La obesidad infantil se asocia inversamente con el nivel socioeconómico familiar en países desarrollados. El objetivo es evaluar la asociación entre la situación ponderal infantil y el nivel socioeconómico familiar, según características familiares, percepciones, hábitos de vida y entorno escolar.
MetodologíaAnálisis descriptivo de la situación ponderal infantil según factores socioeconómicos familiares y variables mediadoras en el estudio ALADINO 2019, en una muestra de 16.665 escolares representativa de la población escolar de seis a nueve años en España.
ResultadosLa prevalencia de obesidad infantil en hogares de bajo nivel socioeconómico (26,8% niños; 20,4% niñas) era, en ambos sexos, el doble de la de los de mayor nivel (12,1% niños; 8,7% niñas). En escolares de familias de baja renta eran más frecuentes hábitos alimentarios poco saludables, el sedentarismo (principalmente en niñas) y la presencia de pantallas en la habitación (más en niños). Por el contrario, en hogares más desfavorecidos eran menos frecuentes el antecedente de lactancia materna y la práctica de actividad física (especialmente en niñas). La disponibilidad de cocina propia, actividades deportivas y gimnasio cubierto en los centros era también menos habitual para los escolares de familias de menor renta.
ConclusionesUn menor nivel socioeconómico del hogar se asocia con peores hábitos alimentarios y de actividad física y ciertas características del entorno familiar y el escolar, que a su vez median la asociación inversa que existe entre el nivel socioeconómico y la prevalencia de obesidad infantil. Las niñas realizan menos actividad física y presentan más sedentarismo, mientras que los niños tienen más acceso a pantallas. Las intervenciones para combatir la obesidad infantil deben contemplar las desigualdades identificadas.
Childhood obesity is inversely associated with household socioeconomic status in high-income countries. Our aim was to explore the association between childhood weight status and household socioeconomic status in Spain in relation to family characteristics, perceptions and lifestyle habits and the school environment.
MethodsWe performed a descriptive analysis of child weight status according to family socioeconomic factors and mediating variables based on data from the ALADINO 2019 study in a sample of 16 665 schoolchildren representative of the population aged 6–9 years in Spain.
ResultsThe prevalence of childhood obesity in households with low socioeconomic status (26.8% boys; 20.4% girls) was, in both sexes, twice as high as in those with higher socioeconomic status (12.1% boys; 8.7% girls). Unhealthy eating habits, sedentary lifestyles (mainly in girls) and the presence of screens in the bedroom (more prevalent in boys) were more frequent in school-aged children from low-income households. On the other hand, in the most disadvantaged households, a history of breastfeeding and physical activity (especially in girls) were less frequent. Similarly, schools attended by children from low-income households were less likely to have their own kitchens and indoor gymnasiums or offer sports activities.
ConclusionsA lower household socioeconomic status was associated with poorer dietary and physical activity habits and certain characteristics of the family and school environments that mediate the inverse association between household socioeconomic status and the prevalence of childhood obesity. Girls were less physically active and reported more sedentary lifestyles, while boys had greater access to screens. Interventions to combat childhood obesity should address the identified inequalities.
El sobrepeso y la obesidad infantiles, que conjuntamente se denominan exceso de peso, se asocian con múltiples trastornos y enfermedades durante la infancia, tales como diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial o síndrome metabólico1,2, así como con una mayor probabilidad de padecer obesidad y trastornos asociados (por ejemplo, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer) en la edad adulta3.
En las últimas décadas, la prevalencia de exceso de peso infantil ha aumentado en Europa, incluyendo España4. Según el informe 2018-2020 de la Childhood Obesity Surveillance Initiative (COSI) de la oficina regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de exceso de peso en escolares de seis a nueve años era de 31% en niños y 28% en niñas y para obesidad de 14% y 10%, respectivamente5. En España, la última edición en 2019 del estudio Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad (ALADINO) de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) reveló una prevalencia de exceso de peso de 41% en niños y de 40% en niñas, y de obesidad de 19% y 15%, respectivamente6, con un descenso y posterior estabilización del exceso de peso infantil desde 2011 a 2019, principalmente por la disminución del sobrepeso en niños. Tanto su magnitud como sus potenciales consecuencias hacen que se trate de un problema de salud pública de primer orden7.
La obesidad infantil es el resultado de una compleja interacción de factores, muchos de los cuales se relacionan con el contexto socioeconómico y cultural y las condiciones en las que se desarrolla la vida familiar y escolar de los niños y niñas1,7. Por otro lado, la pobreza infantil es un fenómeno multidimensional que impacta negativamente en dimensiones tan importantes como el estado de salud, el desempeño educativo o el bienestar emocional8. La tasa de pobreza infantil en España es también de las más altas de la Unión Europea, con 27% de niños, niñas y adolescentes en situación de pobreza en 20209.
La obesidad infantil y el nivel socioeconómico se relacionan inversamente en países con alto nivel de ingresos como España, donde la obesidad infantil es más frecuente en las familias con niveles socioeconómicos más bajos respecto a los más altos10, como muestran las diferentes ediciones del estudio ALADINO6,11,12 o la Encuesta Nacional de Salud13. Sin embargo, la evidencia sobre los factores que median la asociación entre la obesidad y la pobreza infantil en España es escasa.
El objetivo de este estudio es evaluar, desde una perspectiva de género, la asociación entre la situación ponderal de los escolares de seis a nueve años en España y las variables socioeconómicas de sus familias, explorando aquellos factores relacionados con las características familiares, los hábitos de vida y el entorno escolar que median en esta relación.
