En los últimos años ha habido numerosa información en las redes sociales en la que se indica que los bebés no deben tomar los cereales para lactantes (CL) por su alto contenido en azúcares libres y su sabor dulce1. Como alternativas, se indican el almidón de maíz, la sémola de trigo, la harina de avena o el arroz integral.

La introducción de los CL en la alimentación complementaria (AC) presenta las ventajas de su textura y el aporte de fibra, energía, hierro y cinc, fundamentalmente. Son desventajas su contenido en azúcares libres y el sabor dulce2.

Según ESPGHAN3, se recomienda que la ingesta de azúcares libres en los 2 primeros años sea menor del 5% de la ingesta calórica total (ICT). Como actualmente no se recomienda la ingesta de zumos de frutas en el primer año de vida, los CL son la principal fuente de azúcares libres.

En 2018 se revisó la composición de 98 marcas de CL comercializados en España. Asumiendo una ingesta calórica media recomendada en el segundo semestre de vida de 750kcal/día, la ingesta de 25 o 30g/día supondría más de un 5% de la ICT en forma de azúcares en 1 o 5 marcas, respectivamente. El aporte de fibra suponía 1,2-1,5g/día. En 2020 se han revisado 110 marcas y se ha constatado un descenso global del contenido en azúcares (el porcentaje de preparados con ≤5g de azúcares/100g ha pasado del 18,3 al 30,9%) y un aumento del contenido en fibra de los CL (45,4 frente al 40,8% previo)4. Actualmente, la ingesta diaria de 25 o 30g de CL no aporta más del 5% de ICT en forma de azúcar en ningún preparado comercial.

Por otro lado, un exceso de ingesta proteica en los primeros meses de vida puede predisponer a una obesidad posterior. Por ello, varias CC.AA. y sociedades pediátricas como la AEPAP5 recomiendan que la cantidad diaria de proteínas de alto valor biológico (PAVB) en la AC sea 20-40g. Una ingesta diaria de 500ml de fórmula de continuación (FC) y 20-40g de carne o pescado aportan 2,2-7,2mg de hierro (tabla 1), según los datos de composición de la Base de Datos Española de Composición de Alimentos BEDCA (https://bedca.net). Con 500ml de leche materna (LM) el aporte diario de hierro es 0,5-1mg. Con hígado de pollo o yema de huevo se alcanzan 3,5 o 9,5mg y 1,5 o 2,7mg/día de hierro, según sea con FC o LM. Así pues, la ingesta diaria de 20-40g de carne o pescado en la alimentación complementaria junto con 500ml de FC es insuficiente para lograr las necesidades diarias de hierro estimadas de 8-11mg (11mg según DRI de IOM-2011 y 8mg según EFSA-2013). En el caso de la LM este déficit es mayor.

Para poder llegar a 8-11mg/día de hierro hay que contar con los CL, pues la ingesta de 25-30g de CL aporta 1,8-3mg de hierro. Sin embargo, las alternativas a los CL suponen 0,12-0,36mg (tabla 2). Tampoco el consumo de legumbres supondría una mejora sustancial (0,3-0,7mg) (tabla 1).

Como conclusión, la recomendación de una menor cantidad de PAVB en la AC debe complementarse con alimentos ricos en hierro como los CL, ya que la mayoría de alternativas no aportan suficiente hierro. Por ello, es deseable que los CL sean de grano completo y con menor hidrólisis enzimática para disminuir su contenido en azúcares libres6.