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Vol. 74. Núm. 1.
Páginas 15-24 (enero 2010)
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Determinantes del nivel de actividad física en escolares y adolescentes: estudio OPACA
Determining factors of physical activity level in school children and adolescents: The OPACA study
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A. Cano Garcinuñoa,
Autor para correspondencia
acanog@saludcastillayleon.es

Autor para correspondencia.
, I. Pérez Garcíab, I. Casares Alonsoc, S. Alberola Lópezb
a Centro de Salud de Villamuriel de Cerrato, Palencia, España
b Centro de Salud Jardinillos, Palencia, España
c Centro de Salud Venta de Baños, Palencia, España
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Estadísticas
Figuras (1)
Tablas (4)
Tabla 1. MET asignados a cada nivel de actividad
Tabla 2. Características demográficas de la muestra
Tabla 3. PAL, AEE/FFM y categoría de actividad física según diversas variables
Tabla 4. Modelos de regresión
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Resumen
Introducción

La actividad física es uno de los principales condicionantes de la salud humana. Este estudio intenta medir el nivel de actividad física en niños e investigar qué factores la determinan.

Población y métodos

Población de 11 y 14 años del área centro-sur de Palencia, en la que se determina el nivel de actividad física mediante diario de tres días y se obtienen medidas antropométricas y socioeconómicas. Se analizan las variables: gasto energético por actividad física ajustado por masa magra (AEE/FFM), nivel de actividad física (PAL), y categoría de actividad física (activo/inactivo).

Resultados

Se incluyeron 179 niños, y el 71,5% eran activos o muy activos. La actividad física de los varones era más alta en las tres variables analizadas, y la actividad también era mayor en verano. La actividad física se reducía de los 11 a los 14 años, y era menor durante los fines de semana. No se encontraron diferencias relacionadas con la obesidad o el sobrepeso, ni con la grasa corporal. Los niños más activos tenían menor tensión arterial. El nivel de actividad física se relacionó directamente con las horas semanales de actividades deportivas, e inversamente con el tiempo pasado en actividades sedentarias. En análisis multivariante también se encontró un mayor nivel de actividad en niños de familias con menor nivel educativo, no relacionado con la práctica deportiva.

Conclusiones

La actividad física en la población estudiada es aceptable, pero hay diferencias entre sexos y tiende a disminuir durante la adolescencia.

Palabras clave:
Ejercicio
Actividad motora
Estudios transversales
Adolescente
Niño
Variaciones anuales
Abstract
Introduction

Physical activity is a key factor for human health. This study attempts to measure the level of physical activity in children and to find out what are the factors that determine it.

Method

In a sample of the 11 and 14 year-old population of the centre-south area of Palencia, physical activity was measured using a three day diary, and anthropometric and socioeconomic variables were collected. Three variables were analysed: fat-free mass adjusted activity energy expenditure (AEE/FFM), physical activity level (PAL), and categorical physical activity (active/inactive).

Results

A total of 179 children were included, of whom 71.5% were active or very active. Males were more active than females, and activity was also higher in summer. Physical activity declined between 11 and 14 years, and was lower during the weekends than in working days. There were no differences related to obesity, overweight or percent body fat. More active children had lower blood pressure. Physical activity was directly related to weekly hours spent in sport activities, and inversely related to time spent on sedentary activities. Multivariate analysis showed that children from families with low educational levels had a higher activity level not related to sport activities.

Conclusions

The level of physical activity in this population is acceptable, although there are sex differences and there is a declining trend through the adolescence.

Keywords:
Exercise
Motor activity
Cross-sectional studies
Adolescent
Child
Annual variations
Texto completo
Introducción

Uno de los grandes problemas de salud actuales es el aumento de la prevalencia de obesidad1, y especialmente de la obesidad infantil, que en España afecta a más de la cuarta parte de los escolares2,3. La obesidad infantil está determinada más por factores medioambientales que por factores hereditarios4, y esos factores originados en el medio social y familiar son también los principales obstáculos que impiden una aproximación eficaz a la obesidad infantil desde el sistema sanitario5. Entre ellos están la dieta y la actividad física, que son los principales objetivos a los que se orientan las actividades preventivas, aunque con efectividad variable6.