MetodologíaDiseño general de ALADINO 2019 y participantesLos datos empleados para el desarrollo de este trabajo fueron obtenidos a partir del estudio ALADINO 2019, un estudio observacional, descriptivo y transversal, representativo de la población escolar de seis a nueve años en centros de educación primaria (CEP) en España. Corresponde a la quinta oleada de COSI (cuarta de España), cuyo diseño detallado se ha publicado anteriormente11,12.
Brevemente se llevó a cabo un muestreo aleatorio por conglomerados polietápico en cuatro grupos de edad (seis, siete, ocho y nueve años), correspondientes a los cursos de primero a cuarto de educación primaria. Se seleccionaron los CEP mediante aleatorización estratificada por comunidad autónoma (CC.AA.) y tamaño de municipio, escogiendo un aula de cada curso en cada CEP por muestreo aleatorio simple, y seleccionando a todos los escolares de cada aula presentes en el día de la visita con consentimiento firmado por sus progenitores o tutores y que accedieron a la realización de las mediciones. El tamaño muestral efectivo fue de 16.665 escolares, con la misma proporción de niños y niñas, de 276 CEP. El estudio fue aprobado por el Comité Ético del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
A partir de los modelos y especificaciones técnicas de COSI-EURO OMS14,15, se diseñaron tres cuestionarios que fueron cumplimentados por los progenitores o tutores, los colegios y los examinadores. El peso, la talla y la circunferencia de la cintura se midieron en condiciones estandarizadas con equipos calibrados por examinadores entrenados15,16.
Variables de estudioPara determinar la situación ponderal de los escolares se utilizó el índice de masa corporal (IMC = peso [kg]/talla2 [m2]), siguiendo los estándares de crecimiento de la OMS17, y el índice cintura-talla (ICT), considerando obesidad central cuando ICT > 0,518.
Como factores de carácter socioeconómico se tuvieron en cuenta: renta del hogar, nivel de estudios más alto alcanzado por los progenitores y su situación laboral. En relación con las características familiares y antecedentes, se estudiaron: nacionalidad, situación ponderal de los progenitores y antecedente de lactancia materna. En cuanto a las percepciones y estilos de vida, se analizaron: percepción de los progenitores sobre la situación ponderal de sus hijos, índice COSI de hábitos alimentarios no saludables19, actividad física y sedentarismo, y número de pantallas en la habitación del escolar. Las variables estudiadas relativas al entorno escolar fueron: titularidad del centro, disponibilidad y tipo de comedor escolar, organización de actividades deportivas fuera del horario escolar y disponibilidad de gimnasio cubierto.
Análisis de resultados y métodos estadísticosDado que determinadas CC.AA. ampliaron la muestra con el fin de obtener resultados representativos de su región, se produjo un incremento respecto de la asignación proporcional, por lo que en el proceso de estimación se aplicaron factores de ponderación por sexo, edad y CC.AA.
Se realizó un análisis descriptivo de las características de la muestra, la situación ponderal de los escolares, según los factores socioeconómicos familiares, y las variables mediadoras según el nivel de renta. Todas las variables fueron categorizadas y se calcularon recuentos y proporciones con intervalos de confianza al 95% (IC 95%). Se utilizó la prueba de la χ2 para estudiar la asociación entre variables cualitativas, considerando diferencias significativas si p < 0,05. Adicionalmente, se exploraron las variables IMC e ICT cuantitativamente y se calcularon las medianas, por no ajustarse a la distribución normal según la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Los datos fueron analizados mediante el paquete estadístico Stata v. 16 (StataCorp LLC, España).
ResultadosLa tabla 1 muestra las características generales de los participantes por sexo. Los niños tenían una mayor prevalencia de obesidad, mayor grado de actividad física y mayor número de pantallas en su habitación, y su situación ponderal se infraestimaba más frecuentemente que la de las niñas, mientras que para el resto de las variables no había diferencias por sexo.
Características sociodemográficas y familiares, hábitos de vida y características del centro escolar en los participantes de ALADINO 2019 según sexo del escolar
Niños (n = 8.513) | Niñas (n = 8.152) | p | |||
---|---|---|---|---|---|
n | % | n | % | ||
Edad (años) | |||||
6,0-6,9 | 2.054 | 24,1% | 2.024 | 23,8% | 0,153 |
7,0-7,9 | 2.254 | 26,5% | 2.033 | 23,9% | |
8,0-8,9 | 2.257 | 26,5% | 2.193 | 25,8% | |
9,0-9,9 | 1.948 | 22,9% | 1.902 | 22,3% | |
Situación ponderal de los escolares (OMS) | |||||
Normopeso | 4.795 | 56,3% | 4.782 | 56,2% | < 0,001 |
Sobrepeso | 1.924 | 22,6% | 2.046 | 24% | |
Obesidad | 1.704 | 20% | 1.256 | 14,8% | |
Obesidad central | |||||
