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Vol. 90. Núm. 3.
Páginas 173-179 (marzo 2019)
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Vol. 90. Núm. 3.
Páginas 173-179 (marzo 2019)
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Necesidades del alumnado con diabetes tipo 1 en Extremadura: percepción de las familias
Needs of schoolchildren with type 1 diabetes in Extremadura: Family perceptions
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Yolanda Tomé Péreza,
Autor para correspondencia
yolanda.tome@salud-juntaex.es

Autor para correspondencia.
, Victoria Barroso Martíneza, F. Javier Félix-Redondob, Luis Tobajas Belvisa, Ana María Cordón Arroyoa
a Dirección General de Planificación, Formación y Calidad Sanitarias y Sociosanitarias, Consejería de Sanidad y Políticas Sociales, Junta de Extremadura, Mérida, Badajoz, España
b Dirección General de Asistencia Sanitaria, Servicio Extremeño de Salud, Mérida, Badajoz, España
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Tabla 1. Tasa de respuesta por áreas de salud
Tabla 2. Características sociodemográficas, edad de comienzo y tratamiento
Tabla 3. Conocimiento del alumnado para manejar su diabetes
Tabla 4. Necesidad y ayuda para el control glucémico y la administración de insulina en la jornada escolar
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Resumen
Introducción

El alumnado con diabetes tipo 1 (DM1) requiere durante su estancia en el centro educativo unos cuidados adecuados y seguros para su enfermedad.

Objetivo

Identificar las necesidades percibidas por las familias del alumnado con DM1 que afecten a la integración educativa, seguridad y bienestar durante la jornada educativa.

Métodos

Estudio descriptivo y transversal, mediante encuesta, basado en la información y opiniones proporcionada por las familias de los 362 pacientes entre 3 y 16 años con DM1, registrados en la historia de salud del Sistema Sanitario Público de Extremadura.

Resultados

Tasa de respuesta del 56,9% (206). El 35% del alumnado con DM1 estaba en tratamiento con infusión subcutánea continua de insulina. El 95,1% precisó medir la glucemia y el 57,8% administrarse insulina durante la jornada escolar. Un 88% presentó buena adaptación al colegio y el 87,4% no describió ningún tipo de trato discriminatorio. El 82% de centros dispuso de glucagón y en un 43,7% hubo alguna persona adulta entrenada para administrarlo. Un 21,4% de familias pensaban que los profesores podían reconocer una hipoglucemia. El 29,1% desconocían la existencia de protocolos de coordinación en centros educativos, el 58,7% alegaron que la información en el centro sobre diabetes fue poca y un 77,2% que su control mejoraría con más formación del profesorado.

Conclusiones

Existen aspectos óptimamente cubiertos en la atención al alumnado con DM1 en los centros educativos de Extremadura. Las situaciones con margen de mejora son la adherencia al protocolo de coordinación, la información sobre la diabetes y el adiestramiento de adultos ante emergencias.

Palabras clave:
Diabetes tipo 1
Escuela
Niños
Adolescentes
Alumnado
Cuidados
Abstract
Introduction

School-aged children with type 1 diabetes (DM1) require access to appropriate and safe care for their disease during their stay in the educational centre.

Objective

To identify the needs perceived by families of schoolchildren with DM1 that affect their educational integration, safety, and well-being during the school day.

Methodology

A descriptive and cross-sectional study was conducted using a questionnaire based on information and opinions provided by families of 362 schoolchildren between 3 and 16 years old with DM1 registered in their health history in the Public Health System of Extremadura.

Results

The response rate was 56.9% (206). It was shown that 35% of schoolchildren with DM1 were treated with continuous subcutaneous insulin infusion therapy. Almost all of them (95.1%) required glucose monitoring, and 57.8% required insulin administration during the school day. Most (88%) children had adjusted well to school and did not describe any type of discriminatory treatment (87.4%). Glucagon is available in 82% of educational centres, in which 43.7% had a trained adult person to administer it. That teachers could recognise a hypoglycaemia was expressed by 21.4% of the families, and 29.1% were unaware of the existence of coordination protocols in the school. More than half (58.7%) claimed that the information available in schools about diabetes was low, and 77.2% stated that the control of the disease would improve if more training was provided to teachers.