La actividad física es un factor de primera magnitud entre los que condicionan la salud humana. En los adultos, es un determinante mayor del riesgo cardiovascular y la mortalidad7,8. La evidencia sobre sus efectos en los niños es menor9, pero bastantes estudios sugieren su relación con el desarrollo de obesidad10–13 y con factores de riesgo cardiovascular14–19. El abandono de las prácticas de actividad física durante la adolescencia hace más probable la obesidad en el adulto20, pese a lo cual existe una tendencia secular a disminuir la actividad física de los adolescentes y jóvenes de países desarrollados, limitada por múltiples factores ambientales: curricula escolares, reglas de los padres relativas a la seguridad, limitaciones del ambiente físico de las sociedades urbanas21. Aunque la complejidad de muchas intervenciones dificulta sacar conclusiones definitivas, la reducción de actividades sedentarias en niños y adolescentes parece eficaz para reducir peso en obesos y en población general22, y la inclusión de actividades físicas aeróbicas parece ser el factor clave para la efectividad de las actuaciones de prevención de la obesidad23.

El nivel de actividad física en la población puede cambiar con el tiempo y el área geográfica, y es necesario realizar estudios periódicos que actualicen la información disponible en este importante campo de la salud infantojuvenil. Los objetivos del presente estudio son: 1) determinar el nivel de actividad física de los niños de 11 y 14 años de Palencia; 2) identificar los factores que determinan el nivel de actividad física.

Población y métodosPoblación

La población de estudio fueron los niños de ambos sexos de 11 y 14 años de tres zonas básicas de salud de Palencia, una urbana y dos rurales, donde residen 3.500 niños menores de 14 años. La muestra se seleccionó de manera consecutiva en consultas programadas para actividades preventivas y de promoción de la salud, entre marzo de 2008 y febrero de 2009. La cobertura de los programas de actividades preventivas en esas zonas es >95%, por lo que la muestra prácticamente coincidía con la población de estudio. Se excluyó a quienes tuvieran movilidad reducida por cualquier causa. El diseño del estudio fue aprobado por el Comité de Ética e Investigación Clínica del área sanitaria de Palencia.

Somatometría

Los niños fueron pesados mediante una báscula electrónica con precisión de 0,1kg (Seca GMBH, Hamburgo, Alemania), tallados mediante un tallímetro de pared con precisión de 1mm (Seca GMBH, Hamburgo, Alemania), se les tomó la tensión arterial con esfigmomanómetro de mercurio, se midieron los pliegues cutáneos mediante un calibrador de pliegues de tipo Tanner-Whitehouse con precisión de 0,2mm (Holtain Ltd., Crymych, Reino Unido), y se determinó el estadio de desarrollo sexual según los estadios clásicos de Tanner. El sobrepeso y la obesidad se definieron a partir del índice de masa corporal (IMC) según el IOTF24, y se calcularon25 el porcentaje de grasa corporal y la masa magra (FFM). Se preguntó el peso y talla de los padres, y se definió la obesidad de los progenitores como IMC ≥30kg/m2.

Variables socioeconómicas

En entrevista con el adulto acompañante, se recogieron el nivel de estudios y actividad laboral de los padres. El nivel de estudios se codificó en tres categorías: estudios primarios o sin estudios, estudios de nivel medio (bachillerato o formación profesional), y estudios universitarios de cualquier nivel. Se definió como «nivel educativo familiar» el mayor nivel educativo entre los progenitores, y esta fue la variable empleada en los análisis. La ocupación de padre y madre se clasificó según la propuesta de la Sociedad Española de Epidemiología y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria26, y la clase laboral familiar se estableció como la mayor entre los progenitores. Esta clasificación ordena los empleos en cinco categorías (más una sexta para fuerzas armadas y clérigos), siendo la más alta la categoría i (funciones directivas y profesiones asociadas a titulaciones de segundo o tercer ciclo universitarios) y más baja la v (trabajadores no cualificados). Las personas sin empleo remunerado fueron acumuladas a la clase v.

Actividad física

Se preguntó si el niño realizaba actividades deportivas además de la gimnasia escolar, y el número de horas diarias que pasaba en actividades sedentarias (ver TV, videojuegos).

La actividad física se registró prospectivamente durante tres días consecutivos, incluyendo uno de fin de semana, mediante un diario según el método descrito por Bouchard27: cada día se dividió en periodos de 15min, y los niños debían anotar el tipo de actividad física que predominantemente habían realizado en cada periodo. Las actividades fueron ordenadas en 9 niveles de intensidad, y a cada nivel se le imputó un valor de MET (equivalente metabólico) según el «compendium» de Ainsworth28 (tabla 1). Los tres niveles más altos (7 a 9) se consideraron «actividad moderada o vigorosa».

