Durante los últimos años, Anales de Pediatría se ha consolidado como la revista pediátrica científica más influyente publicada en castellano. Es especialmente relevante el incremento del factor de impacto (FI) hasta 1,140 en el año 2016, mayor valor nunca logrado, que junto con otros datos bibliométricos reflejados en el editorial previa1 sitúan a Anales en una posición de la que los pediatras de la Asociación Española de Pediatría (AEP) nos podemos sentir orgullosos. Estos éxitos han sido consecuencia de las estrategias inteligentes y los esfuerzos constantes realizados por los comités editoriales anteriores. Como hechos más significativos, se podría destacar la inclusión de la revista en el repertorio de Science Citation Index-Journal Citation Reports (SCI-JCR)2, así como su crecimiento mantenido en el FI, hasta alcanzar la cifra previamente referida1. Este nuevo Comité Editorial quiere comenzar su andadura valorando y agradeciendo el trabajo de los previos, especialmente del que nos precede, encabezado por Empar Lurbe, que han colocado a Anales de Pediatría en el mejor momento de su historia.
Hace 4 años, Empar y su equipo analizaban la situación de la revista planteando las amenazas y oportunidades del momento3. Actualmente, fruto de su trabajo, las amenazas han disminuido, con un aumento nítido en la presencia internacional de la revista y consiguiendo el ascenso al tercer cuartil. Los 2 factores clave para conseguir estos logros han sido la edición bilingüe y el cambio en las normas editoriales, aspectos que el nuevo equipo de editores mantendrá como pilares imprescindibles en la consolidación del proyecto. Así mismo, las oportunidades se han reforzado con el asentamiento en un grupo editorial de fortaleza contrastada.
Teniendo en cuenta que nuestro objetivo principal será reforzar los avances obtenidos, hemos considerado oportuno que permanezcan en el nuevo equipo 2 editores del anterior, que garantizan con su experiencia la continuidad del proyecto. Es la primera vez que este hecho tiene lugar en la historia de Anales; pensamos que puede ser una buena política, dado que facilita enormemente la fluidez en el relevo editorial con el beneficio añadido para que la revista no sufra interrupciones en su camino ascendente.
Otro de los puntos fuertes que se ha alcanzado es la agilidad en la gestión de los manuscritos enviados4. Para mantener esta rapidez en los tiempos de gestión es fundamental el papel de los evaluadores. No debemos olvidar el descenso progresivo en el porcentaje de aceptación de contribuciones originales en Anales1, consecuencia del aumento del nivel científico de los trabajos. Confiamos en mantener o incluso aumentar la entrada de manuscritos de alta calidad, lo que obliga a editores y evaluadores a realizar un trabajo preciso y bien estructurado. Somos conscientes de que esta labor no siempre tiene un reconocimiento adecuado y pretendemos buscar fórmulas que hagan que los revisores, indispensables para el crecimiento de Anales, se sientan valorados por su colaboración. Para ello, al igual que los autores de las contribuciones más significativas son premiados en el Congreso Nacional de la AEP5, deberíamos pensar en dar relevancia en dicho Congreso a los revisores con mayor número de aportaciones.
Un nuevo objetivo será intentar mejorar aspectos relacionados con la visibilidad en la web de Anales, así como aprovechar las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías, explorando la posibilidad de nuevos contenidos a través de la imagen y el sonido. Parece imparable el avance del formato multimedia frente a la impresión clásica en papel y Anales deberá de adaptarse progresivamente a estas nuevas tecnologías.
Además de los 2 editores que permanecen, se incorporan 3 nuevos para tratar de ampliar la visión científica y profesional de la revista. La intención es reflejar la variedad de representación de la AEP a nivel de las diferentes especialidades pediátricas. Consideramos especialmente significativa la presencia de un pediatra de atención primaria que refuerce el papel de este campo en la línea editorial de la revista.
La responsabilidad del nuevo Comité Editorial es grande teniendo en cuenta que recibimos la revista oficial de la AEP en un gran momento. Anales ya se puede posicionar sin complejos junto al resto de revistas pediátricas europeas1. Los siguientes años marcarán la evolución de este posicionamiento, siendo nuestra intención consolidarlo y continuar progresando. Ello nos estimula a mirar hacia delante tratando de seguir el ejemplo de otras publicaciones de alto impacto científico y social. Y nos obliga, con la ayuda inestimable del resto del Consejo Editorial y de los revisores, a ser precisos en la selección de los mejores trabajos de investigación enviados a la revista, con el objeto de que el nuevo conocimiento tenga un impacto positivo sobre los pacientes pediátricos y sobre la sociedad.
Finalmente, nos gustaría destacar que desde el momento en que hemos emprendido esta nueva etapa nos sentimos apoyados por el Comité Ejecutivo de la AEP, hecho que valoramos y agradecemos, ya que refuerza nuestra toma de decisiones independientes con el objetivo común de lograr el mayor beneficio para nuestra revista.