En las últimas décadas, han cobrado importancia las teorías globales que tratan de prevenir la obesidad mediante ambientes favorecedores de opciones saludables. El objetivo de este estudio fue analizar la influencia de los entornos promotores de la salud de las escuelas de Logroño (La Rioja, España) sobre los hábitos de sus escolares.
MétodosLa promoción de la salud de las 31 escuelas de la ciudad fue valorada mediante un cuestionario que completaron los directivos de cada centro. Por otro lado, se valoraron variables individuales de una muestra representativa de 329 escolares de sexto curso de Educación Primaria (11-12 años) de las citadas escuelas: medidas antropométricas, adhesión a la dieta mediterránea y hábitos sedentarios y de práctica física.
ResultadosLa mayoría de los centros desarrollaba programas de nutrición y/o actividad física (el 77,4 y el 61,3%, respectivamente), aunque, en general, su profesorado no recibía formación al respecto. Las directrices para favorecer hábitos saludables no solían recogerse en el Proyecto Educativo de Centro y la actividad física, cuyo nivel fue mayor en los chicos (p<0,001), era promovida principalmente tras el horario escolar. A pesar de ello, la formación del profesorado, la concreción de directrices y el acceso a las pistas polideportivas influyeron positivamente sobre los hábitos de práctica física y alimentación de los escolares (p<0,05).
ConclusionesAunque más investigación es necesaria, nuestro estudio demostró que aspectos como la formación y la coordinación de los maestros o la presencia de pistas deportivas podrían conllevar beneficios sobre los hábitos de los alumnos en una etapa fundamental para la consolidación de los mismos.
In recent decades, attention has been directed at global theories that attempt to prevent childhood obesity by exposing them to healthy environments. The aim of this study was to analyze the influence of health-promoting environments in primary schools in Logroño (La Rioja, Spain) on the habits of school children.
MethodsThe directors of the 31 primary schools in the city completed a questionnaire which examined the health promotion activities of their schools. In addition, anthropometric measurements, adherence to the Mediterranean diet, and sedentary and physical activity habits were recorded from a representative sample of 329 schoolchildren in the sixth year of primary education (11-12 year-olds).
ResultsThe majority of schools had developed nutritional and/or physical activity programs (77.4% and 61.3%, respectively); however, teachers had generally not received specific training in that area. Guidelines regarding healthy habits were not formally included in the School Educational Project. Physical activity, which was greater amongst boys (P<.001), was mostly promoted after school hours. The major influences on school children's physical activity and dietary habits of the children were training of teachers, existence of guidelines, and access to sports grounds (P<.05).
ConclusionsAlthough further research is required, this study shows that certain modifiable aspects in the organizational or school environment can influence the habits of school children at a fundamental stage of their development.
La Organización Mundial de la Salud estima que 35 millones de niños en los países en desarrollo y 8 millones en los desarrollados presentan sobrepeso u obesidad, aunque, en términos relativos, los porcentajes son mayores en los países desarrollados1. La obesidad infantil requiere de un tratamiento interdisciplinar que intervenga sobre los actuales hábitos de alimentación y práctica física de nuestros jóvenes.
En niños y adolescentes, la actividad física ha demostrado reducir el colesterol y los lípidos en sangre, la hipertensión, el riesgo de síndrome metabólico, el sobrepeso y la obesidad, las lesiones y los síntomas depresivos2, así como mejorar diferentes aspectos de la salud mental y social3. Desafortunadamente, el nivel de práctica física de niños y adolescentes ha descendido en los últimos años4. Por su parte, una alimentación saludable se ha asociado con más opciones de ser activo y menos de ser sedentario y obeso5.
Aunque muchos han sido los intentos por mejorar los hábitos alimentarios e incrementar los niveles de práctica física de los más jóvenes, la incidencia sobre su composición corporal ha sido dudosa6. Como resultado, en los últimos años han surgido nuevos modelos de intervención con el objetivo de proporcionar entornos saludables7. En el caso de los niños y adolescentes, por su contacto continuo e intensivo, la escuela desempeña un papel fundamental como parte del contexto en que se desenvuelven, motivo por el que debería fomentar hábitos saludables8. La Organización Mundial de la Salud reconoce este hecho y define una serie de recomendaciones entre las que destacan: planes de estudio que promuevan la práctica física y una dieta saludable, control de los entornos alimenticios, mejora de accesos e instalaciones que promuevan dicha práctica y talleres formativos para el personal de las escuelas9. En España, el informe SESPAS10, destinado a la prevención de la obesidad, también recalca la importancia de actuar sobre el entorno escolar.
