La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa ([TP]) infesta con frecuencia los pinos, y en su fase larvaria es la primera causa de reacciones urticantes por lepidópteros en España (fig. 1). En las reacciones más severas se ha demostrado un mecanismo alérgico mediado por IgE frente a alérgenos del cuerpo entero y pelillos (setae) de la oruga1.
Una niña de 5 años, coincidiendo con el traslado de domicilio a una zona periférica de la ciudad, con pinos en su parcela, viene teniendo brotes de erupciones papulosas, pruriginosas, a veces evanescentes, otras de 2-3 días de duración, más en zonas cutáneas descubiertas. Ha tenido 2 episodios más intensos con habones generalizados y angioedema facial, uno tras caerle encima un nido de orugas, otro mientras jugaba en la arena (fig. 2).
Las pruebas cutáneas (prick-test) con extractos estandarizados de cuerpo entero y setae de TP (L5 —quinto estadío larvario—) (Bial-Arístegui® S.A.) resultaron positivas. La batería de aeroalérgenos y alimentos fue negativa.
TP causa lesiones cutáneas a todos los niños expuestos por un mecanismo tóxico-irritativo. En la población pediátrica se ha encontrado una prevalencia de reacciones en áreas contaminadas del 9,18%2. Solamente en un pequeño porcentaje de niños (de un 6,8 a un 27%, dependiendo si se considera solo prick o prick más IgE específica en suero) pueden añadirse reacciones por un mecanismo inmunológico mediado por IgE, más relevante cuando la exposición es intensa y repetitiva3,4. Estos cuadros son de aparición más rápida y generalizada, y cuando se sospechan, es recomendable hacer una evaluación alergológica.
Caso clínico presentado en XXXVI Congreso de de la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergología Pediátrica, Cádiz 10-12 mayo 2012.