En el momento de escribir este artículo estamos procediendo al cambio del Comité Editorial de Anales de Pediatría tras cuatro años en los que hemos intentado consolidar los logros obtenidos por el Comité al que relevamos y avanzar en la consecución de nuevos objetivos. Como referíamos en nuestro primer editorial al hacernos cargo de la revista1, recibíamos un legado magnífico en cuanto a incremento progresivo, tanto del factor de impacto como de la visibilidad, que debíamos de intentar mantener, siendo éste el principal objetivo de nuestro trabajo.
La visibilidad de una revista refleja su atractivo e interés para el lector, siendo probablemente la mejor medida de su utilidad para la práctica clínica. Por otro lado, cuanto más leída sea una revista, mayor es su influencia entre la comunidad científica. Los datos de visibilidad obtenidos en los últimos años (fig. 1) nos permiten ser optimistas en el sentido de que estamos consiguiendo incorporar a más lectores a Anales de Pediatría. Es muy importante, como reflejábamos en editoriales previas2, objetivar la variedad en cuanto a la procedencia de nuestros visitantes. Estados Unidos es el país con el mayor número de visitas (por encima de 1.600.000 en 2020), seguido de México con algo más de un millón y medio, y de España con una cifra cercana a ese millón y medio. Anales de Pediatría es lectura frecuente en Latinoamérica, mientras que China empieza a incorporar lectores a nuestra revista2. Como comentaba el Comité Editorial anterior en su manuscrito de despedida3, la visibilidad es importante desde el punto de vista cuantitativo, pero también desde el punto de vista cualitativo en cuanto a la repercusión que Anales está logrando a nivel internacional.
El factor de impacto es el valor al que más importancia damos para medir el prestigio científico de una revista. Se calcula dividiendo el número de citas que han tenido durante el año de valoración los artículos publicados en los dos años previos, entre el número de artículos citables publicados en la revista en ese mismo periodo. Por ejemplo, para el año 2020, el valor obtenido de 1,5 surge de dividir:
273 citas recibidas en 2020 por artículos publicados en 2018 y 2019 / 182 artículos publicados en 2018 y 2019.
En la figura 2 se muestra la tendencia del factor de impacto durante los últimos años que también nos hace ser optimistas en cuanto a la repercusión científica de Anales de Pediatría.
En el año 2018 hemos celebrado los 50 años de la publicación del primer número de Anales de Pediatría con un artículo especial elaborado por el Comité de Historia de la Medicina de la Asociación Española de Pediatría (AEP)4. Este repaso histórico nos ha hecho ser conscientes de los hitos alcanzados durante este medio siglo con el compromiso de los sucesivos equipos editoriales y de la pediatría española organizada bajo el paraguas de la AEP. También nos hemos hecho eco de temas que han ido surgiendo no exentos de cierta polémica y que intentamos tratar con máxima objetividad, como el conflicto de intereses de los editores5, la perspectiva de género6 o la problemática del plagio en las revistas científicas7.
Pero sin duda, la pandemia de la COVID-19 fue el evento al que este Comité Editorial tuvo que adaptarse de forma rápida y eficiente. Analizando los datos de los que ya disponemos, podemos afirmar que esta pandemia nos ha permitido mejorar en el tiempo de gestión de los manuscritos, acortando los tiempos de revisión y de manejo editorial, para conseguir una publicación rápida de los artículos relacionados con la COVID-19. Por otro lado, varios de estos manuscritos se encuentran entre los más leídos, contribuyendo a la mejora de la visibilidad y en las citas que se van produciendo a lo largo del año en curso; también varios de ellos se encuentran entre los más citados, lo que pensamos va a tener una repercusión positiva en el factor de impacto de 2021.
Tras estos cuatro años, en los que hemos tratado de consolidar y avanzar, es el momento oportuno para realizar un cambio bien organizado en la dirección de la revista, permitiendo que un nuevo equipo la impulse hacia nuevos logros. La continuidad en los aspectos positivos se va a producir ya que una de las editoras asociadas pasará a ejercer como editora jefa. Y la incorporación de cuatro nuevos editores asociados permitirá la renovación y el impulso que previamente comentábamos.
Finalmente, nos queda manifestar el agradecimiento al Comité Ejecutivo de la AEP que nos dio la oportunidad de dirigir la revista pediátrica con mayor difusión y factor de impacto en lengua castellana y nos brindó su apoyo para tomar decisiones basadas en el consenso; desear al nuevo Comité Editorial todos los éxitos posibles y pedir a autores y revisores que mantengan la ilusión y el entusiasmo para situar a Anales de Pediatría lo más alto posible entre las revistas pediátricas.