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Vol. 80. Issue 1.
Pages 58-60 (1 January 2014)
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IMÁGENES EN PEDIATRÍA
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Deformidad plástica de antebrazo
Plastic deformation of the forearm
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B. de Pablo Márqueza,
Corresponding author
bernatdepablo@gmail.com

Autor para correspondencia.
, I.P. Grange Sobeb, A.A. Vinaixa Vergésb, A. Oller Boixc
a Medicina Familiar y Comunitaria, CAP Valldoreix, Sant Cugat del Vallés, Barcelona, España
b Servicio de Pediatría, Hospital Universitario Mutua Terrassa, Terrassa, Barcelona, España
c Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, Hospital Universitario Mutua Terrassa, Terrassa, Barcelona, España
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Presentamos el caso de un paciente varón de 4 años de edad, que consulta a nuestro servicio de Urgencias por caída casual desde una escalera. Presenta dolor y deformidad dorsal en el antebrazo izquierdo. En la radiografía simple de antebrazo se visualiza una deformidad plástica dorsal y radial en el cúbito y el radio (fig. 1).

Figura 1.

Radiología simple de antebrazo. Proyección anteroposterior y lateral. Se visualiza deformidad plástica dorsal y radial del tercio distal del cúbito y el radio, con angulación de 34°. No se visualiza discontinuidad de la cortical.

La deformidad plástica es una afección rara, que afecta principalmente a pacientes de edad pediátrica. La angulación sin fractura ósea es exclusiva de los niños, así como la fractura en tallo verde, la fractura fisaria y la fractura en rodete.

Las deformidades plásticas en antebrazo se suelen producir por caída con el brazo en hiperextensión, provocando dolor, deformidad y limitación a la pronosupinación1. Al no observarse discontinuidad en la cortical ósea, pueden pasar desapercibidas, sobre todo en angulaciones leves. Debe tenerse en cuenta que la no identificación de la lesión puede condicionar una limitación posterior a la pronosupinación2.

La reducción se realiza con tracción suave y contraria al mecanismo lesional, de forma sostenida, con el fin de evitar provocar una fractura diafisaria. En niños menores de 4 años, debido a su gran capacidad de remodelación, se indica reducción en deformidades superiores a los 20°. En mayores de 10 años, con menor capacidad de remodelación, se indican reducciones a partir de los 10°3.

En el caso que presentamos, la deformidad presentaba un ángulo de 34°; se realizó reducción cerrada bajo sedación con Kalinox®. El control radiológico (fig. 2) fue correcto, así como el control evolutivo a las 4 semanas.

Figura 2.

Radiología simple de antebrazo posreducción.

Bibliografía
[1]
S. Borden.
Traumatic bowing of the forearm in children.
J Bone Joint Surg (Am), 56 (1974), pp. 611-616
[2]
O. Fernandez, S. Sánchez, D. Gonzalez-Arabio, J. Sánchez, A.I. Lozano.
Deformidad plàstica del antebrazo, revisión y caso clínico.
Rev Esp Cir Osteoart, 227 (2006), pp. 131-136
[3]
L.T. Staheli.
Ortopedia pediátrica.
Ed. Marban, (2003),
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