubre. Madrid, España.
Daniel Palanca Arias; Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. Unidad de Cardiología Pediátrica. Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España.
Rosa Pérez-Piaya Moreno; HM Montepríncipe, de su Unidad de cuidados Intensivos Pediátricos y Neonatales. Madrid, España.
Úrsula Quesada; Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla, España.
M Victoria Ramos Casado; Unidad de Cuidados intensivos Pediátricos. Hospital 12 Octubre. Madrid, España.
Silvia Redondo Blázquez; Servicio Cuidados intensivos Pediátricos, Hospital Universitario Cruces. Barakaldo, España.
Alba Ribas; Servicio Neonatología, BCNatal - Barcelona Center for Maternal Fetal and Neonatal Medicine, Hospital Sant Joan de Déu - Hospital Clínic, Universidad de Barcelona, Barcelona, España. ICare4Kits, grupo de investigación cardiovascular, Institut de recerca Sant Joan de Déu, Barcelona, España.
Cristina Ruiz-Herguido; Servicio Neonatología, BCNatal - Barcelona Center for Maternal Fetal and Neonatal Medicine, Hospital Sant Joan de Déu - Hospital Clínic, Universidad de Barcelona, Barcelona, España. ICare4Kits, grupo de investigación cardiovascular, Institut de recerca Sant Joan de Déu, Barcelona, España.
Francisco de Asís Sánchez Martínez; Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca. Murcia, España.
Amelia Caridad Sánchez Galindo; Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid, España.
Joan Sanchez-de-Toledo; Servicio de cardiología pediátrica, Hospital Sant Joan de Déu, Barcelona, España. ICare4Kits, grupo de investigación cardiovascular, Institut de recerca Sant Joan de Déu, Barcelona, España. Department of Critical Care Medicine, University of Pittsburgh, Pittsburgh, Pennsylvania, USA.
Eva Valverde; Unidad de Neonatología Hospital La Paz. Madrid, España.
Jose Luis Vazquez; Hospital Ramon y Cajal. Madrid, España.
Cristina Yun Castilla; Hospital Materno Infantil de Málaga. Málaga, España.
Marta Camprubí-Camprubí; Servicio Neonatología, BCNatal - Barcelona Center for Maternal Fetal and Neonatal Medicine, Hospital Sant Joan de Déu - Hospital Clínic, Universidad de Barcelona, Barcelona, España. ICare4Kits, grupo de investigación cardiovascular, Institut de recerca Sant Joan de Déu, Barcelona, España.