La investigación en estos nuevos modelos de intervención basados en entornos saludables ha aumentado significativamente, sobre todo en los últimos años11; sin embargo, los estudios se han centrado en los ambientes vecinales más que en los centros educativos. De este modo, el objetivo de nuestro estudio fue analizar la influencia de los entornos promotores de la salud de las escuelas de Logroño (La Rioja) sobre los hábitos de alimentación y práctica física de sus escolares. De manera secundaria, también se analizaron los niveles de actividad física de los alumnos en función de su género.
MétodosSujetosSe diseñó un estudio transversal que contempló, por un lado, las variables individuales de los estudiantes y, por el otro, el contexto escolar en el que se desenvolvían. De este modo, la investigación contó con 2 poblaciones de estudio:
En cuanto a los escolares, se estableció una muestra representativa de los alumnos escolarizados en sexto curso de Educación Primaria (11,7±0,4 años) de la ciudad de Logroño. Fueron seleccionados 372 alumnos aleatoriamente de entre los 31 centros de la ciudad, de los que 329 aceptaron tomar parte en el estudio (88,4%). Se excluyó del análisis a 11 alumnos que no completaron los cuestionarios correctamente, quedando 318 escolares. Se requirió el consentimiento informado de sus padres o tutores.
Por otro lado, se solicitó la colaboración de los equipos directivos de las escuelas (19 de carácter público y 12 concertadas). La investigación se llevó a cabo durante los meses de febrero a mayo del 2012. Todos los participantes tomaron parte de manera voluntaria, respetando el acuerdo sobre ética de investigación de Helsinki. El Comité Ético de Investigación Clínica de La Rioja aprobó el estudio.
Medidas antropométricasLos propios participantes informaron de su sexo y fecha de nacimiento mediante cuestionario. Las medidas antropométricas fueron tomadas siguiendo el protocolo establecido por la Sociedad Internacional para el Avance de la Cineantropometría12 y por un único evaluador, acreditado como nivel ii por la citada entidad. El peso se determinó con una balanza SECA (713, Hamburg, Alemania), con una precisión de 0,1kg. Para la talla se empleó un tallímetro Holtain (Holtain Ltd., Dyfed, Reino Unido), con una precisión de 1mm. El sobrepeso y la obesidad fueron definidos de acuerdo con los criterios internacionales13. El perímetro de cintura fue medido con una cinta de acero flexible Lufkin (Lufkin W606 PM, Michigan, EE. UU.) de 0,1cm de precisión. Se midieron los pliegues cutáneos de tríceps y subescapular con un plicómetro Holtain (Holtain Ltd., Crosswell, Reino Unido), con una precisión de 0,2mm y una presión constante de 10g/mm2. El porcentaje de masa grasa se estimó mediante las ecuaciones de Slaugther et al.14.
Nivel de actividad físicaLos alumnos completaron el cuestionario Physical Activity Questionnaire for Older Children (PAQ-C), validado y adaptado al idioma español15. El cuestionario pretende valorar la práctica moderada a vigorosa de los últimos 7 días. Se compone de 9 preguntas que tratan sobre el tipo de actividad física y la frecuencia con la que se realizó en diferentes momentos del día. De las respuestas, se obtiene una puntuación del uno al 5, siendo mayor cuanto más activo es el niño. Además, se preguntó a los alumnos por las horas de ejercicio físico diario fuera del horario escolar y por el tiempo dedicado a la televisión, el ordenador o los videojuegos. Todos los cuestionarios fueron administrados de forma guiada por un investigador entrenado y bajo la supervisión de 3 colaboradores que aseguraban la comprensión por parte de los participantes.
Adherencia a la dieta mediterráneaEsta se determinó mediante el cuestionario KidMed16. El mismo se compone de 16 ítems que hacen referencia a patrones alimentarios mediterráneos, de modo que aquellos que se relacionan negativamente con la dieta mediterránea se puntúan con un –1 (p. ej., tomar dulces varias veces al día), mientras que los que lo hacen de manera positiva se puntúan con un +1 (p. ej., consumir fruta diariamente). Así, se obtiene una puntuación final entre –4 y 12, considerándose que la adherencia a los patrones mediterráneos es alta (≥ 8), media (4-7) o baja (≤ 3).