No | 6.611 | 77,7% | 6.261 | 73,6% | 0,175 |
Sí | 1.896 | 22,3% | 1.888 | 22,2% | |
Renta del hogar (€/año) | |||||
< 12.000 | 1.093 | 12,8% | 1.062 | 12,5% | 0,128 |
12.000-18.000 | 1.268 | 14,9% | 1.224 | 14,4% | |
18.001-30.000 | 1.612 | 18,9% | 1.635 | 19,2% | |
30.001-42.000 | 1.167 | 13,7% | 1.097 | 12,9% | |
> 42.000 | 1.662 | 19,5% | 1.480 | 17,4% | |
Nivel más alto de estudios de los progenitores | |||||
Primarios | 479 | 5,6% | 522 | 6,1% | 0,061 |
Secundarios | 3.898 | 45,8% | 3.771 | 44,3% | |
Superiores | 4.003 | 47% | 3.738 | 43,9% | |
Situación laboral de los progenitores (trabajo remunerado) | |||||
Ninguno | 568 | 6,7% | 541 | 6,4% | 0,695 |
Uno | 2.545 | 29,9% | 2.485 | 29,2% | |
Ambos | 5.323 | 62,5% | 5.048 | 59,3% | |
Nacionalidad de los progenitores | |||||
España ambos | 6.292 | 73,9% | 6.052 | 71,1% | 0,771 |
UE ambos | 496 | 5,8% | 496 | 5,8% | |
No UE ambos | 665 | 7,8% | 664 | 7,8% | |
Mixto | 717 | 8,4% | 669 | 7,9% | |
Obesidad en los progenitores | |||||
Ninguno | 6.571 | 77,2% | 6.320 | 74,2% | 0,514 |
Al menos uno | 1.661 | 19,5% | 1.557 | 18,3% | |
Antecedente lactancia materna | |||||
Nunca o < 1 mes | 2.403 | 28,2% | 2.345 | 27,5% | 0,508 |
≥ 1 mes | 5.893 | 69,2% | 5.621 | 66% | |
Infraestimación situación ponderal por parte de los progenitores | |||||
No | 4.459 | 52,4% | 4.714 | 55,4% | < 0,001 |
Sí | 3.853 | 45,3% | 3.288 | 38,6% | |
Índice COSI de hábitos alimentarios no saludables | |||||
Bajo | 2.528 | 29,7% | 2.291 | 26,9% | 0,106 |
Medio | 4.984 | 58,5% | 4.830 | 56,7% | |
Alto | 314 | 3,7% | 321 | 3,8% | |
Actividad física y sedentarismo | |||||
Activo no sedentario | 4.365 | 51,3% | 3.540 | 41,6% | < 0,001 |
Activo sedentario | 1.387 | 16,3% | 1.268 | 14,9% | |
No activo no sedentario | 1.287 | 15,1% | 1.831 | 21,5% | |
No activo sedentario | 426 | 5% | 564 | 6,6% | |
Número de pantallas en la habitación | |||||
Ninguna | 5.918 | 69,5% | 5.878 | 69,1% | < 0,001 |
Una | 1.425 | 16,7% | 1.582 | 18,6% | |
Dos o más | 907 | 10,7% | 425 | 5% | |
Titularidad del centro escolar | |||||
Privado (incluye concertado) | 2.978 | 35% | 2.805 | 33% | 0,437 |
Público | 5.535 | 65% | 5.347 | 62,8% | |
Disponibilidad de comedor escolar | |||||
Sí | 7.706 | 90,5% | 7.395 | 86,9% | 0,668 |
No | 807 | 9,5% | 757 | 8,9% | |
Tipo de comedor escolar | |||||
Propio | 4.000 | 47% | 3.852 | 45,3% | 0,771 |
Externo | 3.596 | 42,2% | 3.430 | 40,3% | |
Actividades deportivas fuera del horario escolar | |||||
Sí | 6.248 | 73,4% | 5.932 | 69,7% | 0,320 |
No | 2.143 | 25,2% | 2.108 | 24,8% | |
Disponibilidad de gimnasio cubierto | |||||
Sí | 6.940 | 81,5% | 6.594 | 77,5% | 0,295 |
No | 1.573 | 18,5% | 1.558 | 18,3% |
N: número de participantes: p: p-valor
La obesidad y el sobrepeso disminuían a medida que aumentaba la renta del hogar y este gradiente era más evidente en la obesidad (fig. 1). La prevalencia de obesidad entre las niñas y niños en hogares con menos ingresos era 2,3 y 2,2 veces superior, respectivamente, que en los hogares con más ingresos, mientras que el sobrepeso fue 1,2 veces más frecuente entre las niñas de hogares con menor renta, sin diferencias relevantes en niños. En general, para cada tramo de renta, el sobrepeso fue más frecuente que la obesidad, excepto en los niños de los grupos de menor nivel de ingresos, que tenían mayor obesidad (tabla suplementaria A1).
La prevalencia de obesidad central en los hogares con menor renta prácticamente duplicaba la de los de mayor renta, tanto en niños como en niñas (fig. 2). La evaluación del IMC e ICT como variables continuas reveló que existía también una relación inversa entre ambos índices y el nivel de renta (figuras suplementarias A.1 y A.2).
En función del nivel educativo de los progenitores, la prevalencia de obesidad en escolares cuyos progenitores tenían menor nivel educativo era el doble de la de escolares cuyos progenitores tenían estudios superiores, en ambos sexos (tabla suplementaria A.1). Para la obesidad central, las diferencias iban en la misma dirección, aunque no tan marcadas. En relación con la situación laboral, la prevalencia de obesidad era 1,4 veces mayor cuando ningún progenitor tenía trabajo remunerado que cuando ambos lo tenían, en ambos sexos. En el caso de la obesidad central, no había diferencias para las niñas, pero sí para los niños (1,3 veces), en el mismo sentido (tabla suplementaria A.2).
Relación entre las características familiares y la renta del hogarEn ambos sexos, existía una relación directa entre el nivel de estudios de los progenitores y la renta del hogar, siendo los estudios universitarios casi siete veces más frecuentes en los hogares de mayor renta en comparación con los más desfavorecidos (tabla 2). En la mayoría de hogares de rentas medias o altas ambos progenitores tenían trabajo remunerado, mientras que en los de rentas bajas era más frecuente que lo tuviese solo un progenitor.