Tabla 1.

MET asignados a cada nivel de actividad

Categoría  Ejemplos  Código compendium 2000  MET compedium  MET aplicados 
Dormir  07030  0,9  0,9 
Tumbado quieto viendo TV  07010 
  Tumbado quieto, sin hacer nada  07011   
  Sentado quieto viendo TV  07020   
  Sentado quieto  07021   
De pié en una fila  07040  1,2  1,5 
  Sentado, leyendo  09030  1,3   
  Sentado, escribiendo  09040  1,8   
Caminar<3,2km/h  17151 
  Vestirse, desvestirse  13020   
  Arreglarse, acicalarse  13040   
Tareas del hogar múltiples, esfuerzo moderado  05026  3,5 
  Hacer limpieza  05040  2,5   
  Aspirar  05043  3,5   
  Caminar 4km/h  17170   
Caminar 5,6km/h  17200 
  Calistenia  02030  3,5   
  Baile en general  03025  4,5   
Fútbol, general  15610 
  Bicicleta, general  01015   
  Baloncesto, general  15050   
  Natación, general  18310   
Fútbol, competición  15605  10 
  Ciclismo, carrera  01040  10   
  Baloncesto, competición  15040   
  Voleibol, competición  15711   
  Natación vigorosa  18230  10   
Carrera 9,6km/h  12050  10 

Con esos datos se calculó, en promedio para los tres días de registro, el gasto energético diario total (TEE), multiplicando MET diarios por la tasa metabólica en reposo (RMR) correspondiente al estadio de desarrollo sexual29. El gasto energético por actividad física (AEE) se calculó como (TEE·0,9) – REE, siendo REE la extrapolación a un periodo de 24h de la RMR. Se emplearon en el análisis tres variables de medida de la actividad física: 1) AEE ajustada por masa magra (AAE/FFM) y expresada en kcal/día/kg de masa magra; 2) PAL (physical activity level) calculado como TEE/REE, y 3) categoría de actividad física (CAF), con cuatro categorías30: sedentario (PAL<1,4), poco activo (1,4≤PAL<1,6), activo (1,6≤PAL<1,9) o muy activo (PAL≥1,9). Para el análisis, esas cuatro categorías se fusionaron en dos: «inactivo» (incluyendo a sedentarios y a poco activos) y «activo» (incluyendo a activos y a muy activos). Además del cálculo promedio para los tres días, se calcularon esas variables en cada día individual, para analizar diferencias entre distintos días de la semana.

Análisis estadístico

Para comparar proporciones en variables dicotómicas se empleó el χ2, y para las variables con categorías múltiples ordenadas se empleó la tendencia lineal de Mantel-Haenszel. Como AEE/FFM y PAL se alejaban de la distribución normal, se analizaron mediante pruebas no paramétricas (Kruskal-Wallis) y su correlación con otras variables se analizó con el coeficiente de correlación de Spearman (ρ).

Se construyeron modelos multivariantes con todas las variables consideradas relevantes, sin incluir interacciones, añadiendo un ajuste por centro investigador. Por un lado, la predicción del estado «activo» se estudió con un modelo de regresión logística. Por otro, se construyeron dos modelos de regresión lineal múltiple con las variables dependientes AEE/FFM y PAL. El modelo de AEE/FFM se realizó con una transformación logarítmica de la variable porque proporcionaba un mejor coeficiente de determinación, pero para facilitar la interpretación se muestran los resultados como porcentaje de variación en AEE/FFM. El análisis estadístico se realizó mediante SPSS 15.0 y se estableció como nivel de significación estadística α<0,05.

A partir de estudios31,32 en los que la desviación estándar del PAL era alrededor de 0,20, estimamos necesaria una muestra de 60 niños por cada grupo de edad para una precisión de 0,05 puntos de PAL y un nivel de confianza del 95%. Suponiendo una tasa de respuestas del 50%, debería contactarse con 120 niños de cada grupo de edad a lo largo del periodo de estudio.

