Paciente varón de 3 años, sin antecedentes de interés, con diagnóstico de leucemia linfoblástica B-común riesgo intermedio SNC-2, iniciándose tratamiento según protocolo SEHOP-PETHEMA.
Se solicita colocación de acceso vascular central tipo port-a-cath (PAC). Radiografía de tórax y ecocardiografía preoperatorias normales. Durante la colocación del PAC, vía punción de subclavia izquierda, se observa que el extremo de este queda proyectado sobre el tórax izquierdo sugiriendo una doble vena cava superior izquierda (fig. 1).
La permeabilidad del dispositivo es correcta, sin problemas de infusión y con buen retorno venoso. Aun así, se decide la realización de angiografía observándose buen flujo vascular al seno coronario (fig. 2).
Siete meses después, el dispositivo infunde sin problemas, pero existen dificultades para la obtención de muestras, decidiéndose su retirada y colocación de nuevo dispositivo en el lado derecho vía subclavia derecha.
La persistencia de la vena cava superior izquierda ha sido observada en un 0,3-0,5% de la población general, siendo la anomalía más frecuente de los vasos intra-torácicos1. Esta vena anormal deriva de la cardinal anterior izquierda y las venas cardinales comunes. Se conecta clásicamente a la aurícula derecha a través del seno coronario. Su importancia está en la asociación a otras malformaciones cardiacas congénitas.
En ausencia de otras anomalías congénitas cardiacas, suele ser asintomático y hemodinámicamente insignificante2.
El reconocimiento de esta anomalía es importante en la colocación de catéteres centrales, ya que si bien no tiene por qué dar problemas de funcionamiento (flujo vascular alto), la arritmia y perforación del seno coronario en la inserción del catéter, pueden ser complicaciones graves3.