Conclusions

There are aspects optimally covered in the care of schoolchildren with DM1 in the schools of Extremadura. Among situations identified with potential room for improvement were adherence to the coordination protocol, information about diabetes, and training of adults to deal with emergency situations.

Keywords:
Type 1 diabetes
School
Children
Teenager
School-aged children
Care
Texto completo
Introducción

La diabetes mellitus tipo 1 (DM1) es una de las enfermedades crónicas más prevalentes en la infancia y adolescencia. De los 490.000 niños que viven con DM1, el 24% procede de la Región Europea1. La incidencia, además, sigue en aumento1,2, estimándose que alrededor de 78.000 menores de 15 años desarrollan la enfermedad cada año en todo el mundo3,4. En España, se han notificado cifras de 17,69 casos/100.000 habitantes/año en menores de 15 años5. En la Comunidad Autónoma de Extremadura los últimos estudios muestran incluso cifras superiores, llegando hasta los 25,2 casos/100.000 habitantes6,7.

La DM1 es una enfermedad que, tras el diagnóstico, requiere inmediatamente cuidados y tratamiento de por vida. Su manejo diario supone la adaptación de toda la familia a una nueva forma de vida, al precisar frecuentes controles de los niveles de glucosa en sangre, del consumo de hidratos de carbono, así como un ajuste continuo de las dosis de insulina que se adapte a la actividad física y a la dieta del paciente8. En este sentido, sería muy difícil para los niños seguir las pautas de manejo de la diabetes sin el adecuado apoyo de la familia, necesitando esta de una formación previa sobre los cuidados9.

Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el alumnado con DM1 y su familia radica en cómo manejar la enfermedad en el centro educativo, ya que los niños pequeños, de infantil y primaria, no tienen aún las capacidades necesarias para manejar adecuadamente su diabetes por sí solos10. El alumnado pasa en el centro educativo alrededor de un tercio del día, por lo que es esencial que tengan acceso a unos cuidados adecuados11 para poder así participar en todas las actividades escolares, con las mismas oportunidades que el resto de estudiantes12. Los cuidados diabéticos apropiados en los centros son necesarios para garantizar la seguridad inmediata del alumnado con DM1, su bienestar a largo plazo y un adecuado rendimiento académico13.

En 2011, se implementó en Extremadura el Protocolo de Atención al Niño y Adolescente con Diabetes en la Escuela (actualmente, integrado en el Protocolo de Actuación ante Urgencias Sanitarias en Centros Educativos de Extremadura14, que ha impulsado importantes avances en el control, la seguridad y la igualdad de oportunidades del alumnado con DM1. La responsabilidad de informar sobre el mismo a los centros educativos recae en las familias, momento en que se implementa el plan personalizado. La formación básica sobre diabetes del entorno educativo, la capacitación de docentes para la atención ante una urgencia y la supervisión del plan personalizado es función del enfermero/a referente, figura que asumen los equipos de atención primaria14. La cobertura en 2014 fue del 67,7%15 y ha ido incrementándose de forma progresiva hasta alcanzar el 74% en 2016 (dato no publicado).

Nuestro estudio pretende identificar las necesidades actuales del alumnado con DM1 de Extremadura que cursan estudios desde infantil hasta los 16 años, mediante la información aportada por sus familias, a fin de detectar situaciones con margen de mejora con relación a la atención y plena integración de esta población en el ámbito escolar.

Metodología

Estudio observacional, descriptivo y transversal basado en la información y opiniones proporcionada por las familias del alumnado con DM1, entre 3 y 16 años, de centros educativos de Extremadura.

Población de estudio: 362 niños y niñas con DM1 registrados en la historia clínica del Servicio Extremeño de Salud.

La recogida de información se realizó mediante un cuestionario ad hoc (Anexo I), basado en investigaciones anteriores15-19, y revisado por un panel de expertos. Se realizó un estudio piloto para verificar la comprensión de las preguntas y se analizó su grado de consistencia interna (alfa de Cronbach de 0,772). Fue enviado por correo postal certificado, adjuntando sobre prefranqueado para su devolución y carta de presentación del estudio.