Características sociodemográficas y familiares según nivel de renta anual del hogar y sexo del escolar en los participantes de ALADINO 2019
Niños % (IC 95%) | |||||
---|---|---|---|---|---|
< 12.000 € | 12.000-18.000 € | 18.001-30.000 € | 30.001-42.000 € | > 42.000 € | |
Nivel de estudios de los progenitores | |||||
Primarios | 15,9 (13,5-18,6) | 8,4 (6,8-10,3) | 3,8 (2,9-5,1) | 0,9 (0,5-1,8) | 0,3 (0,1-0,9) |
Secundarios | 71,2 (67,9-74,2) | 68,3 (65,3-71,3) | 56,4 (53,5-59,2) | 32,5 (29,4-35,8) | 11,3 (9,6-13,3) |
Superiores | 13 (10,8-15,5) | 23,2 (20,6-26,1) | 39,8 (37-42,6) | 66,6 (63,2-69,7) | 88,3 (86,3-90,1) |
Situación laboral de los progenitores: trabajo remunerado | |||||
Ninguno | 20,9 (18,2-23,9) | 6,1 (4,7-7,9) | 1,1 (0,7-1,9) | 0,4 (0,2-1) | 0,5 (0,2-1,1) |
Uno | 51,9 (48,4-55,4) | 49,8 (46,6-53) | 28,3 (25,9-31) | 18,1 (15,6-20,8) | 12 (10,2-14) |
Ambos | 27,2 (24,2-30,5) | 44,1 (40,9-47,3) | 70,5 (67,9-73) | 81,5 (78,7-84) | 87,5 (85,5-89,3) |
Nacionalidad de los progenitores | |||||
España ambos | 48,1 (44,5-51,8) | 65,2 (62-68,3) | 78,6 (76,1-81) | 86,5 (83,9-88,7) | 92 (90,3-93,5) |
UE ambos | 16,1 (13,6-19) | 10,1 (8,3-12,3) | 4,3 (3,3-5,7) | 1,5 (0,9-2,6) | 0,6 (0,3-1,3) |
No UE ambos | 24,1 (21,1-27,4) | 14,8 (12,6-17,3) | 6,5 (5,2-8,2) | 3,2 (2,1-4,7) | 0,9 (0,5-1,7) |
Mixto | 11,6 (9,5-14,2) | 9,8 (8,1-11,9) | 10,5 (8,8-12,5) | 8,8 (7-11) | 6,4 (5,1-8) |
Situación ponderal progenitores: obesidad | |||||
Ninguno | 72,4 (69,1-75,4) | 74,7 (71,8-77,4) | 79,9 (77,5-82,1) | 84 (81,4-86,3) | 86,3 (84,2-88,1) |
Al menos uno | 27,6 (24,6-30,9) | 25,3 (22,6-28,2) | 20,1 (17,9-22,5) | 16 (13,7-18,6) | 13,7 (11,9-15,8) |
Antecedente de lactancia materna | |||||
Nunca o < 1 mes | 32,8 (29,5-36,1) | 32,7 (29,8-35,8) | 31 (28,4-33,7) | 27,7 (24,8-30,9) | 23,3 (21-25,9) |
≥ 1 mes | 67,2 (63,9-70,5) | 67,3 (64,2-70,2) | 69 (66,3-71,6) | 72,3 (69,1-75,2) | 76,7 (74,1-79) |
Niñas % (IC 95%) | |||||
---|---|---|---|---|---|
< 12.000 € | 12.000-18.000 € | 18.001-30.000 € | 30.001-42.000 € | > 42.000 € | |
Nivel de estudios de los progenitores | |||||
Primarios | 20,8 (18,1-23,9) | 9,8 (8,1-11,9) | 3,7 (2,7-5) | 1,3 (0,7-2,5) | 0,4 (0,1-1) |
Secundarios | 66,7 (63,3-70) | 70,2 (67,1-73,1) | 55,5 (52,6-58,3) | 32,2 (29-35,6) | 12,4 (10,6-14,6) |
Superiores | 12,4 (10,3-15) | 20 (17,5-22,7) | 40,8 (38-43,7) | 66,4 (63-69,7) | 87,2 (85-89,1) |
Situación laboral de los progenitores: trabajo remunerado | |||||
Ninguno | 20,8 (18-23,9) | 4,1 (3-5,6) | 1,4 (0,8-2,2) | 1,2 (0,6-2,4) | 0,7 (0,3-1,5) |
Uno | 52 (48,3-55,6) | 53 (49,8-56,3) | 29,9 (27,4-32,6) | 16,6 (14,2-19,3) | 11 (9,2-13,1) |
Ambos | 27,2 (24-30,6) | 42,8 (39,7-46,1) | 68,7 (66-71,3) | 82,2 (79,4-84,6) | 88,3 (86,2-90,1) |
Nacionalidad de los progenitores | |||||
España ambos | 51,6 (47,9-55,3) | 64,8 (61,6-67,9) | 79,2 (76,7-81,5) | 90,2 (87,9-92,1) | 91,5 (89,6-93) |
UE ambos | 14 (11,6-16,7) | 10,8 (8,9-13) | 4,9 (3,7-6,3) | 0,8 (0,4-1,8) | 1 (0,6-1,8) |
No UE ambos | 22,4 (19,4-25,6) | 13,9 (11,7-16,4) | 6,1 (4,8-7,6) | 2,4 (1,5-3,8) | 1,2 (0,7-2,1) |
Mixto | 12,1 (9,9-14,7) | 10,5 (8,6-12,8) | 9,9 (8,3-11,8) | 6,6 (5-8,5) | 6,3 (4,9-7,9) |
Situación ponderal progenitores: obesidad | |||||
Ninguno | 76,9 (73,7-79,8) | 72,8 (69,8-75,6) | 80,5 (78,1-82,7) | 84 (81,3-86,4) | 86,2 (83,9-88,2) |
Al menos uno | 23,1 (20,2-26,3) | 27,2 (24,4-30,2) | 19,5 (17,3-21,9) | 16 (13,6-18,7) | 13,8 (11,8-16,1) |
Antecedente de lactancia materna | |||||
Nunca o < 1 mes | 32,9 (29,6-36,4) | 30,1 (27,2-33,2) | 33,9 (31,2-36,7) | 26,7 (23,7-30) | 24,4 (21,9-27,2) |
≥ 1 mes | 67,1 (63,6-70,4) | 69,9 (66,8-72,8) | 66,1 (63,3-68,8) | 73,3 (70-76,3) | 75,6 (72,8-78,1) |
UE: Unión Europea; IC: intervalo de confianza.
