La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en todos los aspectos de nuestras vidas y ha puesto a prueba a los sistemas de salud en todo el mundo1. Una de las consecuencias con mayor trascendencia ha sido la reducción de las coberturas vacunales en la infancia y adolescencia1,2. La llegada de esta pandemia provocó una interrupción en los servicios de salud en todo el mundo y España no ha sido una excepción. Durante los primeros meses de la pandemia, se observó una disminución drástica en las tasas de vacunación en todo el país3. Las medidas de confinamiento, el cierre de centros de salud y la suspensión de actividades no esenciales dificultaron el acceso a los servicios sanitarios, incluyendo los programas de vacunación, especialmente para los grupos más vulnerables, como los niños menores de dos años4. Además, el miedo al contagio del SARS-CoV-2 y la incertidumbre llevaron a un aumento de la renuencia de algunas personas a acudir a los centros de salud a vacunar a sus hijos.
El 15 de marzo de 2020, el CAV-AEP emitía una nota informativa llamando a los pediatras a adaptar los programas de vacunación a las condiciones epidemiológicas de cada localidad o centro de salud, observar las medidas de protección frente a la COVID, y garantizar, al menos, las vacunaciones de los lactantes más pequeños y sobre todo las de los dos y cuatro meses de edad, así como la de los niños con enfermedades crónicas o inmunodepresión y sus convivientes, las de las embarazadas y las de profilaxis posexposición3. Después, el 25 de marzo de 2020, el Ministerio de Sanidad amplió la recomendación sobre vacunaciones prioritarias a todas las de los menores de 15 meses, y en especial las de los dos y cuatro meses y la triple vírica (TV) de los 12 meses de edad.
La disminución en las coberturas vacunales durante la pandemia generó un preocupante riesgo de resurgimiento de enfermedades prevenibles por vacunación a nivel mundial y, también, en España3. El sarampión, la tosferina y las meningitis bacterianas son solo algunas de las enfermedades que pueden reaparecer si no se alcanzan altas tasas de vacunación. Estas enfermedades, que hasta ese momento estaban bajo control, pueden tener graves consecuencias para la salud de la población, especialmente para los niños pequeños.
Las medidas adoptadas permitieron recuperar, en buena medida, las coberturas vacunales una vez terminado el confinamiento5. Los datos del Ministerio de Sanidad, a finales de 2020, mostraban que las vacunaciones del primer año se habían mantenido a niveles adecuados, aunque no las dosis de refuerzo del meningococo C de los 12 meses y de la TV de los tres y cuatro años. Las vacunaciones de los seis años y las de los adolescentes siguieron con la tónica de años previos, con cifras irregulares no siempre suficientes. En 2021 se ha comprobado una pérdida de las coberturas de la TV, especialmente de la segunda dosis, que se sitúa en el 91,9%, muy por debajo del mínimo requerido (95%) para mantener el estado de eliminación del sarampión y evitar brotes de la enfermedad. Tampoco se ha recuperado la cobertura de vacunación frente a la varicela, que en 2021 ha sido del 93,1% para la primera dosis y del 87,6% para la segunda5. Cabe destacar que durante estos dos años se ha comprobado un incremento en las coberturas de las vacunaciones de los adolescentes (MenACWY y VPH). En cuanto a las vacunaciones del embarazo, se mantiene la tendencia creciente de la cobertura de tosferina (Tdpa) con el 87% en 2021; y respecto a la vacunación antigripal el incremento observado en 2020 (62,3%) no se ha mantenido en 2021 (55,2%). Por otro lado, destaca también que hay notables diferencias entre comunidades autónomas y que las cifras conocidas solo informan de este nivel poblacional y son publicadas con una demora importante5.
A pesar de que en nuestro país se observan coberturas vacunales más elevadas que en otros países de nuestro entorno, es necesario mantener una estrecha vigilancia dado que la proliferación de noticias falsas (fake news) sobre vacunas, que circulan con mayor intensidad tras la pandemia, pueden contribuir a la disminución de la confianza de las familias, lo que puede poner en peligro las tasas de vacunación en España en los próximos años. Los datos reflejados antes deben entenderse como una señal de alerta y destacan la necesidad de estrechar la monitorización (con datos en tiempo real y con ámbitos geográficos reducidos) de la aceptación de las vacunaciones por parte de las familias4.
En el momento actual consideramos que, para evitar una tendencia creciente en la desconfianza en las vacunas de la población, es esencial diseñar y poner en marcha amplias campañas de información, claras y accesibles, sobre su valor. Deben abordar los temores y las dudas comunes sobre las vacunas y proporcionar información basada en la evidencia científica. Además, consideramos que se deben utilizar canales como los medios de comunicación, las redes sociales y, sin duda alguna, los profesionales de la salud, con los pediatras y la enfermería pediátrica como principal nivel de actuación.
Es fundamental fortalecer la colaboración de la pediatría con las autoridades sanitarias a nivel nacional, regional y local, así como con las organizaciones no gubernamentales. La coordinación efectiva permitirá la puesta en marcha de estrategias coherentes, el intercambio de mejores y más seguras prácticas de vacunación y la monitorización de las coberturas vacunales en tiempo real.
La pandemia de la COVID-19 ha resaltado la importancia de la investigación y la innovación en el campo de la vacunología, siendo esencial promover la investigación y el desarrollo de nuevas vacunas, así como el uso de nuevas tecnologías que mejoren la administración y la monitorización de las vacunas a nivel nacional (registros vacunales fiables). Estas intervenciones pueden ayudar a fortalecer los programas de vacunación y garantizar la protección de la población en el futuro.
La vacunación es una herramienta fundamental para proteger la salud individual y colectiva. Es responsabilidad de todos unirnos en un esfuerzo conjunto para garantizar las altas coberturas vacunales en España. Solo a través de acciones coordinadas y decididas podremos superar los desafíos actuales y construir un futuro más saludable para todos.
FinanciaciónLa elaboración de estas recomendaciones (análisis de los datos publicados, debate, consenso y publicación) no ha contado con ninguna financiación externa a la logística facilitada por la AEP.
Conflicto de interesesNo hay conflictos de interés para este editorial.