Los datos obtenidos fueron incluidos en una base de datos y analizados mediante el programa estadístico IBM® SPSS® Statistics 25 para Windows®. Las variables cualitativas se expresaron mediante la frecuencia absoluta y relativa, y para realizar comparaciones entre ellas se empleó las pruebas de Chi-cuadrado de Pearson. Se consideró el nivel de significación estadística una p menor de 0,05.

Resultados

De las 362 encuestas enviadas, respondieron 206 (tasa de respuesta del 56,9%); desagregadas por las 8 áreas de salud de la comunidad, Plasencia fue la más participativa (75,9%) y la que menos, Badajoz (48,2%). En el 1,9% de los casos, no se consignó el área a la que pertenecían (tabla 1).

Tabla 1.

Tasa de respuesta por áreas de salud

Área de salud  Distribución de la poblaciónTasa de respuesta
  N.°  Porcentaje  N.°  Porcentaje 
Badajoz  85  23,5  41  48,2 
Cáceres  61  16,9  32  52,5 
Coria  20  5,5  10  50 
Don Benito-Villanueva  57  15,7  32  56,1 
Llerena-Zafra  38  10,5  21  55,3 
Mérida  54  14,9  35  64,8 
Navalmoral de la Mata  18  10  55,6 
Plasencia  29  21  72,4 
Total  362  100  206  — 

Las encuestas fueron cumplimentadas por madres (78,6%), padres (18%) y tutores (1,5%). En la tabla 2 se indican las características sociodemográficas y clínicas del alumnado de la muestra obtenida:

Tabla 2.

Características sociodemográficas, edad de comienzo y tratamiento

Variable  N.°  Porcentaje 
Sexo
Varón  109  52,9 
Mujer  97  47,1 
Edad agrupada (años)
3-5 años  14  6,8 
6-9 años  46  22,3 
10-12 años  65  31,6 
13-15 años  63  30,6 
16 años  18  8,7 
Años desde el comienzo de la diabetes
<3 años  78  37,4 
3-6 años  54  26,2 
>7 años  68  33,5 
N/C  2,9 
Tipo de centro
Público  171  83,0 
Concertado  31  15,0 
Privado  0,5 
N/C  1,5 
Tipo de tratamiento
Múltiples inyecciones diarias  131  63,6 
Bomba de infusión  72  35 
N/C  1,5 

N/C: no contesta.

Información de carácter general

Algo más de la mitad (54,4%) de las familias pertenecen a una asociación de personas con diabetes. La mitad de los padres/madres reconocen que se han visto obligados a modificar su actividad laboral para atender a su hijo/a en la escuela, siendo más frecuente en el rango de edad de 6 a 9 años (68,9%) (p=0,003). En ningún caso se les denegó la admisión al centro por causa de su enfermedad.

La mayor parte del alumnado con DM1 sigue un tratamiento con múltiples dosis de insulina (63,6%); seguido del tratamiento con bombas de insulina (35%), que varía según la edad, con mayor uso en el grupo de 3 a 5 años y a los 16 años (42,9 y 50%, respectivamente).

En el apartado de fuentes de información y formación sobre la enfermedad, las familias acceden principalmente a través de los profesionales sanitarios (92,7%). En un 18% también buscan el refuerzo educativo en campamentos de verano, siendo más habitual entre los que pertenecen a una asociación de diabetes (31,3%) que los que no (2,2%) (p<0,001). Una amplia mayoría (90,8%) declaran no haber necesitado llevar a sus hijos e hijas a un profesional de psicología por situaciones derivadas de la enfermedad, no encontrándose diferencias por sexo.

El 70,9% de las familias conocen el Protocolo de Atención al Niño/a y Adolescente con Diabetes en la Escuela de Extremadura. La información sobre su existencia la recibieron principalmente de los profesionales sanitarios (54,4%), del colegio (33,6%) y de las asociaciones de diabetes (26%).

