En los últimos 5 años, se ha visto un aumento del uso de pañuelos portabebés para el transporte de lactantes. Las bandoleras o pañuelos portabebés son telas, normalmente hechas de algodón, que permiten a los padres transportar al bebé consigo mismos. Se dice que son seguros, cómodos, prácticos y que favorecen el contacto directo de los padres con el niño para así estar más estimulados1, pero su uso incorrecto puede tener consecuencias fatales. Está descrito que colocar al bebé en ciertas posiciones incrementa el riesgo de asfixia por compromiso de la vía aérea, sofocando al bebé en uno o dos minutos1. Al perder la consciencia, este no puede llorar, por lo que pasa desapercibido para los padres, que cuando se dan cuenta ya es demasiado tarde2. En el 2010, la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo (organismo americano encargado de proteger al público del riesgo de lesiones o muerte relacionado con el uso de productos de consumo) puso una alerta y publicó unas recomendaciones del uso correcto de los pañuelos portabebés a raíz de la notificación de 14 casos de muerte por sofocación, 12 de los cuales eran menores de 4 meses2,3.
Presentamos el caso de una niña de un mes de vida que sufre una parada cardiorrespiratoria mientras la madre la transporta con un pañuelo portabebés. La paciente es exprematura de 36 semanas de gestación y peso adecuado, sin antecedentes gestacionales y nacida con parto eutócico. En un trayecto de unos 15 minutos, la madre la transporta con un pañuelo en posición horizontal, mamando y tapándola con su abrigo por encima. En ningún momento la madre percibe que la niña tosa, llore o se mueva, solo nota que deja de mamar a medio trayecto. Al llegar al destino y destaparla, la encuentra pálida, con cianosis peribucal y sin signos de vida. Avisa a la policía local, que inicia reanimación básica y la traslada al ambulatorio (que está ubicado delante del domicilio), donde continúan las maniobras de reanimación avanzada y avisan al sistema de transporte medicalizado. Se calcula que para resucitarla requiere 10 min de reanimación básica y 5 de avanzada, recibiendo una sola dosis de adrenalina por vía intravenosa. Se traslada a nuestro centro intubada y con una vía intraósea. La gasometría venosa inicial muestra un pH de 6,9, pCO2 37mmHg, bicarbonato 7mmol/l, exceso de base –24mmol/l y ácido láctico 144mg/dl. A la exploración, destaca una niña en postura de decorticación con desconexión del medio, hipertónica, con hiperreflexia generalizada y clonus. Recibe tratamiento de soporte con ventilación mecánica, dopamina (máxima a 7,5μg/kg/min) y corrección hidroelectrolítica. El estudio toxicológico e infeccioso es normal, y se realizan EEG seriados que muestran trazado de base desestructurado, con aplanamiento generalizado y brotes de puntas y polipuntas de bajo voltaje, y lentas multifocales. La resonancia magnética cerebral practicada al sexto día del ingreso muestra afectación difusa de ambas regiones gangliobasales talámicas, compatible con encefalopatía hipóxico-isquémica aguda grave. Dado el mal pronóstico neurológico clinicorradiológico, se decide adecuación del esfuerzo terapéutico, falleciendo a los 10 días del ingreso. Se realiza el protocolo de estudio metabólico, con resultado negativo y autopsia judicial.
A raíz de este caso y los comunicados en la literatura, creemos importante divulgar el riesgo de sofocación debido al uso inadecuado de los pañuelos portabebés. Debemos explicar cómo utilizarlos de forma correcta y no utilizarlos como medios de transporte que dejan las manos libres4. Las posiciones incorrectas son la posición fetal (durante los primeros meses de vida los niños no controlan la cabeza por debilidad de la musculatura del cuello, por este motivo, no pueden reposicionar la vía aérea cuando está obstruida) y el contacto directo de la nariz y la boca con la tela o el cuerpo de la persona que transporta el niño2-4. Se deben utilizar poniendo el niño en posición vertical, con la cabeza en la parte superior del pañuelo sin cubrirle la cara, con la barbilla en alto y alejando la cara del cuerpo para no obstruir la nariz y la boca. Además, los padres deberán ir comprobando que el niño se mantiene en la posición correcta, asegurar que respira sin dificultad y no cubrirlo con abrigos o mantas para mantenerlo caliente2-4. Los niños con mayor riesgo son los lactantes menores de 4 meses, de bajo peso, prematuros o aquellos con problemas respiratorios4. Por todo ello, creemos necesario incluir el uso correcto del pañuelo portabebés en las campañas de prevención de accidentes infantiles que promueve la Asociación Española de Pediatría.