Por otro lado, en el grupo de mayor renta, 92% de escolares tenía progenitores de nacionalidad española, porcentaje que casi duplicaba al de los de menor renta. La probabilidad de tener al menos un progenitor con obesidad era mayor en los hogares con rentas más bajas (2,1 veces superior en niños y 1,7 en niñas), en comparación con las rentas altas. El antecedente de haber recibido lactancia materna era 1,1 veces más frecuente en los niños y niñas de hogares con mayor renta frente a los de menor renta.
Relación entre las percepciones y estilos de vida y la renta del hogarLos progenitores con niveles bajos de ingresos infraestimaban más la situación ponderal del escolar que aquellos con rentas altas (tabla 3). También se observaba una relación inversa entre la puntuación del índice COSI de hábitos alimentarios y la renta: los hábitos alimentarios poco saludables (puntuación más alta del índice COSI) eran seis veces más frecuentes entre los escolares con menor renta en comparación con los de mayor renta.
Percepciones familiares y hábitos del escolar según nivel de renta anual del hogar y sexo del escolar en los participantes de ALADINO 2019
Niños % (IC 95%) | |||||
---|---|---|---|---|---|
< 12.000 € | 12.000-18.000 € | 18.001-30.000 € | 30.001-42.000 € | > 42.000 € | |
Infraestimación de los progenitores sobre la situación ponderal del niño/a | |||||
No | 53 (49,4-56,4) | 48,4 (45,2-51,7) | 53,1 (50,3-56) | 56 (52,6-59,4) | 63,4 (60,6-66,1) |
Sí | 47 (43,6-50,6) | 51,6 (48,3-54,8) | 46,9 (44-49,7) | 44 (40,6-47,4) | 36,6 (33,9-39,4) |
Índice COSI de hábitos alimentarios no saludables* | |||||
Bajo | 17,2 (14,6-20,2) | 22,6 (19,9-25,5) | 28,9 (26,3-31,6) | 37,3 (34-40,8) | 45,3 (42,4-48,3) |
Medio | 74,3 (70,9-77,4) | 72,3 (69,2-75,2) | 66,3 (63,5-69) | 61,2 (57,7-64,5) | 53,5 (50,6-56,4) |
Alto | 8,5 (6,6-10,8) | 5,1 (3,8-6,8) | 4,8 (3,7-6,2) | 1,5 (0,8-2,6) | 1,2 (0,7-2) |
Actividad física y sedentarismo | |||||
Activo no sedentario | 46,1 (42,4-49,8) | 51,4 (48-54,8) | 56,9 (53,9-59,9) | 63,4 (59,9-66,8) | 64,4 (61,5-67,3) |
Activo sedentario | 26,5 (23,3-29,9) | 24,1 (21,3-27,2) | 20,2 (17,9-22,7) | 14,5 (12,2-17,2) | 9,6 (7,9-11,5) |
No activo no sedentario | 19,5 (16,7-22,8) | 15 (12,7-17,6) | 17,2 (15-19,6) | 18,6 (15,9-21,6) | 22,3 (19,8-24,9) |
No activo sedentario | 7,9 (6,1-10,2) | 9,4 (7,6-11,7) | 5,7 (4,5-7,2) | 3,5 (2,4-5) | 3,7 (2,7-5,1) |
Número de pantallas en la habitación | |||||
Ninguna | 56,1 (52,6-59,6) | 61,2 (57,9-64,3) | 68,9 (66,1-71,5) | 78,7 (75,7-81,3) | 85,6 (83,4-87,6) |
Una | 25,1 (22,2-28,3) | 21,8 (19,2-24,6) | 18,1 (16-20,5) | 13,5 (11,3-16) | 9,2 (7,7-11,1) |
Dos o más | 18,7 (16,1-21,7) | 17,1 (14,7-19,7) | 13 (11,1-15,1) | 7,8 (6,2-9,9) | 5,1 (4-6,6) |
Niñas % (IC 95%) | |||||
---|---|---|---|---|---|
< 12.000 € | 12.000-18.000 € | 18.001-30.000 € | 30.001-42.000 € | > 42.000 € | |
Infraestimación de los progenitores sobre la situación ponderal del niño/a | |||||
No | 50,9 (47,3-54,5) | 56,2 (53-59,4) | 57,5 (54,6-60,3) | 66,2 (62,8-69,5) | 67,1 (64,2-69,9) |
Sí | 49,1 (45,5-52,7) | 43,8 (40,6-47) | 42,5 (39,7-45,4) | 33,8 (30,5-37,2) | 32,9 (30,1-35,8) |