Automanejo del alumnado con diabetes mellitus tipo 1

Todos los estudiantes llevan en la mochila algún tipo de alimento para solventar una posible hipoglucemia, principalmente refrescos o zumos (68,9%), galletas (57,8%), azúcar o caramelos (56,8%) y preparados de glucosa (23,8%).

La práctica totalidad saben medir la glucemia (93,7%) e interpretar los resultados (88,8%), no encontrándose diferencias por sexo. Estos porcentajes disminuyen entre los más pequeños, siendo a partir de los 10-12 años cuando adquieren la capacidad para gestionar el autoanálisis y la administración de insulina, tal como se muestra en la tabla 3.

Tabla 3.

Conocimiento del alumnado para manejar su diabetes

Conocimiento sobre  Total muestra  3-5 años  6-9 años  10-12 años  13-15 años  16 años 
Medición de la glucemia; %  93,7  42,9  93,3  100  100  100 
Interpretación de la glucemia; %  88,8  21,4  82,2  98,5  98,4  100 
Administración de la insulina; %  83  7,1  60  96,9  100  100 
Dosis y tipo de insulina; %  73,8  40  84,4  100  100 

Durante la jornada escolar, la mayoría precisa medir los niveles de glucemia (95,1%) y más de la mitad administrarse insulina (57,8%). Entre ellos, en general se realizan los controles por sí mismo (76,5%) y un alto porcentaje se autoinyecta (81,5%).

Por grupos de edad, los menores de 6 años son los que dependen de otras personas, generalmente padres/tutores y profesorado, para la administración de insulina y los controles glucémicos; incrementándose paulatinamente la autonomía en las siguientes edades, tal como se muestra en la tabla 4.

Tabla 4.

Necesidad y ayuda para el control glucémico y la administración de insulina en la jornada escolar

  Total muestra  3-5 años  6-9 años  10-12 años  13-15 años  16 años 
Necesita control de la glucemia; %  95,1  100  100  98,5  93,7  72,2 
No precisa ayuda; %  76,5  14,3  45,7  89,2  95  100 
Ayuda de padres/tutores; %  14,5  42,9  37  9,2  1,7 
Ayuda del profesorado; %  42,9  10,9  1,5  1,7 
Ayuda de otros; %  6,5  1,7 
Necesita administrar insulina; %  57,8  42,9  56,5  56,9  61,9  61,1 
No precisa ayuda; %  81,5  50  94,7  97,4  100 
Ayuda de padres/tutores; %  16,8  83,3  46,2  5,3  2,6 
Ayuda del profesorado; %  0,8  16,7 
Ayuda de otros; %  0,8  3,8 
Recursos y manejo de la diabetes en el centro educativo

La información que proporciona las familias al centro de la condición de diabetes del escolar, se realiza fundamentalmente al tutor (95,6%), seguido de la dirección del centro (77,9%) y, en menor porcentaje, al resto del profesorado (66,2%) y compañeros de clase (63,2%).

Más de la mitad de los centros (55,8%) no dispone de un lugar reservado para realizarse los controles o pincharse la insulina en horario escolar. La mayoría de ellos disponen de glucagón (82%), pero tan solo en la mitad hay alguna persona con entrenamiento para administrarlo (43,7%). Cabe destacar que un 39,3% de las familias no han sabido responder a esta última cuestión. No hallamos diferencias significativas cuando estudiamos la asociación entre los recursos en el centro educativo y el conocimiento de la existencia del protocolo por las familias.

Siete de cada 10 escolares habían sufrido algún episodio de hipoglucemia durante la jornada escolar, siendo los de 6 a 9 años (78,3%) y los de 16 años (76,5%) los que más episodios han presentado. Tan solo un 21,4% de las familias creen seguro que la mayoría de profesores pueden reconocer esta complicación de la diabetes. En un 33% de los casos, estos episodios se presentaron antes o durante un examen y a menos de la mitad (47,1%) se les repitió la prueba en otro momento. En ninguna de estas cuestiones se ha encontrado diferencias por tipo de centro.

