La incidencia de tumores ováricos en la edad pediátrica es baja, representando alrededor del 1-5% de las neoplasias sólidas. A diferencia de los adultos, los tumores ováricos más frecuentes en niños son los germinales, siendo los casos de cistoadenoma borderline excepcionales1,2.
Presentamos una paciente de 13 años con un cistoadenoma mucinoso borderline gigante de ovario. La paciente comenzó con dolor abdominal, náuseas, vómitos y masa palpable. La ecografía y la TAC apuntaban a cistoadenoma vs. cistoadenocarcinoma (fig. 1). Los marcadores tumorales eran normales. Se realizó laparotomía media y salpingooforectomía izquierda, que reveló una neoformación quística multilocular de consistencia irregular y contenido mucinoso de 7kg (figs. 2 y 3). Microscópicamente, se observan varios focos sólidos de células atípicas compatibles con cistoadenoma mucinoso borderline, puesto que cumple el criterio de estratificación nuclear en 2 o 3 capas sin invasión estromal3. Destacamos la importancia del estudio anatomopatológico para realizar un diagnóstico definitivo, pues permite diferenciar los casos benignos, borderline o malignos. El examen citológico fue negativo y la evolución postoperatoria favorable, sin precisar tratamiento adyuvante.
El cistoadenoma mucinoso borderline es un tumor raro en la edad pediátrica que debemos tener en cuenta ante una masa ovárica, puesto que un diagnóstico precoz y una correcta planificación quirúrgica permiten obtener resultados satisfactorios.