Por la presente agradecemos al doctor Teixeira da Silva1 por sus comentarios a nuestro manuscrito,2 que contribuyen al enriquecimiento del debate sobre la revisión de pares en aras de mejorar su calidad, la participación de revisores y su desempeño. No obstante, tenemos reservas en relación con ciertos aspectos de la propuesta, por considerar que no son novedosos o que podrían no ser factibles.
En primer lugar, creemos que no es necesario crear nuevos organismos. En su lugar, sería más eficiente y práctico establecer un comité en una organización ya existente y establecida (p. ej., COPE, WAME, ICMJE), lo que evitaría la duplicación de esfuerzos y recursos, a la vez que impulsaría su reconocimiento y visibilidad.
En segundo lugar, la propuesta, aunque interesante en algunos aspectos, contiene puntos arbitrarios que no se basan en la evidencia. ¿Por qué ha de haber tres especialistas por campo, en lugar de cinco o siete? ¿Cómo se definiría un campo de investigación? ¿En qué medida se pormenorizarían los campos y niveles de estos expertos? Diferentes campos requerirían un número proporcional de expertos en cada una de sus especialidades o subespecialidades.
Se plantea, asimismo, la cuestión de los pagos a efectuar por las revistas. Si bien tiene sentido proponer el pago de una cuota nominal al organismo de acreditación propuesto (IPRAP) según el número y rango de los revisores, algunas revistas tienen modelos de negocio sin fines de lucro, por lo que no serían capaces de remunerar a estos revisores, y en el caso de las revistas con fines lucrativos, ¿cuál sería el precio a pagar?, lo que también dependería del número de manuscritos recibidos por la revista. A mayor número de manuscritos recibidos, más gasto en revisores. ¿Quiere esto decir que las revistas más importantes, que reciben más manuscritos, tendrían que invertir mayores sumas de dinero en la revisión de pares que revistas con un factor de impacto menor, aunque estas últimas puedan publicar más artículos? También resulta crucial considerar la compensación financiera para los editores, que juegan un papel esencial en el proceso. Igualmente nos preocupan los posibles problemas de disponibilidad de revisores acreditados en los casos en los que un artículo sea rechazado por múltiples revistas, agotando el fondo de revisores acreditados en el campo en cuestión. ¿Sería, entonces, imposible llegar a publicar dicho artículo? Además, el proceso de acreditación propuesto parece ser complejo y requerir mucho tiempo, lo que podría ser un factor desalentador para los potenciales revisores, especialmente si hay que repetirlo cada año.
Al igual que el doctor Teixeira da Silva, consideramos que es injusto que, mientras hay editoriales que obtienen ingresos considerables por publicar, principalmente mediante el cobro a los autores, el trabajo de revisión por pares es completamente gratuito, y que deben establecerse nuevos mecanismos para evitarlo. En cualquier caso, pensamos que es importante tener en cuenta las limitaciones de la propuesta presentada.
Creemos firmemente que el sistema de revisión por pares puede mejorarse sustancialmente, no solo en lo referente a la aptitud de los revisores, sino en la manera en la que se desarrolla el proceso de revisión por pares (revisión anónima o abierta), en la que las revistas facilitan el arbitraje (empleando una plantilla para las revisiones)3 y poniendo las revisiones a disposición del público (con o sin anonimidad de los revisores). Consideramos que la comunidad científica en su totalidad debe reflexionar sobre la responsabilidad y rendición de cuentas del sistema de revisión por pares y en diferentes estrategias para asegurar su sostenibilidad y su mejora.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.