Resultados

Se entregaron 322 diarios, fueron cumplimentados 189 (58,7%), y se incluyeron en el análisis los 179 (55,6%) con datos completos. La frecuencia de respuesta al cuestionario fue independiente de las variables estudiadas, excepto una respuesta mayor entre los niños de 11 años que entre los de 14 (62,6% vs. 49,7%; p=0,021). Todos los niños eran de origen español, excepto uno de origen sudamericano.

Las características demográficas aparecen en la tabla 2. La edad (media±desviación estándar) de los participantes era de 12,5±1,5 años, peso 49,4±13,9kg, talla 155,1±11,1cm y el porcentaje de masa grasa de 24,6±9,2%. PAL y AEE/FFM presentaron una distribución asimétrica, con mediana de PAL de 1,75 (amplitud intercuartil, IQR: 1,57–2,01) y de AEE/FFM de 27,3kcal/día/kg de masa magra (IQR: 19,3 a 39,4). La mediana de tiempo diario dedicado a actividades físicas de intensidad moderada o vigorosa fue 60min (IQR: 20 a 120). La mayoría de los niños entraban en las categorías «activo» o «muy activo» (tabla 2).

Tabla 2.

Características demográficas de la muestra

  n/N 
Grupo de edad
11 años  92/179  51,4 
14 años  87/179  48,6 
Sexo
Varón  82/179  45,8 
Mujer  97/179  54,2 
Estación del año
Otoño  46/179  25,7 
Invierno  52/179  29,1 
Primavera  49/179  27,4 
Verano  32/179  17,9 
Nivel máximo de estudios en la familia
Educación universitaria  70/177  39,5 
Enseñanzas medias  73/177  41,2 
Escolarización obligatoria/sin estudios  34/177  19,2 
Clase laboral de la familia
Clase alta (categorías I–II de SEE/SEMFYC)  67/177  37,8 
Clase baja (categorías III a V de SEE/SEMFYC)  110/177  62,2 
Estado respecto al peso
Normopeso  126/179  70,4 
Sobrepeso sin obesidad  43/179  24,0 
Obesidad  10/179  5,6 
Padre obeso  24/170  14,1 
Madre obesa  22/175  12,6 
Deporte extraescolar  131/177  74,0 
3h semanales de deporte  110/175  62,9 
3h diarias viendo TV  48/173  27,7 
Cumple con >60min/d de actividad >5 MET  93/179  52,0 
Nivel de actividad física (PAL)
Sedentario (PAL<1,4)  5/179  2,8 
Poco activo (1,4≤PAL<1,6)  46/179  25,7 
Activo (1,6≤PAL<1,9)  68/179  38,0 
Muy activo (PAL≥1,9)  60/179  33,5 

Un 74,0% practicaba deporte, siendo este hábito más frecuente a mayor nivel de estudios familiares (universitarios 82,9%, medios 73,6%, primarios o sin estudios 55,9%; p=0,013), en las clases sociales altas (83,6% vs. 67,9%; p=0,021), a los 11 años (79,3% vs. 62,9%; p=0,001) y en los varones (80,3% vs. 61,3%; p<0,001). La mediana de horas semanales dedicadas a actividades deportivas extraescolares era 3 (IQR 0–5), y la de horas diarias en actividades sedentarias era 3 (IQR 2–4). Ambas variables se categorizaron en<3 y ≥3h. El porcentaje de niños que pasaba ≥3h diarias en actividades sedentarias también era diferente según el nivel educativo (universitarios 15,9%, medios 27,1%, primarios o sin estudios 52,9%; p<0,001) y la clase social (alta 13,6%, baja 36,4%; p=0,001), sin diferencias relacionadas con edad o sexo.

Los resultados del análisis crudo se muestran en la tabla 3. La actividad era mayor en los varones y a los 11 años. Los niños de familias con bajo nivel educativo eran más frecuentemente sedentarios, pero entre ellos también había muchos muy activos, por lo que no se encontraron diferencias significativas relacionadas con el nivel de estudios. La clase social tampoco se asociaba con la actividad física. La estación del año influía mucho en la actividad física, con mayores PAL, AEE/FFM y CAF en verano. El tiempo dedicado a actividades sedentarias se correlacionaba de manera negativa con PAL (ρ=−0,277; p<0,001) y con AEE/FFM (ρ=−0,248; p=0,001), y las horas semanales de deporte lo hacían de manera positiva (PAL, ρ=0,384 y p<0,001; AEE/FFM, ρ=0,334 y p<0,001).

Tabla 3.

