En relación con la carta redactada por Viaño-Nogueira et al.1 en contestación a nuestra publicación2, en la que afirman que la disminución en las tasas de lactancia materna (LM) en madres con infección por COVID-19 se vio más influida por aspectos organizativos que por la propia infección, debemos recalcar que nuestro estudio fue realizado igualmente en un centro acreditado IHAN, en el que se mantuvieron las medidas de apoyo a la LM durante las diversas olas de la pandemia. Es preciso, además, reseñar que la conclusión de los autores se sustenta en un estudio de limitado tamaño muestral. También habría que añadir que no se realiza comparación con un grupo control (recién nacidos de madres sin infección por SARS-CoV-2).
Sin embargo, es factible que los autores pudieran observar resultados similares a los objetivados en nuestra investigación pues, según concluyen en su estudio, las tasas de LM exclusiva en los recién nacidos de madres con infección por SARS-CoV-2 fueron del 50%. Podemos inferir que estas fueron inferiores a las tasas de LM exclusiva en recién nacidos de madres sin infección, pues, al ser un centro acreditado IHAN, deberían ser próximas al 75%.
No obstante, es posible que, a pesar de una estrategia de claro apoyo a la LM, tal y como se aplica en los centros acreditados IHAN como es aquel del que proceden los autores, se pueda seguir observando la influencia que la pandemia ha tenido en la reducción de las tasas de LM. Así, en el estudio de Muñoz-Amat et al.3, se objetiva cómo, durante la primera ola de la pandemia, los centros que se encontraban en fases más avanzadas de la estrategia IHAN aplicaban con mayor frecuencia medidas de protección y promoción de la lactancia, pero, a pesar de ello, eran insuficientes respecto a las cifras deseables de LM (tan solo un 41,9% practicaba LM en la primera hora de vida). Aun así, la estrategia IHAN ha demostrado ser una herramienta eficaz para la promoción y apoyo de la LM, incluso en situación de pandemia. Así, en el estudio de Bartick et al.4 se observó que las tasas de LM exclusiva a los 3 meses eran mayores en aquellas madres con infección por SARS-CoV-2 que habían dado varios de los pasos establecidos en la estrategia IHAN, concretamente la aplicación de contacto piel con piel inmediato (paso 4) o el alojamiento conjunto (paso 7).
Sin embargo, al igual que Viaño-Nogueira et al.1, consideramos necesaria la realización de más estudios que analicen si el impacto que ha tenido la pandemia por COVID-19 en las tasas de LM se debe a las dificultades en la implantación de las medidas recomendadas por la OMS o si la propia infección materna por SARS-CoV-2 puede haber tenido influencia directa en su reducción.