La clasificación pronóstica de Waterston para la atresia de esófago ha sido utilizada por la mayoría de los hospitales del mundo. Una serie de avances técnicos, fundamentalmente en la unidad de cuidados intensivos (UCI) neonatal, han contribuido a reducir su mortalidad. Aunque la clasificación de Waterston continúa siendo empleada, se han descrito nuevas clasificaciones durante los últimos años, debido a la insatisfacción que ésta ha producido como consecuencia del aumento de la supervivencia en los grupos de Waterston de peor pronóstico.
ObjetivoDeterminar la influencia que tiene el peso al nacer y la malformación cardíaca sobre el pronóstico de los pacientes con atresia de esófago.
Material y métodosSe ha analizado el pronóstico de 100 niños con atresia de esófago. Los casos se dividieron cronológicamente en 2 grupos con relación a los avances en la UCI y en las técnicas quirúrgicas: 45 pacientes tratados en el primer período (1971–1982) y 55 en el segundo (1983–2000). Se comparó, entre ambos grupos, la influencia que tenían el peso, según los grupos descritos por Waterston y Spitz, y la asociación de malformación cardíaca.
ResultadosLa mortalidad de los grupos de peso descritos por Waterston disminuyó de manera significativa entre ambos períodos, pero no fue tan importante al comparar los grupos de peso de peor pronóstico de Spitz (<1.500 g). Aunque la supervivencia de los pacientes con atresia de esófago mejoró desde el primer período (57,8 %) al Segundo (80 %), persistió una mortalidad alta cuando el pacienteasociaba una malformación cardíaca grave (80 % frente a75 %)
ConclusionesAunque los avances en el tratamiento médico y quirúrgico de la atresia de esófago han hecho que el peso de nacimiento sea menos importante para el pronóstico durante los últimos años sugerimos que los pacientes con muybajo peso y los que asocian una malformación cardíacagrave continúan teniendo una mortalidad elevada
Waterston’s prognostic classification of esophageal atresia has been used in most hospitals throughout the world. A number of technical advances, mainly in neonatal intensive care units have contributed to a reduction in mortality. Although the Waterston classification continues to be widely used, increased survival in the highest risk groups in this classification has led to new classifications beingdescribed in the last few years
ObjectiveTo determine the influence of birth weight and cardiac anomaly on the outcome of patients with esophageal atresia.
Material and methodsThe outcome of 100 infants with esophageal atresia was analyzed. The patients were divided chronologically intotwo groups according to advances in ICUs and surgical techniques: 45 patients treated in the first period (1971–1982) and 55 in the second (1983–2000). The influence of birth weight in the groups described by Waterston and Spitz and the association with cardiac malformation were compared between both periods.
ResultsMortality in the birth weight groups described by Wa-terston decreased significantly between periods but thisdecrease was lower when the birth weight groups at highest risk described by the Spitz (<1,500 g) were compared.Survival in patients with esophageal atresia improvedfrom the first period (57.8 %) to the second (80 %) but mortality was still high when an associated major cardiacanomaly was present (80 % vs 75 %).
ConclusionsAlthough advances in the medical and surgical management of neonates have rendered birth weight less important to prognosis than previously, mortality continues tobe high in patients with very low weight and major cardiac malformation.