PAL, AEE/FFM y categoría de actividad física según diversas variables

Variable  Categoría  PALAEE/kgFFM/dActivo
    Mediana  IQR  pa  Mediana  IQR  pa  pb 
Grupo de edad  11 años  1,80  1,61–2,01  0,079  32,4  23,2–44,9  <0,001  80,4  0,007 
  14 años  1,70  1,52–1,96    22,2  15,8–32,1    62,1   
Sexo  Varón  1,86  1,62–2,06  <0,001  32,3  23,9–42,8  0,001  81,7  0,005 
  Mujer  1,66  1,53–1,89    23,2  17,3–35,0    62,9   
Nivel de estudios en familia  Universitarios  1,71  1,57–1,93  0,922  25,6  20,2–38,2  0,942  72,9  0,759 
  Estudios medios  1,77  1,56–2,01    28,3  17,7–43,3    69,9   
  Educación primaria/sin estudios  1,72  1,55–2,02    29,5  17,1–38,1    70,6   
Clase social  Alta  1,76  1,60–2,04  0,212  29,4  23,2–41,8  0,072  77,6  0,141 
  Baja  1,72  1,55–2,00    26,7  17,4–37,7    67,3   
Ámbito de residencia  Urbano  1,68  1,55–1,93  0,020  25,3  17,8–37,0  0,032  67,3  0,143 
  Rural  1,86  1,61–2,06    31,9  20,3–44,4    77,3   
Obesidad padre  Sí  1,91  1,58–2,32  0,061  34,6  17,9–51,9  0,168  75,0  0,609 
  No  1,72  1,56–1,94    26,1  19,3–37,7    69,9   
Obesidad madre  Sí  1,70  1,47–2,02  0,309  27,6  14,9–41,9  0,611  54,5  0,061 
  No  1,76  1,58–2,01    27,4  20,0–39,3    73,9   
Estación del año  Otoño  1,71  1,57–2,00  0,012  24,7  18,7–38,3  0,060  71,7  0,025 
  Invierno  1,63  1,51–1,97    23,2  16,4–37,7    59,6   
  Primavera  1,76  1,57–2,03    30,3  22,8–43,9    71,4   
  Verano  1,88  1,67–2,07    30,0  23,2–37,1    90,6   
Pasa ≥3h/d viendo TV  Sí  1,60  1,49–1,89  <0,001  21,1  15,1–34,3  0,001  50,0  <0,001 
  No  1,80  1,62–2,04    29,8  21,4–41,9    79,2   
Deporte extraescolar ≥3h/semana  Sí  1,83  1,63–2,05  <0,001  30,8  22,9–42,1  <0,001  80,9  <0,001 
  No  1,61  1,51–1,82    20,8  16,4–31,2    55,4   
Estado respecto al peso  Peso normal  1,75  1,57–2,01  0,851  25,8  19,2–35,8  0,112  73,0  0,561 
  Sobrepeso  1,83  1,56–2,00    29,3  19,7–46,1    67,4   
  Obesidad  1,69  1,45–2,12    35,6  18,9–53,0    70,0   

AEE/kgFFM/d: gasto energético diario en actividad física ajustado por masa magra; IQR: amplitud intercuartil; PAL: Physical activity level.

a

Kruskal-Wallis.

b

χ2 o tendencia lineal de Mantel-Haenzsel.

Aunque había mayor proporción de niños sedentarios entre los obesos, no se encontraron diferencias significativas relacionadas con sobrepeso-obesidad ni con el porcentaje de grasa corporal. La tensión sistólica tenía correlación negativa con PAL (ρ=−0,178; p=0,017) y con AEE/FFM (ρ=−0,208; p=0,006), y lo mismo sucedía con la tensión arterial media (correlación con PAL: −0,175; p=0,019; correlación con AEE/FFM: −0,193; p=0,010).

En los modelos multivariantes (tabla 4), se confirmaron los hallazgos de los análisis previos: la actividad física era mayor en verano, a los 11 años, en los varones y en los que practicaban más horas de deporte, y menor en los que pasaban más tiempo en actividades sedentarias. No se encontró relación del sobrepeso u obesidad del niño con el nivel de actividad. La obesidad paterna estaba directamente relacionada con mayores PAL y AEE/FFM, y la obesidad materna con una CAF sedentaria. Del análisis multivariante surgieron algunas asociaciones no manifestadas en el análisis crudo, relacionadas con factores sociales: en las familias con menor nivel de estudios, la CAF tendía a ser mayor, y era significativa en los niños de familias con estudios primarios o sin estudios. El medio urbano o rural no pudo incluirse en los modelos por colinealidad producida al ajustar por equipo investigador.

