La pandemia por COVID-19 ha supuesto una revolución en la relación médico-paciente en todo el mundo. El diagnóstico, tratamiento, control y prevención de esta infección ha pasado a ocupar el primer lugar en la prioridad para el personal sanitario y la población general.
Siguiendo los protocolos del Ministerio de Sanidad del Gobierno de España1, la atención sanitaria debe ser prioritariamente no presencial, para evitar posibles contagios en el centro sanitario. Esto ha supuesto un gran cambio en la metodología de trabajo de los sanitarios y un acceso más restringido de los pacientes a los servicios de salud. Las consultas presenciales se han sustituido parcialmente por telemedicina.
En la pandemia los niños han sido confinados en sus domicilios, desde el 15 de marzo al 26 de abril del 2020. Las consultas presenciales en los centros de salud deben ser pactadas entre sanitario y paciente, decidiendo si la atención es presencial o telemática.
La mayoría de los pacientes de COVID-19 pueden controlarse de forma no presencial2, pero gran parte del resto de las patologías siguen precisando de valoración presencial.
El uso masivo del teléfono como medio de comunicación con el paciente hace que el acceso al profesional haya empeorado. Las consultas preferentemente telefónicas1,3 y el rastreo de casos COVID desde los centros de salud saturan las líneas. Siguiendo los protocolos marcados por el Ministerio de Sanidad1, los pacientes y contactos COVID deben mantener cuarentena durante 10 días al menos y ser controlados por su médico diariamente.
En los centros sanitarios donde el correo electrónico lleva varios años funcionando de forma habitual, el acceso a los profesionales es más ágil y bien conocido por los usuarios.
En nuestro centro de salud, dos pediatras y dos enfermeras pediátricas atienden 2.400 niños. Se utiliza una cuenta institucional de correo electrónico exclusiva de pediatría. Se ofrece a toda la población. Tras 5 años conseguimos una utilización constante y mantenida. El segundo año tras su instauración, observamos un aumento considerable y posteriormente se mantiene una utilización similar (fig. 1).
El quinto año, coincidiendo con la pandemia COVID-19 y el confinamiento (15-3-2020), se aprecia un aumento de casi el triple de consultas por esta vía. Resulta muy útil por aumentar la accesibilidad a los usuarios, mejor que los teléfonos colapsados. Se calcula un promedio de 15,16 consultas por correo electrónico al día; durante el periodo de confinamiento domiciliario, hasta 19,6 correos diarios. Una de cada 5 familias ha utilizado esta vía. El tipo de consultas solicitadas por correo electrónico son variadas: un 31% requiere actos administrativos (renovación de recetas, informes de salud, cita...), un 41% consejos de salud (alimentación, cuidados COVID...), un 27% consulta por patologías agudas (catarral, digestiva...) o por patologías crónicas (diabetes, TDAH...) y un 1% por motivos personales (separaciones...), siempre evitando usarlo en casos urgentes. Todo queda registrado en la historia clínica del niño. Inicialmente se desaconsejaba enviar imágenes fotográficas, por los posibles problemas legales de confidencialidad4,5. Pero la pandemia y las dificultades de acceso a nuestros servicios que ella genera han hecho que el uso de imágenes dermatológicas se haya impuesto. Hemos enviado esas imágenes a los dermatólogos de referencia a través de la interconsulta virtual. El consentimiento paterno es obligado. Conseguimos un gran ahorro de tiempo de espera para obtener la opinión del dermatólogo. Se evitan los desplazamientos de niños y padres a los centros de especialidades, evitando el riesgo de contagios.
El importe de una primera visita de especialista, según datos del BOA (n.o 156 del 10/08/2012) actualizados para el ejercicio 2020, asciende a 125,42€, y si se trata de una revisión, el importe es de 75,23€. No existen precios de referencia para la facturación de consultas virtuales, pero supondrían un ahorro económico ya que ahorran tiempo al especialista.
También conseguimos ahorrar tiempo al personal del servicio de pediatría, que puede gestionarlo mejor. Y ahorrar recursos sanitarios en general ya que es un medio muy barato. Los usuarios se encuentran muy satisfechos con este servicio6.
El programa de vacunaciones infantiles no se ha interrumpido en ningún momento de la pandemia. Se ha trabajado con un horario limpio a primera hora de la mañana y atendiendo pacientes infecciosos a segunda hora3.
Los posibles problemas médico-legales derivados del uso de las nuevas tecnologías4,5 no justifican la suspensión de este servicio. Es una herramienta de apoyo que nunca debe sustituir la relación presencial con el paciente, incluso en ocasiones puede reforzarla.
Todo lo aquí expuesto avala la necesidad de continuar manteniendo activas estas consultas por correo electrónico durante la pandemia y posteriormente.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.