Un alto porcentaje de familias (77,2%) expresaron que el control de la diabetes mejoraría si se proporcionara más información y formación al profesorado sobre la enfermedad, siendo esta cuestión más reivindicada por los que provienen de colegios públicos (81,9%) que por los de colegio concertado/privado (64,5%) que, además, no supieron contestar en un 25,8% (p<0,001)

Adaptación e integración

Una mayoría de escolares estaban bien adaptados al centro antes del diagnóstico (88%), y de ellos, en el 7,7% de los casos, las familias expresaron que esa adaptación pasó a ser regular o mala después del diagnóstico.

Preguntados por la presentación de problemas o dificultades en el centro educativo tras el diagnóstico de la diabetes, el 39,8% contestó afirmativamente, estando relacionados con problemas de concentración (68,3%), rendimiento escolar (52,2%), falta de entusiasmo y motivación (37,8%) y, en pocos casos, problemas con el profesorado (18,3%) o con el resto del alumnado (12,2%). No se encontraron diferencias por sexo.

En la mayoría de casos (87,4%) no se describe ningún tipo de trato discriminatorio a causa de su enfermedad, no encontrándose diferencias por sexo ni tipo de centro educativo. Entre los que contestaron afirmativamente a esta cuestión, lo fue por parte de profesores (43,8%), compañeros de clase (31,3%) o dirección del centro (12,5%).

Con relación al apoyo que reciben en el centro, la mayoría del alumnado lo encuentran principalmente en los compañeros de clase (71%) y en los profesores (65%), y un porcentaje menor en la dirección del centro (28,5%).

Son muy pocos los que comen en el comedor escolar (2,4%), principalmente por no disponer de este servicio (36,1%), porque el centro educativo está cerca de casa (29,2%), o por no disponer de personal cualificado o menús adaptados (4%).

Todo el alumnado con DM1 practica deporte con el resto de compañeros, y en más de la mitad (55,8%) se ha presentado algún episodio de hipoglucemia durante esta práctica. Sin embargo, solo el 31% de familias, cree capacitado al profesorado de educación física para reconocer los síntomas de hipoglucemia.

La mayoría asiste a excursiones y actividades extraescolares que se desarrollan durante un solo día (82,9%). Esta participación disminuye notablemente cuando la duración es de varios días (32,2%), especialmente, cuando los escolares son menores de 10 años (6,5%).

Para finalizar, más de la mitad de las familias (58,7%) alegan que la información que dispone el centro acerca de la diabetes es poca, siendo minoritarios los que creen que es mucha o muchísima (4,4%), sin diferencias cuando se analiza por tipo de centro o según el conocimiento de las familias sobre la existencia del protocolo.

Discusión y conclusiones

En el presente estudio se han evaluado las necesidades del alumnado extremeño con DM1, a través de la información aportada por sus familias. Este es el primer estudio que se realiza para toda la Comunidad Autónoma de Extremadura, donde por sus características especiales en cuanto a la alta incidencia, dispersión geográfica y ruralidad se considera especialmente necesario para seguir avanzando en la plena normalización e integración de estos escolares.

El estudio muestra la amplia extensión de la terapia con sistemas de infusión subcutánea continua de insulina (ISCI) que se ha conseguido en Extremadura, llegando a un tercio del alumnado con DM1, con la que se logra un mejor control glucémico, menor riesgo de hipoglucemias16,17, y una disminución de los costes asociados a las hipoglucemias graves18. Esta cobertura está cercana a la de otros países europeos19, y por encima de la media nacional, tal como refleja la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN) que en 2012 encontró una implantación de la ISCI del 4% en España (datos no publicados), y en estudios de otras comunidades20,21.

La diabetes incide en la dinámica familiar, de tal forma que la mitad de los padres/tutores han necesitado modificar su jornada laboral, dato similar del estudio nacional de Beléndez22, pero con la diferencia que se presenta más entre los padres/tutores de escolares de 6 a 9 años e inferior en los menores de 6 años. Esto podría estar relacionado con la no obligatoriedad de escolarización a esta edad, cuestión no explorada, pero que debe ser tenida en cuenta en próximos estudios. Son pocas las familias (7,7%) que han detectado una peor adaptación a la vida escolar después del diagnóstico, al igual que otros estudios nacionales23. Son mayoría las familias que buscan prioritariamente la información que necesitan sobre la diabetes en los profesionales sanitarios, y en casi todos los casos, los escolares reciben la educación diabetológica en las consultas de pediatría, tal como recomienda la Asociación Americana de Diabetes10. En pocos casos (18%), se busca el refuerzo educativo en los campamentos de verano que organizan las asociaciones de personas con diabetes, a pesar de que la mitad de los escolares estaban asociados a las mismas.