Tabla 4.

Modelos de regresión

  AEE/FFMaPALaCAFb
  R2=0,437 (p<0,001)R2=0,320 (<0,001)χ2HL=6,938 (p=0,543)
  Coeficiente (% de variación)  IC95%  Coeficiente (unidades PAL)  IC95%  OR  IC95% 
Sexo varón (vs. mujer)  +25,7%  +11,0% a +42,6%  <0,001  0,11  0,02 a 0,19  0,018  3,69  1,42–9,58  0,007 
Edad 14 años (vs. 11 años)  −30,3%  −38,3% a −21,2%  <0,001  −0,07  −0,15 a 0,02  0,128  0,35  0,15–0,84  0,018 
Estación del año                   
Invierno (referencia)              1,00     
Otoño (vs.invierno)  +6,3%  −9,6% a +24,9%  0,459  0,03  −0,09 a 0,14  0,665  2,98  0,96–9,22  0,058 
Primavera (vs. invierno)  +12,8%  −4,4% a +33,1%  0,154  0,05  −0,07 a 0,16  0,445  1,68  0,56–5,06  0,355 
Verano (vs. invierno)  +27,3%  +6,5% a +52,2%  0,008  0,17  0,04 a 0,29  0,009  15,25  2,83–82,09  0,002 
Hacer deporte ≥3h/semana  +18,5%  +2,7% a +36,6%  0,020  0,11  0,01 a 0,21  0,032  2,58  0,98–6,80  0,056 
Ver TV ≥3h/día  −24,3%  −34,7% a −12,7%  <0,001  −0,15  −0,25 a –0,05  0,003  0,20  0,07–0,55  0,002 
Estado respecto al peso                   
Normopeso (referencia)              1,00     
Sobrepeso (vs. normopeso)  +14,9%  −0,9% a +33,2%  0,065  0,02  −0,08 a 0,13  0,664  0,96  0,34–2,67  0,931 
Obesidad (vs. normopeso)  +15,1%  −14,2 a +54,3%  0,345  −0,08  −0,28 a 0,13  0,453  1,34  0,16–11,04  0,784 
Obesidad padre  +23,5%  +2,5% a +48,9%  0,027  0,23  0,10 a 0,36  0,001  3,94  0,75–20,85  0,106 
Obesidad madre  −12,3%  −28,0% a +6,8%  0,191  −0,08  −0,22 a 0,05  0,235  0,16  0,03–0,70  0,016 
Nivel de estudios en la familia                  0,126 
Estudios universitarios (referencia)              1,00     
Estudios nivel medio (vs. universitarios)  +20,2%  −1,4% a +46,5%  0,069  0,13  −0,01 a 0,27  0,061  2,79  0,66–11,82  0,163 
Estudios primarios o sin estudios (vs. universitarios)  +25,0%  −1,4% a +58,4%  0,065  0,18  0,02 a 0,35  0,031  6,44  1,07–38,80  0,042 
Clase social alta (vs. baja)  +21,2%  −0,1% a +46,8%  0,052  0,13  −0,01 a 0,26  0,059  2,88  0,69–12,04  0,147 

Resultados ajustados por centro de estudio. AEE/FFM: gasto energético diario por actividad física ajustado por kg de masa magra; CAF: categoría de actividad física (activo/inactivo); χ2HL: chi cuadrado de Hosmer-Lemeshow; IC: intervalo de confianza; OR: odds ratio de ser físicamente activo o muy activo frente a ser poco activo/sedentario; PAL: nivel de actividad física; R2: coeficiente de determinación del modelo de regresión.

a

Modelo de regresión lineal múltiple.

b

Modelo de regresión logística.

De manera independiente, se investigó el nivel de actividad física en cada día de la semana (fig. 1). Los fines de semana, especialmente los domingos, aumentaba la frecuencia de sedentarismo, aunque sin significación estadística (p=0,259). Las diferencias en PAL y AEE/FFM tampoco fueron significativas entre los días de la semana (diferencias en PAL, p=0,171; diferencias en AEE/FFM, p=0,189).

