Sr. Editor:
Hemos leído con atención e interés el oportuno trabajo de Parada Ricart et al1 publicado recientemente en su revista, y nos gustaría hacer algunos comentarios complementarios. En su trabajo estiman de forma prospectiva que el coste médico directo medio de un episodio de gastroenteritis aguda es de 710 euros (intervalo de confianza del 95 % [IC 95 %], 616,37-804,56), pero no se tienen en consideración –como los propios autores discuten– los costes indirectos, que suponen una proporción muy significativa de los costes reales generados por estos pacientes.
Nuestro grupo publicó recientemente un trabajo de estimación prospectiva de estos costes, en el que se incluyeron 88 lactantes menores de 2 años atendidos entre diciembre de 2005 y abril de 20062. El diseño consideraba todas las fuentes de gastos indirectos (absentismo laboral, material, desplazamientos, cuidadores, etc.) excluyendo específicamente los costes directos, lo que puede tener un interés complementario con el trabajo de Parada Ricart et al1. Según nuestros datos, cada episodio de gastroenteritis agudo tuvo un coste indirecto medio de 268,1 (358,9) euros, de los cuales el 40,8 % correspondía a las horas de trabajo perdidas por los padres, el 22,3 % a los gastos en materiales (pañales adicionales, fármacos, leches sin lactosa, cremas, etc.) y el 36,9 % restante era generado por comidas fuera de casa, contrato de cuidadores y desplazamientos al centro médico o a la farmacia. Combinando ambos trabajos, el gasto medio resultante generado por un episodio de gastroenteritis aguda –al margen de su etiología– es de aproximadamente 1.000 euros.
Parada Ricart et al no encontraron diferencias significativas en los costes directos en función de la etiología de la gastroenteritis, mientras que en nuestro trabajo los costes indirectos fueron 2,6 veces superiores en las gastroenteritis causadas por rotavirus que los generados por otra etiología: 427,6 euros (61,7) frente a 163,8 euros (29,4) (p = 0,002). Además, los pacientes con gastroenteritis causadas por rotavirus fueron hospitalizados más frecuentemente (el 34,6 % frente al 8,8 %, p < 0,01) y durante períodos más prolongados (81,5 ± 131,4h frente a 16,8 ± 54,1h, p < 0,01) que los pacientes con gastroenteritis por otras causas. Esta ausencia de diferencias puede deberse al tamaño muestral o al diseño del trabajo, pero también puede explicarse por una mayor repercusión de la etiología en los costes indirectos que en los costes directos, lo cual refuerza la importancia de incluir estos últimos en la estimación de eficiencia de cualquier intervención sobre la enfermedad.
Los datos epidemiológicos más recientes sobre la enfermedad por rotavirus en España señalan que cada año se producen aproximadamente 310.000 casos y 7.500 hospitalizaciones por diarrea por rotavirus en niños menores de 5 años3–6; si aplicamos los datos obtenidos del trabajo de Parada Ricart et al1 sobre costes directos1 y los de nuestro trabajo sobre costes indirectos2, sólo los costes globales de los pacientes que requieren hospitalización por rotavirus ascenderían a 8,5 millones de euros anuales.
Estos datos nos señalan el enorme impacto económico de la enfermedad por rotavirus en nuestro entorno, y refuerzan la importancia de que sean ratificados en estudios específicos más amplios y multicéntricos. En cualquier caso, esta información debería ser tenida en consideración tanto por el pediatra –en su toma diaria de decisiones sobre la vacunación frente a rotavirus–, como por las autoridades sanitarias –de cara a las decisiones de salud pública sobre la implementación de las vacunas disponibles y su inclusión en los calendarios financiados–.