Una niña de 14 años, sin antecedentes médicos de interés, acude a consultas de dermatología para la valoración de una lesión en el 5.° dedo del pie, de 3 meses de evolución, asintomática, con crecimiento progresivo. A la exploración física, al recortar la uña, se apreciaba a nivel subungueal una pápula eritematosa blanda, de 4mm, que provocaba distrofia ungueal (fig. 1).
Se realizó radiografía para descartar exostosis subungueal, pero solo se observó aumento de partes blandas. Ante la persistencia de la lesión se realizó biopsia excisional cutánea en la que se observaba hiperplasia epidérmica con un cráter central, en el que se apreciaban los queratinocitos con cuerpos eosinófilos, los denominados cuerpos del molusco (fig. 2).
El molusco contagioso es un una infección benigna de la piel causada por poxvirus, uno de los motivos de consulta más frecuentes, que no suele plantear problemas diagnósticos. Clínicamente se manifiesta como una pápula con forma de cúpula con una zona central umbilicada. Se presenta con mayor frecuencia en niños y adolescentes, y por lo general se localiza en la cara, los brazos, las piernas y las regiones anogenitales1; se suele asociar las localizaciones infrecuentes o aquellos de gran tamaño con situaciones de inmunodepresión2. Se han reportado casos de moluscos con localización atípica como en la planta del pie3. El diagnóstico diferencial en este caso, por la localización, se planteó con una exostosis subungueal o un fibroma digital infantil. Presentamos un caso de localización no descrita, a nivel subungueal, con los problemas de diagnóstico diferencial que conlleva.