Figura 1.

Cambios en el nivel de actividad física relacionados con el día de la semana.

(0.12MB).

Finalmente, se realizó un análisis de sensibilidad, comprobando que los resultados no cambiaban usando la estimación del RMR obtenido según edad y sexo29, o los valores de gasto energético basal proporcionados por las ecuaciones de Schofield33, ni considerando solo el nivel de estudios de la madre en vez del nivel de estudios máximo de la familia o aplicando otras imputaciones de MET a los datos del diario de actividad34.

Discusión

Los estudios que investigan el nivel de actividad física en niños son necesarios para conocer la situación actual en áreas geográficas concretas, y servir de base para diseñar estrategias locales de promoción de hábitos de vida saludables. No existen datos al respecto en Castilla y León, por lo que resulta pertinente realizar estudios de este tipo en dicha región. En el área geográfica estudiada, el nivel de actividad física de niños de 11 a 14 años es bastante alto, con un 71,5% de los niños clasificables como activos o muy activos, cifra idéntica a la recientemente obtenida en el estudio AFINOS, en el que un 71,1% de los adolescentes madrileños de 13 a 16 años realizaban al menos 60min diarios de actividad física moderada o vigorosa35. Aunque esa cifra permite cierto optimismo, alejándose del 48% encontrado en el estudio EnKid entre los 8 y los 18 años36, también significa que cerca de un 30% de nuestra población es sedentaria, con el riesgo que ello puede suponer para la salud si se mantiene ese estilo de vida.

Otro hecho destacable es la ausencia de diferencias en la actividad física en relación con el sobrepeso/obesidad. En otro estudio transversal con sujetos de 2 a 24 años (estudio Enkid37, la actividad física valorada mediante cuestionario tenía una débil asociación con la prevalencia de obesidad, apreciándose solo en algunas edades o en relación con algunos factores socioeconómicos, y con resultados diferentes entre sexos. Pero bastantes estudios longitudinales han demostrado que la actividad física durante la adolescencia reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad en los años siguientes10–13, por lo que nuestros resultados solo indican que en el plazo de observación de tres días no pueden detectarse patrones distintos de actividad física relacionados con el sobrepeso-obesidad. Sin embargo, coincidiendo con muchos estudios que han relacionado la falta de actividad física en niños y adolescentes con factores de riesgo cardiovascular14–19, hemos encontrado una correlación inversa entre actividad física y tensión arterial.

Hemos demostrado que las tres principales causas de variabilidad en la actividad física son el sexo, la edad y la época del año. Los varones eran más activos que las mujeres, independientemente de la medida de actividad empleada, y en consonancia con lo observado en múltiples estudios españoles, americanos y europeos35,38–41. El predominio masculino es evidente incluso en modelos ajustados por la frecuencia de práctica deportiva, por lo que posiblemente esté en relación con la participación de los varones en actividades deportivas más enérgicas o con una mayor actividad física aparte del deporte organizado. En segundo lugar, encontramos una disminución de la actividad física al progresar la adolescencia, otro fenómeno frecuentemente referido40,42,43, aunque a veces se ha encontrado mayor actividad en los adolescentes más mayores35. En el presente estudio, la disminución de la actividad física con la edad es paralela a la reducción en la frecuencia de prácticas deportivas durante la adolescencia, un hecho señalado en relación con el desarrollo de obesidad en el adulto20,44. Finalmente, confirmamos las observaciones previas tanto en niños como en adultos39,45 que demuestran que el verano es la época del año donde la actividad física es mayor, cuando el clima facilita las actividades al aire libre y se relajan los horarios y los deberes escolares. Este fenómeno, sin embargo, no ocurre durante los fines de semana, en los que sigue habiendo bastantes niños muy activos, pero que para muchos son días más sedentarios que los días de diario. Resultados similares se encontraron en niños de 11 años el Reino Unido (estudio ALSPAC), donde también se observó una mayor irregularidad en la actividad física en los días de diario39. Se ha llamado la atención sobre ese carácter intermitente de la actividad física en los niños, que pueden tener momentos de actividad muy intensa intercalados con otros de sedentarismo46.

