Anales de Pediatría, la revista oficial de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y de sus sociedades científicas, es reconocida como la de mayor producción y calidad en la pediatría española. Esto ha sido posible gracias al trabajo de los equipos editoriales previos que con visión y arduo trabajo han conseguido que la revista alcance su situación actual. Especialmente relevante ha sido la última etapa, en la que se ha logrado su introducción en el repertorio de Science Citation Index-Journal Citation Reports (SCI-JCR) así como el crecimiento progresivo del factor de impacto. En septiembre de este año la Junta Directiva de la AEP designó un nuevo Comité Editorial que afronta con entusiasmo el reto de continuar con la línea ascendente del equipo anterior y conseguir los estándares más altos como corresponde al nivel de la pediatría española.
Al momento de definir los objetivos y líneas estratégicas para alcanzar este reto, creemos necesario un análisis pormenorizado de la situación de la revista en su estructura interna y en el contexto en el que se encuentra. Anales de Pediatría presenta una serie de fortalezas que sin duda alguna tienen que ser explotadas y potenciadas. Siendo la revista oficial de la AEP es la de mayor producción y calidad en la pediatría española, más del doble de documentos que la segunda, estando incluida en el SCI-JCR desde 2009. Desde su inclusión en el mismo, el factor de impacto ha evolucionado positivamente. Junto a estos componentes científicos no debemos olvidar que la revista está producida por un grupo editorial de larga trayectoria y presencia en los mercados internacionales, y que desde hace varios años se publica según el modelo de acceso abierto gracias al apoyo financiero de la AEP. Pese a las fortalezas enunciadas, Anales de Pediatría presenta también debilidades que deben corregirse en el futuro. La escasa presencia de los artículos científicos en el campo pediátrico internacional y su situación en el cuarto cuartil entre las revistas de su categoría, pues ocupa el puesto 91 entre las 122 revistas pediátricas recogidas en el JCR1, hacen necesaria una seria consideración de cómo debería modificarse este escenario.
Analizando la situación de la revista debemos considerar el entorno en el que se ve inmersa. Este entorno ofrece amenazas aunque sin duda también se vislumbran oportunidades. La rápida y creciente introducción de las tecnologías de la información en el ámbito de difusión de los conocimientos científicos incorpora productos que pueden mermar la relevancia de las publicaciones periódicas. Una reducción de los números impresos así como de sus páginas puede conllevar efectos negativos en la visibilidad y el devenir de Anales de Pediatría. Sin embargo, el aumento progresivo de la calidad de los grupos pediátricos españoles con proyección internacional y las posibilidades de expansión en los países latinoamericanos son elementos que sin duda alguna pueden ser una baza en favor de la calidad y crecimiento de nuestra revista.
Con este escenario, el equipo editorial plantea una serie de objetivos que se pueden concretar en: a) Aumentar la calidad, importancia e impacto de los manuscritos recibidos, b) Disminuir los tiempos de respuesta a los autores, c) Mejorar la situación de la revista en cuanto al índice de impacto y cuartil, y d) Aumentar la presencia y reconocimiento en el campo científico.
Para aumentar la calidad, importancia e impacto de los manuscritos recibidos se pretende invitar a autores nacionales e internacionales de prestigio a remitir editoriales y revisiones así como apostar por la publicación electrónica bilingüe (inglés y castellano). Las especialidades pediátricas y los grupos de trabajo de la AEP pueden ayudar a la consecución de este primer objetivo.
La agilidad en la gestión de los manuscritos recibidos es un elemento clave que ofrece una visión integral de la calidad del proceso editorial y de la revista en sí misma. Es esencial la continua actualización de los revisores. Del mismo modo, la gestión del editor jefe y de los editores asociados reduciendo tiempos, en los sucesivos pasos que los manuscritos tienen necesariamente que seguir, es un elemento esencial. El objetivo es que cada manuscrito tenga un tiempo máximo de 30 días desde su entrada en el proceso de selección hasta la decisión editorial.
La mejora de la calidad, importancia e impacto de los manuscritos y la celeridad en su gestión son elementos claves que sin duda permitirán incrementar el factor de impacto y la situación de la revista en el contexto internacional y su consideración en los foros científicos. Somos conscientes de que el impacto de los cambios introducidos solo podrá testarse en el transcurso del tiempo, siendo necesario un mínimo de 2 años para observar con fiabilidad su efecto real.
La consecución de cada uno de estos objetivos requiere el compromiso de todos los agentes involucrados en Anales de Pediatría. El equipo editorial con su labor diaria, los revisores con su continua tarea de selección basada en la excelencia, la editorial con su trabajo, celeridad y modernización constante y, por supuesto, la pediatría española representada por la AEP y sus especialidades, sin duda deben ser el motor que proyecte Anales de Pediatría hacia el futuro.