La asistencia ventricular ha demostrado su utilidad en adultos con fallo cardíaco intratable, tanto como soporte hasta la recuperación del miocardio como puente al trasplante. El desarrollo de sistemas pediátricos ha hecho posible su aplicación, incluso en niños pequeños, con buenos resultados a largo plazo, aunque existe muy poca experiencia. Se presenta un paciente de 8 años con miocardiopatía dilatada que desarrolló shock cardiogénico con fracaso multiorgánico en el transcurso de la evaluación para trasplante cardíaco. El paciente fue tratado con asistencia biventricular mediante el sistema MEDOS- HIA (MEDOS-Helmholtz Institute), utilizándose ventrículos de 25 y 22 ml de volumen máximo con lo que se consiguió mantener un índice cardíaco de ambos ventrículos superior a 2,2 l/min. Permaneció durante 9 días con asistencia ventricular, sin signos de mejoría del fallo multiorgánico, lo que imposibilitó la realización de trasplante cardíaco. Finalmente se produjo una pérdida de las resistencias vasculares sistémicas sin respuesta al tratamiento, y se decidió retirar la asistencia ventricular. Consideramos que la mala evolución del paciente se debió a la presencia de disfunción multiorgánica severa previa, que fue irreversible pese a mantener un adecuado gasto cardíaco en ausencia de ritmo cardíaco propio efectivo. En cualquier caso, la asistencia ventricular en la edad pediátrica es una realidad que permite a niños con shock cardiogénico severo recuperarse completamente o llegar a trasplante cardíaco. La selección de pacientes, la adecuada elección del tamaño del sistema y la instauración precoz es crucial para obtener buenos resultados.
Ventricular assist devices have demonstrated their utility in patients with intractable cardiac failure, both as support until complete myocardial recovery and as a bridge to transplantation. Specific pediatric pneumatic paracorporeal systems can be applied even in infants. Long-term survival has been reported although experience is limited. We report the case of an 8-year-old boy with dilated cardiomyopathy awaiting cardiac transplantation. The patient developed profound cardiogenic shock with multiorgan failure while being evaluated for heart transplantation. He was given biventricular assistance with the MEDOS- HIA system (MEDOS-Helmholtz Institute). Maximum stroke volume ventricles of 25 and 22 ml were used, achieving a cardiac output of 2.2 l/min in both ventricles. The patient was supported with ventricular assistance for 9 days, but multiple organ failed to improve and transplantation became impossible. Progressive loss of peripheral circulatory resistance unresponsive to treatment developed and ventricular assistance was discontinued. The previous severe shock and advanced and progressive multiorgan failure could be responsible for the poor outcome of our patient despite maintenance of adequate cardiac output. Nevertheless, the use of ventricular assist devices is a real therapeutic alternative in children with severe cardiogenic shock, allowing them to recover completely or undergo heart transplantation. Patient selection, the choice of a system of appropriate size, and early implantation seem to be the cornerstones for obtaining good results.