La actividad física no está determinada por factores biológicos o genéticos, e incluso la concordancia familiar en el nivel de actividad debe atribuirse principalmente a factores ambientales y socioeconómicos compartidos31,47. Pero las relaciones entre actividad física y factores socioeconómicos son complejas. En los análisis ajustados, la actividad era mayor cuando la familia tenía un nivel educativo bajo, hallazgo en el que coincide el estudio británico ALSPAC39. Sin embargo, como también se ha comprobado en el estudio EnKid36, a menor nivel educativo era menos frecuente la práctica deportiva y mayor la de actividades sedentarias. Cabe deducir que muchos niños realizan bastante actividad física en ámbitos distintos al del deporte organizado. La asociación aparecía con el nivel educativo, no con la clase social basada en el empleo. Esas variables, aunque relacionadas, no son equivalentes en España, uno de los países desarrollados con mayor desajuste entre nivel educativo y empleo48. Varios estudios han comprobado que el nivel socioeconómico, medido a nivel ecológico, no se relaciona con el nivel de actividad física en niños y adolescentes49,50. Otros estudios han encontrado una relación directa entre actividad física en adolescentes e ingresos familiares, pero también demuestran que es más determinante el interés en ser físicamente activo y la confianza en ser capaz de realizar actividades físicas51. Circunstancias como el apoyo y la influencia de los padres, tienen más relación con variables educativas que con las laborales o económicas, y parecen influir en la actividad física de niños y adolescentes52, lo que a su vez puede vincularse con que la participación familiar o comunitaria sea necesaria para la efectividad de los programas de estímulo de la actividad física53.

No podemos dar explicación a la asociación que encontramos entre obesidad del padre y mayor actividad. El efecto podría deberse a un error aleatorio, pero su magnitud resulta suficiente como para no descartar que exista alguna relación, quizá mediada por la motivación de los padres obesos para que sus hijos sean activos.

Este estudio tiene algunas limitaciones que deben comentarse: 1) Hemos empleado una muestra de conveniencia, aunque la consideramos representativa por la alta cobertura de los servicios de actividades preventivas en los centros participantes y porque no hubo tasas de respuesta distintas en función de factores que pudieran causar sesgo de selección. 2) Nos hemos basado en información proporcionada por los propios sujetos y no hemos empleado un método directo de estimación de la actividad. Los métodos directos evitan sesgos que pueden aparecer en los métodos indirectos54, pero requieren de un material costoso y sus resultados pueden variar según ciertas condiciones de aplicación. Los métodos indirectos más usados por su sencillez son los cuestionarios y recordatorios, pero muestran poca concordancia con medidas objetivas y tienden a sobreestimar la actividad física55. El método que empleamos tiene las ventajas de recoger la información de manera prospectiva, permitir hacer una estimación del gasto energético, y haber sido validado en varias ocasiones frente a métodos objetivos34,56–59. 3) La asignación del gasto energético a distintas actividades es difícil en los niños60. Hemos seguido las recomendaciones de una reciente revisión61 que propone emplear para cada actividad los MET asignados al adulto, pero referidos a una REE ajustada. Elegimos la REE publicada por Harrell29, ajustada por desarrollo sexual, y hemos evaluado la consistencia de los resultados mediante un análisis de sensibilidad. Aunque el diario de Bouchard se ha aplicado con distintas imputaciones de MET a cada actividad34, las aquí usadas proceden de la versión más reciente del compendium de Ainsworth. Al comparar el resultado obtenido con distintas imputaciones de MET, se ha observado poca concordancia pero buena correlación con métodos objetivos62. 4) Usamos tres variables para medir la actividad física, porque ninguna es definitivamente la mejor. La CAF es sencilla de entender, pero en los niños no está claro que los puntos de corte recomendados sean apropiados. El PAL ajusta el gasto energético respecto al gasto en reposo, pero no elimina la influencia del peso corporal en el gasto energético por actividad física, por lo que se ha propuesto el empleo de AEE/FFM32. 5) Nuestro estudio describe de manera transversal las características epidemiológicas de la actividad física, no sus causas ni consecuencias, por lo que no cabe hacer valoraciones sobre las mismas.

En conclusión, encontramos que en Palencia la actividad física es mayor en los varones y en verano, disminuye durante la adolescencia y no aumenta sustancialmente durante los fines de semana en los niños de 11 a 14 años. En niveles socioculturales inferiores los hábitos sedentarios son más frecuentes, pero pese a ello el nivel de actividad física total no es menor.

Financiación

Trabajo financiado mediante una ayuda a la investigación en biomedicina de la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León (GRS 118/B/07).

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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