Índice COSI de hábitos alimentarios no saludables* | |||||
Bajo | 18,7 (15,8-21,9) | 23,2 (20,4-26,2) | 25,4 (23-28,1) | 35,4 (32-38,9) | 46,9 (43,8-50,1) |
Medio | 70,9 (67,2-74,3) | 71,1 (67,9-74,1) | 69,8 (67-72,4) | 62,1 (58,5-65,5) | 51,3 (48,2-54,4) |
Alto | 10,4 (8,2-13) | 5,7 (4,3-7,5) | 4,8 (3,7-6,3) | 2,5 (1,6-4) | 1,7 (1,1-2,8) |
Actividad física y sedentarismo | |||||
Activo no sedentario | 38,3 (34,6-42) | 43,1 (39,7-46,5) | 47,8 (44,8-50,8) | 53,4 (49,7-57,1) | 53,5 (50,3-56,7) |
Activo sedentario | 26,6 (23,3-30,1) | 25,5 (22,6-28,6) | 18,7 (16,5-21,3) | 12,9 (10,6-15,6) | 7,9 (6,3-9,8) |
No activo no sedentario | 25,3 (22,1-28,9) | 20,6 (18-23,5) | 24,5 (21,9-27,2) | 26,7 (23,5-30,1) | 34,1 (31,1-37,2) |
No activo sedentario | 9,8 (7,8-12,3) | 10,8 (8,8-13,3) | 9 (7,4-10,9) | 7,1 (5,4-9,2) | 4,5 (3,4-6,1) |
Número de pantallas en la habitación | |||||
Ninguna | 65 (61,4-68,5) | 61,5 (58,3-64,7) | 71,8 (69,2-74,4) | 82,5 (79,6-85,1) | 87,1 (84,9-89) |
Una | 26,2 (23,1-29,6) | 30,6 (27,7-33,8) | 22,6 (20,3-25,1) | 13,5 (11,2-16,1) | 11,1 (9,3-13,2) |
Dos o más | 8,8 (6,9-11,1) | 7,8 (6,2-9,8) | 5,5 (4,4-7) | 4 (2,8-5,7) | 1,8 (1,2-2,9) |
COSI: Childhood Obesity Surveillance Initiative; IC: intervalo de confianza.
Índice COSI de hábitos alimentarios poco saludables: puntúa con un punto por cada uno de los siguientes seis hábitos alimentarios poco saludables (no desayunar, no consumir fruta a diario, no consumir hortalizas a diario, consumir refrescos cuatro o más veces a la semana, consumir aperitivos dulces cuatro o más días a la semana, consumir aperitivos salados cuatro o más días a la semana). La puntuación puede ir de 0 a 6 (0 más favorable, 6 más desfavorable). Se clasifica como índice bajo las puntuaciones 0-1, medio las puntuaciones 2-3 y alto las puntuaciones 4-6.
La actividad física y el sedentarismo se asociaron directa e inversamente, respectivamente, con el nivel de renta del hogar: los escolares más sedentarios y menos activos procedían con más frecuencia de hogares con menos ingresos. En todos los estratos de renta, la frecuencia de ser activos y no sedentarios era alrededor de 10 puntos superior en niños que en niñas.
El número de pantallas en la habitación del escolar seguía una relación inversa con la renta: tener dos o más pantallas en la habitación era casi cuatro veces más habitual en niños y cinco veces más habitual en niñas de los hogares de menores ingresos, en comparación con los de mayor renta. Además, destacaba que la presencia de dispositivos electrónicos era más habitual en niños que en niñas.
Relación entre las características del entorno escolar y la renta del hogarLa asistencia a colegios privados-concertados era dos veces más frecuente entre los escolares de los hogares con mayor renta respecto a los de menor renta (tabla 4). La disponibilidad de comedor, y que fuese del propio colegio (no externalizado), resultaban más habituales para los escolares de mayor nivel de renta, en comparación con los de hogares más desfavorecidos. De forma similar, asistir a colegios que organizasen actividades deportivas o con gimnasio cubierto era más frecuente para los escolares de mayor nivel de renta.
