Los prematuros moderados y tardíos (PMT) representan alrededor del 80% de todos los prematuros. Asocian un inferior estado de mielinización, sulcación y menor volumen cerebral1,2 con respecto a los nacidos a término, diferencias que se mantienen a la edad corregida del término3, sugiriéndose como causa de alteraciones del neurodesarrollo a corto y largo plazo4.
La evidencia de la mayor vulnerabilidad de los PMT en los últimos años ha contribuido a la incorporación de los cuidados centrados en el niño y la familia en este grupo de prematuros. No se dispone en nuestro país de datos actualizados al respecto y, a su vez, se desconoce en la mayor parte del país5 si la pandemia por SARS-CoV-2ha modificado estos cuidados.
Se realiza un estudio descriptivo mediante una encuesta online a los socios de la Sociedad Española de Neonatología (SENeo). Se recogen los datos de filiación del encuestado y diferentes aspectos del manejo del PMT en sala de partos y en la unidad neonatal (tabla 1).
Se analiza una única respuesta por centro hospitalario, la primera enviada, en el caso que haya más de una. Se registran 117 respuestas correspondientes a 87 hospitales de todas las comunidades autónomas, excepto de la ciudad autónoma de Melilla. El 95,4% de respuestas pertenecen a neonatólogos/as o pediatras, el 3,5% a enfermeras y el 1,1% a residentes de pediatría.
En sala de partos el pinzamiento tardío del cordón se realiza en todos los PMT que no requieren reanimación en el 72,1% de los centros, el 11,6% los realizan sólo en prematuros tardíos, el 5,8% lo realizan siempre y el 10,5% aún no lo realiza. La estrategia de piel con piel no ha variado durante la pandemia, un 50,6% de los centros la realizan en PMT que no requieren reanimación, un 5,7% la realizan siempre, un 36,8% solo en prematuros tardíos y un 6,9% aún no la realiza. El acceso de la pareja al parto se ha restringido durante la pandemia en algunos centros, disminuyendo en todos los tipos de parto del 42,5% al 34,5% (p=0,27), y no se permite su acceso en ningún caso en el 5,7%, cuando esto solo ocurría en el 1,1% antes de la pandemia (p=0,09).
La hospitalización compartida con la madre de los PMT no ha sufrido cambios relevantes con la pandemia, aunque ha disminuido del 50,6% al 47,1% (p=0,65) en los que la realizan en las ≥ 35 semanas y permanece estable en los que la realizan en todos los PMT. En caso de que la madre requiera ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), se permite el contacto con su hijo en un 3,4% de los centros, siendo antes de la pandemia el 11,5% (p=0,04). Los que no permiten el contacto aumentan un 6% durante la pandemia, hasta el 65,5% (p=0,4).
La lactancia materna iniciada al pecho permanece estable en los PMT, durante la pandemia el 55,2% de los hospitales la realiza en todos, el 14,9% en ≥ 33 semanas, el 24,1% en ≥ 34 semanas y el 5,7% en ≥ 35 semanas.
En relación con los programas de atención hospitalaria post-alta, el 86,2% de los hospitales no dispone de ellos, el 6% los ofrece a los prematuros moderados y el 8% a los PMT.
La política de entrada a las unidades neonatales durante la pandemia ha reducido la entrada libre a todos los familiares del 50,6% al 1,1% (p<0,001), y la entrada libre a padres y ocasionalmente hermanos del 19,5% al 4,6% (p=0,002) (fig. 1). La entrada durante las 24 horas ha variado del 93,1% al 82,7% de los hospitales (p=0,03). No se refieren cambios en el tiempo de canguro (90,8%).
Se concluye que los PMT reciben cuidados perinatales que asocian factores protectores del neurodesarrollo y facilitan la vinculación con sus padres en la mayoría de las unidades de nuestro país. Estos cuidados se han incorporado debido al creciente interés y conocimiento de la vulnerabilidad de los PMT. Se observan cambios en el manejo perinatal debido a la pandemia por SARS-CoV-2, se ha limitado el acceso al parto y, en el caso de ingreso, se ha disminuido el contacto con la familia por la limitación de la entrada a las unidades neonatales, pudiendo generar un estado de estrés emocional añadido a los padres y profesionales sanitarios; y probablemente, en la hospitalización compartida, al no disponer de programas de atención domiciliaria post-alta, a dificultad de acceso a los centros de atención primaria y la disminución de los grupos de soporte a la lactancia materna, haya tenido un impacto negativo en las tasas de lactancia materna.
Un mayor esfuerzo por mejorar la atención específica a los PMT de acuerdo con las recomendaciones propuestas por el grupo de la SENeo, SEN32-36, sobre el manejo de cuidados perinatales en los PMT6, permitirían que en nuestro país se ofrecieran unos cuidados más uniformes.