La varicela es una enfermedad viral exantemática que suele cursar sin secuelas en los niños, aunque en las últimas décadas han aumentado el número de complicaciones alrededor de esta enfermedad1.
Varón de 3 años de edad que presenta desde hace una semana una erupción vesículo-papulosa compatible con varicela.
Acude a urgencias con un cuadro de gonalgia izquierda de 48 h de evolución y fiebre de 38°C.
La rodilla estaba caliente, tumefacta, con aumento de líquido intraarticular y con una posición antiálgica en flexión de 30°, negándose a deambular.
En la analítica presenta leucocitosis de 16.000 con predominio de neutrófilos, PCR de 96mg/dl y VSG de 50mm/h. La radiografía fue normal.
Ante la sospecha de artritis séptica de rodilla, realizamos una artrocentesis con aguja fina, obteniéndose un líquido sinovial turbio que mandamos a cultivo.
En el mismo acto se procede al lavado articular con suero fisiológico y aspiración con aguja.
Se inicia tratamiento por vía intravenosa de amplio espectro con cefotaxima 1g/8h.
El resultado del cultivo del líquido articular indica la presencia de cocos grampositivos, aislándose Streptococcus pyogenes.
A las 24 h siguientes, presenta un empeoramiento de su estado general, fiebre de 39°C, PCR de 250mg/dl y VSG de 99mm/h.
Se realiza otro lavado articular mediante artrotomía, dejándose colocado un drenaje espirativo durante 48 h.
Tras este acto, mejoró de forma significativa; se mantuvo el tratamiento por vía intravenosa de antibióticos durante 10 días, presentando entonces una PCR de 6mg/dl y una VSG de 20mm/h.
El paciente evolucionó satisfactoriamente, se retiraron los puntos de sutura y fue dado de alta. Se mantuvo el tratamiento antibiótico por vía oral con amoxicilina/ácido clavulánico, durante 3 semanas más. Las revisiones se realizaron en nuestras consultas. Dos meses después, el paciente está asintomático.
La varicela es una enfermedad exantemática de etiología viral (virus de la varicela zóster) común en niños, que habitualmente cursa sin incidencias1.
Generalmente es autolimitada, aunque puede presentar complicaciones del 1% en menores de 15 años previamente sanos2.
Las complicaciones más frecuentes de la varicela son las respiratorias, hidroelectrolíticas y cutáneas, así como la sepsis, las complicaciones neurológicas, las digestivas, las otorrinolaringológicas y las articulares3.
El microorganismo que con más frecuencia se aísla en las complicaciones es el estreptococo de grupo A, así como el Staphylococcus aureus y la Pseudomonas aeruginosa2.
La artritis séptica es una inflamación de las articulaciones debida a una infección.
La gran mayoría se deben a estafilococos, estreptococos y Kingela kingae.
Clínicamente, en niños pequeños, se producen signos locales y sistémicos de inflamación, acompañado de fiebre. En niños menores de 6 años, está precedida por una infección cutánea en el 33% de los casos. La articulación está hinchada y dolorida, y el niño se niega a moverse, manteniendo la rodilla en una posición antiálgica de unos 30° de flexión4.
El diagnóstico precoz es muy importante para prevenir secuelas.
El recuento leucocitario, la PCR y la VSG deben añadirse al estudio5.
El número de leucocitos sobrepasa el 1.000/mm3 en el 70% de los casos.
La VSG supera los 40mm en el 50% de los pacientes y aumenta y se normaliza siguiendo una cierta inercia.
La PCR se encuentra elevada en el 50% de los casos y es de gran interés en el seguimiento evolutivo tras el tratamiento y su normalización refleja la eficacia terapéutica6.
El diagnóstico se establece mediante el aspirado articular. El líquido sinovial es turbio, con más de 50.00 leucocitos y predominio de polimorfonucleares. Hay que realizar Gram y cultivo.
La bacteriología es el único método que permite comprobar el diagnóstico y adoptar el tratamiento oportuno.
Si se cultiva sólo el aspirado articular, los cultivos son positivos en un 66%. Si se añaden hemocultivos, se eleva al 75%.
El diagnóstico diferencial incluye la sinovitis tóxica, artritis reactiva post-estreptocócica y artritis reumatoide6.
El tratamiento debe ser el drenaje, obligatorio en todos los casos, y la cobertura antibiótica. La aspiración con aguja fina es un método tradicional.
Si la respuesta a la aspiración con aguja es lenta, debe realizarse un drenaje artroscópico o bien una artrotomía4.
La elección del antibiótico debe hacerse según el germen aislado, aunque se puede comenzar por un antibiótico de amplio espectro.
La mayoría de las artritis sépticas pueden tratarse con antibióticos vía intravenosa de 3 a 21 días, continuando con antibióticos por vía oral hasta las 4 semanas4.
La inmovilización no es necesaria, aunque algunos autores la indican para el post-operatorio inmediato6.
Las complicaciones en los niños de más de 2 años son menores, siendo la deformidad residual la más frecuente. Se desarrolla por un desplazamiento o pérdida de la fisis.