Reviso interesada mis propias editoriales como presidenta durante la legislatura: «La nueva AEP: Innovación, investigación, unión e independencia. Liderazgo y recambio generacional», 20171. «Un año de la nueva AEP. ¿Qué ha pasado con la innovación, la investigación y la unión? ¿Y la independencia, el liderazgo y el recambio generacional?», 20182. «La AEP determinante en los cambios profesionales, epidemiológicos, socioculturales y medioambientales que impactarán en la salud de los niños del país», 20193. «La AEP motor del reconocimiento de especialistas y garante del modelo pediátrico. Generando salud también en situaciones de pandemia», 20204.
Llama poderosamente la atención la continuidad del mensaje y su directriz férrea, dando cuenta ya en el primer año de asuntos tan capitales como la independencia, la implementación evidente del recambio generacional y la determinación firme de potenciar la investigación, que es lo que indefectiblemente nos llevará al progreso. En el ecuador de la legislatura se consolidaron ya los importantes cambios desarrollados a nivel profesional, epidemiológico, sociocultural y medioambiental, que han impactado en la salud de los niños españoles estos cuatro años, y plasmados en el enorme impulso imprimido en perpetuar el modelo pediátrico español. En el último periodo consolidamos el liderazgo indiscutible de la AEP y el proceso de reconocimiento de la especialidad por las instituciones.
A comienzos de la legislatura peligraba la especialidad de pediatría, incluida aun en un tronco médico común tras rechazarse el Real Decreto, y sin llegar a contemplarse las áreas de capacitación específica (ACEs). La definitiva aceptación de la pediatría como tronco formativo independiente es el gran hito conseguido. La confirmación de la pediatría de atención primaria (AP) –como primer nivel de atención y centro neurálgico de la asistencia sanitaria al niño y familia–, con el fortalecimiento del modelo de continuidad asistencial y demandando con firmeza la necesidad de las especialidades pediátricas hospitalarias, definitivamente se ha consolidado. Ahora tenemos la certeza de que la pediatría va a considerarse tronco de especialidad independiente, y el compromiso de dotar y potenciar la AP y de certificar ACEs y diplomas avanzados, adquirido con la autoridad institucional competente. Sin duda uno de los mayores logros y satisfacciones de nuestra legislatura.
Hemos conseguido consolidar el liderazgo indiscutible de la asociación, sin precedentes, y que traspasa fronteras. Me detengo en el impacto de la actuación de la propia AEP dirigiendo a los pediatras especialistas de todos los niveles y condición, en la inédita situación vivida de crisis sanitaria de dimensiones inabordables –epidemia COVID-19–, que ha sido motor y acicate de esta AEP del último periodo. Dudo de que ninguna legislatura previa o futura hubiese querido imaginar tener esta pandemia, un enorme desafío, durante su mandato; pero de la que esta legislatura-AEP ha salido no solo victoriosa, sino fortalecida; con el reconocimiento social, institucional y, lo más importante, de los propios pediatras, de forma tan tangible y evidente que nunca lo hubiésemos imaginado. Esta legislatura ha conseguido un reconocido liderazgo de la AEP, a pesar de la crisis sanitaria, y con la certeza plena de que la pediatría española ya lo percibe desde hace meses, y que es ya una realidad que se vive con normalidad por instituciones y sociedad.
Vaya por delante que no considero que nadie sea mejor que nadie, que es el trabajo lo que dignifica y te coloca en tu sitio; y así desde el momento mismo en que fui elegida presidenta asumí el compromiso de una dirección colegiada para todos los pediatras por igual, de transmitir la fortaleza que otorga trabajar con honestidad, austeridad, trasparencia y con el objetivo de lograr una AEP pionera en el progreso y la innovación (proyectos, plataformas, iniciativas, redes) y, sin saberlo entonces, capaz de conducir al grupo entre las dificultades más imprevisibles y tremendas, que también ha impactado en la faceta investigadora orientada a la COVID-19, durante una pandemia sin precedentes. Ahora, cuando es el momento del recambio y dejamos paso a nuevas formas de dirigir la AEP en este comité ejecutivo valiente, comprometido, riguroso y agradecido, nos damos cuenta de que a pesar de un enorme desgaste, nos llevamos una inmensa sensación de orgullo y satisfacción de lo conseguido y del nivel científico y de credibilidad, en donde hemos situado a la AEP. Avalados por el legítimo respaldo de una junta directiva que será difícil de repetir, cohesionada, rigurosa y apoyando siempre nuestras propuestas y desafíos, con unos comités de expertos que se han reinventado en esta legislatura, con un apoyo incondicional de la secretaría y gestión técnica, y como no podría ser de otra forma, con la fuerza que nos otorga representar a todos los pediatras.