Características del centro escolar según nivel de renta anual del hogar y sexo del escolar en los participantes de ALADINO 2019
Niños % (IC 95%) | |||||
---|---|---|---|---|---|
< 12.000 € | 12.000-18.000 € | 18.001-30.000 € | 30.001-42.000 € | > 42.000 € | |
Titularidad | |||||
Privado (incluye concertado) | 19,5 (16,9-22,4) | 25,9 (23,2-28,9) | 29,9 (27,3-32,5) | 35,4 (32,3-38,7) | 49,1 (46,2-52) |
Público | 80,5 (77,6-83,1) | 74,1 (71,1-76,8) | 70,1 (67,5-72,7) | 64,6 (61,3-67,7) | 50,9 (48-53,8) |
Disponibilidad de comedor escolar | |||||
Sí | 89,3 (87,1-91,1) | 92,2 (90,5-93,6) | 92,1 (90,5-93,4) | 95 (93,4-96,3) | 97,4 (96,4-98,2) |
No | 10,7 (8,9-12,9) | 7,8 (6,4-9,5) | 7,9 (6,6-9,5) | 5 (3,7-6,6) | 2,6 (1,8-3,6) |
Tipo de comedor escolar | |||||
Propio | 43 (39,4-46,8) | 44,4 (41-47,8) | 51,9 (48,9-54,9) | 55,1 (51,5-58,5) | 61,5 (58,6-64,3) |
Externo | 57 (53,2-60,6) | 55,6 (52,2-59) | 48,1 (45,1-51,1) | 44,9 (41,5-48,5) | 38,5 (35,7-41,4) |
Organización de actividades deportivas fuera del horario escolar | |||||
Sí | 75,1 (72-77,9) | 74,4 (71,6-77,1) | 73,5 (70,9-75,9) | 80,3 (77,5-82,8) | 82,6 (80,3-84,6) |
No | 24,9 (22,1-28) | 25,6 (22,9-28,4) | 26,5 (24,1-29,1) | 19,7 (17,2-22,5) | 17,4 (15,4-19,7) |
Disponibilidad de gimnasio cubierto | |||||
Sí | 76,5 (73,5-79,3) | 77,2 (74,4-79,7) | 78,4 (76-80,7) | 78,9 (76-81,6) | 83 (80,7-85,1) |
No | 23,5 (20,7-26,5) | 22,8 (20,3-25,6) | 21,6 (19,3-24) | 21,1 (18,4-24) | 17 (14,9-19,3) |
Niñas % (IC 95%) | |||||
---|---|---|---|---|---|
< 12.000 € | 12.000-18.000 € | 18.001-30.000 € | 30.001-42.000 € | > 42.000 € | |
Titularidad | |||||
Privado (incluye concertado) | 21,4 (18,6-24,5) | 23,2 (20,6-26,1) | 30,8 (28,2-33,5) | 34,2 (31-37,6) | 47,8 (44,7-50,8) |
Público | 78,6 (75,5-81,4) | 76,8 (73,9-79,4) | 69,2 (66,5-71,8) | 65,8 (62,4-69) | 52,2 (49,2-55,3) |
Disponibilidad de comedor escolar | |||||
Sí | 92,3 (90,4-93,8) | 89,2 (87,2-91) | 93,6 (92,1-94,8) | 94,3 (92,5-95,7) | 97 (95,9-97,8) |
No | 7,7 (6,2-9,6) | 10,8 (9-12,8) | 6,4 (5,2-7,9) | 5,7 (4,3-7,5) | 3 (2,2-4,1) |
Tipo de comedor escolar | |||||
Propio | 45,1 (41,4-48,9) | 46,1 (42,6-49,6) | 52,7 (49,7-55,7) | 55,1 (51,4-58,7) | 60,7 (57,6-63,7) |
Externo | 54,9 (51,1-58,6) | 53,9 (50,4-57,4) | 47,3 (44,3-50,3) | 44,9 (41,3-48,6) | 39,3 (36,3-42,4) |
Organización de actividades deportivas fuera del horario escolar | |||||
Sí | 73,2 (70-76,2) | 76,3 (73,5-78,9) | 74,6 (72,1-77) | 79 (76-81,7) | 81,6 (79,1-83,8) |
No | 26,8 (23,8-30) | 23,7 (21,1-26,5) | 25,4 (23-27,9) | 21 (18,3-24) | 18,4 (16,2-20,9) |
Disponibilidad de gimnasio cubierto | |||||
Sí | 75,5 (72,4-78,4) | 77,3 (74,5-79,9) | 76,7 (74,1-79) | 79,2 (76,2-81,9) | 83,3 (80,9-85,5) |
No | 24,5 (21,6-27,6) | 22,7 (20,1-25,5) | 23,3 (21-25,9) | 20,8 (18,1-23,8) | 16,7 (14,5-19,1) |
IC: intervalo de confianza.
Nuestro estudio profundiza en el análisis de la relación inversa existente entre la obesidad y sobrepeso infantil y el nivel socioeconómico, teniendo en cuenta distintos factores que median esta asociación, ofreciendo por primera vez un estudio detallado y representativo a nivel nacional del gradiente social y de género existente en la situación ponderal de la infancia y en las variables relacionadas con el entorno.
El gradiente inverso detectado tanto entre la obesidad como el sobrepeso y el nivel socioeconómico –más evidente en obesidad que en sobrepeso y en niñas que en niños– es consistente con otros estudios tanto en el ámbito nacional13 como internacional20. Además, los datos de ALADINO muestran una evolución diferente según el nivel socioeconómico: entre 201511 y 20196 el sobrepeso y la obesidad aumentaron en los hogares de renta baja (0,9 y 0,5 puntos porcentuales, respectivamente) y el sobrepeso en los de renta media (1,2 puntos), mientras que en los de mayor renta el sobrepeso disminuyó 1,5 puntos y la obesidad 0,8 puntos. Esta evolución desigual en la situación ponderal según el nivel de ingresos también ha sido evidenciada en estudios previos en España21 y otros países europeos22.
Nuestros resultados muestran que la relación entre pobreza y obesidad no solo afecta a los escolares, sino también a sus progenitores. Un estudio previo realizado en España evidenció también un mayor riesgo de obesidad infantil en niños cuyos progenitores (uno o los dos) sufrían obesidad, siendo esta transmisión intergeneracional más marcada para niños que para niñas y en los cuartiles extremos de renta21. También encontramos una relación directa entre la renta y el antecedente de lactancia materna23. En los niveles socioeconómicos bajos, este hallazgo podría estar mediado por un menor nivel educativo materno y peores condiciones laborales24,25.
Otro hallazgo relevante fue que los progenitores percibían más erróneamente la situación ponderal del escolar en los hogares de menor renta. De nuevo, estos hallazgos podrían explicarse por un menor nivel de estudios de estos progenitores, y/o una mayor prevalencia de obesidad en los mismos, que haría que tampoco perciban como un problema el exceso de peso de sus descendientes26.
