La formación de pediatría debe tener el objetivo de obtener los profesionales que la sociedad necesita para el cuidado infantil. Otro asunto diferente es conseguir un acuerdo para ver, desde diversos puntos de vista, cuáles son esas necesidades.
La lectura del artículo realizado por la Comisión Nacional de la Especialidad de Pediatría (CNEP)1 nos llama la atención porque todo su esfuerzo es crear profesionales de la pediatría altamente especializados para realizar su trabajo en los hospitales, que los necesitamos, no cabe duda, pero en una pequeña proporción, ya que la demanda de la sociedad es que aumente el número de pediatras de atención primaria (AP).
Un buen funcionamiento de la AP disminuye los ingresos, se controlan enfermedades crónicas de mediana gravedad en los centros de salud y se acerca la atención sanitaria a las familias.
Teniendo en cuenta las necesidades de la población, independientemente de la formación de pediatras subespecializados, que son necesarios, la formación pediátrica en un porcentaje elevado tiene que estar orientada a la formación de pediatras de AP, teniendo estos, una mayor presencia en la formación MIR.
Existe una falta importante de profesionales de pediatría en AP, que se ha agravado en los últimos años según el «Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2023-2035»2. Así, el número de pediatras entre 2021 y 2023 creció un 3,3%, pero los pediatras de AP se redujeron un 4,5%, mientras que los hospitalarios crecieron un 12,7%, lo que hace necesario que el destino de muchos de los residentes de pediatría sea la AP.
Desde diferentes ámbitos se ha resaltado la importancia de la formación en AP de los profesionales de la medicina. La propia CNEP enuncia diversas competencias que han de ser realizadas en AP como: relaciones con las familias, escuelas y asociaciones sociosanitarias; medicina basada en la prevención; entre otras.
A consecuencia de todo ello, en el «Marco estratégico de atención primaria y comunitaria»3, firmado por todas las sociedades de primaria, comunidades autónomas y gobierno, se propone a la CNEP la inclusión en el programa oficial de formación, de una rotación obligatoria en AP de 6 meses y la posibilidad de ampliarla hasta 12 meses, de forma opcional. Esperamos que sean sensibles a esta petición.
Nuestro objetivo es trasladar esta reflexión a la CNEP para que el foco de su actividad sea la mejora global de la atención infantil, tanto la hospitalaria como la de AP.
Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi, Ángel Carrasco Sanz, Teresa Cenarro Guerrero, Teresa Arana Navarro, Carmen Fidalgo Campaña, Susana Viver Gómez y María Ter.