En general, el alumnado con DM1 presenta unas capacidades de autogestión de la enfermedad acorde a lo esperado para su edad, según recomendaciones actuales10, y por encima de las encontradas en otros estudios24–26. El mayor problema se encuentra entre los escolares de 3 a 9 años, que son total o parcialmente dependientes de un adulto, sobre todo para la administración de la insulina, lo que requiere una mayor formación y colaboración por parte del entorno educativo.

No obstante, independientemente de la responsabilidad que asuma cada escolar sobre su autocuidado, se recomienda siempre la supervisión y el apoyo de un adulto preparado para ello en caso de una emergencia10. Sin embargo, se constata que es poca la certeza de las familias respecto a la existencia de profesorado, incluidos los de educación física, que estén entrenados para reconocer y atender una hipoglucemia. Esto resulta trascendental, cuando 2 de cada 3 escolares con DM1 han sufrido un episodio de hipoglucemia durante la jornada escolar y la mitad de ellos en la clase de educación física. Para la mayoría de las familias es necesaria una mayor información y capacitación del personal docente respecto a todos estos aspectos. Esta misma cuestión puede estar repercutiendo en las escasas salidas extraescolares que se hacen cuando estas duran más de un día, lo que puede afectar a la normalización e integración del escolar. El hecho de que 3 de cada 10 familias desconozcan la existencia de los protocolos de coordinación en los centros educativos, dato que coincide con las coberturas del mismo, podría estar influyendo en que al no estar activados haya una menor capacitación de docentes y recurso para el manejo de emergencias de la diabetes. Sin embargo, según la información aportada por las familias, no hemos encontrado asociación entre estas 2 cuestiones. Este dato se detecta como un área importante de mejora en la implantación de los protocolos, ya que la coordinación entre la familia, el equipo de atención médica y la escuela puede garantizar un entorno de aprendizaje más seguro cuando se trabajan conjuntamente planes de cuidado.

A pesar de que la condición de diabetes del alumnado es conocida por casi la totalidad de los tutores docentes, en 4 de cada 10 casos no se informa al resto de profesores o a los compañeros de clase, a diferencia del estudio llevado a cabo por Beléndez y Lorente22, en que el 91% de los alumnos de la clase conocía la enfermedad de su compañero. Este bajo conocimiento podría afectar de manera negativa a la integración y normalización del alumnado con DM1 entre su grupo de iguales y a la resolución de situaciones de hipoglucemia.

En conclusión, este estudio pone de manifiesto que, a pesar del avance que ha supuesto la implementación de protocolos de coordinación entre las familias, docentes y personal sanitario para una mejor integración y normalización del alumnado con DM1, existen situaciones de posible mejora que deben ser explorados e implementados.

En primer lugar, es fundamental aumentar la adhesión a los protocolos, para lo que sería recomendable incluirlo y registrarlo en la historia clínica como parte del tratamiento del escolar con DM1 e implementar un sistema de comunicación entre la administración sanitaria y la educativa, que permita detectar los casos no adheridos.

Además, sería deseable elaborar un programa educativo obligatorio para el entorno escolar, que garantice la capacitación básica sobre diabetes, incluido los compañeros de clase, y una capacitación más avanza para los docentes responsables del escolar, sobre reconocimiento y atención ante emergencias de la diabetes. Este programa debería estar desarrollado por referente/enfermero para el centro educativo y apoyado por los equipos de pediatría que llevan el control de los escolares. La utilización de las tecnologías actuales del ámbito educativo y sanitario podría ser un buen soporte en la formación permanente y el contacto con todos los que interactúan con el escolar. El avance en la seguridad asistencial del alumnado con DM1 mejorará, sin duda, su plena integración y rendimiento académico, así como la confianza y tranquilidad de las familias.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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