La relación directa entre menor renta del hogar y hábitos alimentarios menos saludables, en línea con otros estudios nacionales27 e internacionales28, estaría mediada por diferentes mecanismos como una menor formación nutricional derivada de un menor nivel educativo, dificultades económicas que limitan las opciones de compra –especialmente de productos frescos–, o falta de tiempo para cocinar, asociados a un mayor consumo de alimentos ya preparados, con un peor perfil nutricional29,30.
Los hábitos de actividad física y sedentarismo también se asocian al nivel socioeconómico en nuestro estudio. Además, destaca la brecha de género existente: la actividad física en niñas es menor en comparación con niños, incluso a igual nivel de renta. Las causas de esta doble desigualdad son múltiples, destacando por un lado un mayor acceso a actividades e instalaciones deportivas en zonas de mayor renta31, un mayor reconocimiento del deporte como fuente de salud en familias de mayor nivel educativo32, así como un clima familiar más favorable al deporte en las familias en las que hay hijos varones33.
El hallazgo de una mayor disponibilidad de pantallas en la habitación de escolares de familias con menor nivel socioeconómico también se ha puesto de manifiesto en otros países de nuestro entorno34. El nivel de estudios de los progenitores, los límites parentales al tiempo de pantalla y el tiempo que los progenitores dedican al uso de pantallas podrían explicar las diferencias encontradas por renta35.
Existen otros factores, no abordados en este trabajo, relacionados con el nivel socioeconómico familiar y un mayor riesgo de obesidad infantil, como es la estructura familiar, entendida como número de miembros y parentesco de los convivientes, habiéndose descrito mayor riesgo de obesidad en familias monoparentales y en las de hijo/a único36. Otro aspecto abordado en la literatura, vinculado igualmente a la situación socioeconómica y en ascenso como problema en la población infantil, es la presencia de problemas de salud mental del escolar37.
En relación con el entorno escolar, nuestro estudio muestra que el nivel de renta también condiciona el tipo de colegio, así como las instalaciones y servicios del mismo. Precisamente la disponibilidad y el uso permitido de las instalaciones deportivas del colegio son algunos de los factores que puede influir en el nivel de actividad física de los escolares, ya que por ejemplo, el número de instalaciones para el juego y actividades deportivas en el colegio se asocian de forma directa con los niveles de actividad física ligera e inversa con el tiempo de sedentarismo38.
De acuerdo con nuestros resultados, los escolares de hogares con menores ingresos crecen en ambientes familiares y escolares que aumentan el riesgo de obesidad, conformando lo que se conoce como entorno obesogénico, en el que interactúan factores de índole muy diversa: exceso de peso de los progenitores, ausencia de lactancia materna, percepción errónea del problema por parte de los progenitores, hábitos menos saludables, tanto alimentarios como de actividad física y sedentarismo, mayor disponibilidad de pantallas y un entorno escolar sin oferta de comedor propio, actividades deportivas fuera del horario escolar y gimnasio cubierto. Habitualmente estos factores se exploran de forma parcial y no conjuntamente como en nuestro estudio. Nuestros resultados subrayan la necesidad de desarrollar intervenciones multicomponente efectivas para disminuir el problema de la obesidad infantil, agravado por la doble brecha de pobreza y género, sobre los diferentes entornos.
La evidencia científica avala la efectividad de algunas intervenciones precoces para actuar tanto sobre la obesidad como sobre la pobreza infantil39. En España, un reciente estudio muestra una menor prevalencia de obesidad infantil en aquellas regiones en las que más recursos se destinaban a actuaciones en salud pública, aunque los esfuerzos en políticas de prevención repercutían mayoritariamente en los grupos de clases medias y altas, reproduciendo así las desigualdades en salud40.
Como respuesta a las desigualdades y barreras identificadas en nuestro estudio, es recomendable poner en marcha actuaciones encaminadas a disminuir la presión del entorno obesogénico, siendo los centros escolares un mecanismo igualador idóneo para abordar las brechas económica y de género. Entre ellas destacan las intervenciones dirigidas a facilitar una alimentación saludable, promover la actividad física y reforzar la educación y sensibilización a progenitores, especialmente en los entornos más desfavorecidos, así como continuar desarrollando la vigilancia epidemiológica de la obesidad infantil y sus determinantes, con una especial atención a las desigualdades.
Entre las fortalezas de este trabajo destaca el análisis desde una perspectiva de género de los datos del estudio ALADINO, en una amplia muestra con mediciones antropométricas objetivas, así como la recogida de información sobre múltiples factores relacionados con los escolares y su entorno familiar y escolar que permiten el estudio del entorno obesogénico en su conjunto. Entre las limitaciones cabe señalar que algunos datos recogidos mediante cuestionarios autoadministrados están sujetos a posibles sesgos de información, como el sesgo de recuerdo, y la imposibilidad de comprobar la causalidad de las asociaciones detectadas debido al diseño transversal
ConclusionesLas prevalencias de sobrepeso y obesidad en los escolares españoles se asocian inversamente al nivel socioeconómico del hogar. Diversos factores como los hábitos alimentarios y de actividad física, el entorno familiar o el escolar guardan también una estrecha relación con el nivel socioeconómico de las familias y pueden actuar como variables intermedias en esa asociación, existiendo además diferencias relevantes por sexo. Las intervenciones dirigidas a combatir este problema de salud pública deben adecuarse y priorizarse teniendo en cuenta las desigualdades identificadas para que su implementación efectiva alcance a todos los niños y niñas, independientemente de su entorno socioeconómico.
FinanciaciónEl estudio ALADINO 2019 ha sido financiado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que desarrolla periódicamente el estudio ALADINO en el marco de la Childhood Obesity Surveillance Initiative de la Oficina Regional para Europa de la OMS.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener conflicto de intereses.