Un empeño sin tregua y finalmente conseguido de una asociación austera y que camina ya en una dirección de sostenibilidad por sus propios socios, enfocada en la independencia de la industria; osada hasta el límite de rescindir todos los logos heredados en productos infantiles, como determinó la propia junta directiva, y a sabiendas de que nos restarían enormes beneficios, pero llevándolo por bandera y relegando las ayudas estrictamente a «formación e investigación», siempre con proyectos independientes y rigurosos.
La creación y el desarrollo extraordinario de estructuras propias que certifican un crecimiento exponencial e innovador de la AEP caracterizan a esta legislatura. La plataforma de investigación INVEST-AEP dio cabida a financiar por primera vez, por la AEP, un proyecto clínico nacional en red e indispensable en esta pandemia –EPICO-AEP–, respaldado por el propio Ministerio de Sanidad y Consumo (MSC), y cuyos resultados son reclamados para compartir por la OMS, Oxford-UK y redes europeas5. La AEP ha impulsado la red nacional de ensayos clínicos pediátricos (RECLIP), incluida ya en Europa en el proyecto «Connect for Children-C4C»-EmprEMA6,7 y que da cabida a todas las disciplinas. También por primera vez, el MSC concede un soporte económico potente para un proyecto pediátrico, «Transmisión vertical-VIH», en el que el papel de la fundación AEP ha sido determinante. Las actuaciones del Comité de Salud Medioambiental, impensables hace unos años en salud infanto-juvenil. Las innovaciones de comités clave (Comité Asesor de Vacunas, Nutrición, Medicamentos, Grupo de Trabajo-ACEs). La revolución del «Campus Formativo Continuum» y la progresión exponencial de nuestro escaparate científico, «Anales», con niveles de difusión, visitas y factor impacto inimaginables en 2017.
Pero no puedo dejar de transmitir la mayor de las satisfacciones del comité ejecutivo después de estos cuatro años de entrega incondicional, el mensaje indeleble que dejamos en los pediatras: «La unión de todos los pediatras es lo que nos ha hecho grandes y nos da la fuerza».
Quien pretenda que la AEP en su representatividad propugne enfrentamientos entre niveles asistenciales, está errado; remar unidos y luchar por todas las disciplinas por igual es lo que ha conseguido y transmitido la grandeza de esta AEP que hoy tenemos, y en la que somos representativos ante las instituciones y la sociedad, y en la que todos luchamos juntos por una única pediatría.
Al escribir mi última editorial del presidente, siento la inmensa placidez del deber cumplido y me reconforta la certeza de dejar una AEP con sus pilares afianzados, firmes, y especialmente haber transmitido la fortaleza que nos da la unión, que ayudará a una andadura más fácil y coherente para el futuro.
Hoy 8 de marzo repaso por última vez este escrito que verá la luz en junio, y me enorgullezco de ser la primera presidente mujer en 65 años de la AEP, y destaco que el 80% de pediatras en España somos mujeres.
Pediatras, ¡ahora tenéis el viento de cara, ahora sois más fuertes y reconocidos y os habéis hecho indispensables para sociedad y gobernantes, ya no hay planes para sustituirnos, sino para potenciarnos, adecuar nuestra formación y darnos reconocimiento; para que la población infanto-juvenil esté en las mejores manos! Adelante, ¡hasta aquí nos ha llevado el empeño de caminar unidos hacia el progreso y no podemos perder nada de lo conseguido!