Variables contextuales de las escuelasEn cada escuela, un miembro del equipo directivo completó un cuestionario validado sobre las características contextuales de la misma17. Dicho cuestionario consta de 21 preguntas referentes a las características sociodemográficas de la escuela, los programas de promoción de la salud que desarrolla, la formación de su personal en este ámbito, la concreción de las medidas de promoción, el entorno alimenticio, el estado de las instalaciones y el acceso a las mismas, el fomento de la práctica física escolar y extraescolar, y las necesidades o propuestas de mejora percibidas.
Análisis estadísticoLas variables cuantitativas se presentan con la media ± desviación típica, mientras que las cualitativas según su distribución de frecuencias. La normalidad de los datos fue analizada usando el test de Kolmogorov-Smirnov. Las comparaciones de los valores cuantitativos se realizaron mediante la prueba t de Student o U de Mann-Whitney, en función de si la distribución de los datos era normal o no, respectivamente. Los datos fueron analizados con el programa estadístico IBM-SPSS versión 21,0 para Windows. El nivel de significación se estableció en 0,05.
ResultadosLas tablas 1 y 2 recogen los resultados más relevantes del cuestionario completado por los equipos directivos. La mayoría de los centros participaba en programas de nutrición y/o actividad física, aunque solo parte de su profesorado había recibido formación al respecto (el 16,1 y el 38,7%, respectivamente). Las directrices destinadas a la promoción de la salud no solían reflejarse en el Proyecto Educativo de Centro y menos de la mitad de las escuelas organizaba algún tipo de práctica física en el horario del recreo (48,4%) o del almuerzo (22,6%) escolar. En este sentido, la mejora de los materiales y los espacios exteriores (con cerca de un 80% considerándolo importante o muy importante), y la implicación de familias y alumnos (con valores en torno al 90%) fueron los aspectos más valorados a fin de aumentar la actividad física de los mismos.
Características de los centros relacionadas con la promoción de la salud (porcentajes)
Sí | No | |
---|---|---|
En los últimos 3 años, ¿en qué programas o proyectos ha participado el centro? | ||
Red de Escuelas para la Salud en Europa | 9,7 | 93,3 |
Programa de actividad física | 61,3 | 38,7 |
Programa de nutrición | 77,4 | 22,6 |
¿Ha proporcionado el centro durante los 3 últimos años algún tipo de formación para el profesorado en alguno de los siguientes ámbitos? | ||
Nutrición | 16,1 | 83,9 |
Actividad física | 38,7 | 61,3 |
Directrices escritas | Directrices no escritas | No | |
---|---|---|---|
¿Ha adoptado el centro alguna actuación para reducir (3 primeros ítems) o aumentar (2 últimos ítems) el consumo de las siguientes comidas y bebidas durante el horario escolar? | |||
Dulces | 25,8 | 64,5 | 9,7 |
Refrescos | 16,1 | 61,3 | 22,6 |
Aperitivos | 12,9 | 51,6 | 35,5 |
Frutas | 22,6 | 74,2 | 3,2 |
Verduras | 22,6 | 58,1 | 19,4 |
¿Ha adoptado el centro alguna actuación para aumentar la actividad física en el horario escolar? | |||
Act. física | 25,8 | 38,7 | 35,5 |
No | 2-3 d/m | 1-2 d/s | 3-5 d/s | |
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Número de clases extracurriculares de Educación Física que el centro ofrece por semana: | ||||
45,2 | 9,7 | 32,3 | 12,9 | |
¿Organiza el centro actividades físicas? | ||||
En el almuerzo | 77,4 | 9,7 | 3,2 | 9,7 |
En el recreo | 51,6 | 25,8 | 9,7 | 12,9 |
Tras el horario escolar | 41,9 | 3,2 | 25,8 | 29,0 |
Factores influyentes en los niveles de actividad física del alumnado (porcentajes)
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |
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¿Cuáles serían los cambios más importantes que ayudarían a aumentar el nivel de actividad física del alumnado del centro (siendo el 1 irrelevante y el 5 muy importante)? | |||||
Mayores recursos económicos | 3,2 | 3,2 | 19,4 | 54,8 | 19,4 |
Mejora del espacio exterior | 3,2 | 12,9 | 6,5 | 61,3 | 16,1 |
Más espacio cubierto para actividades físicas | 3,2 | 16,1 | 12,9 | 38,7 | 29,0 |
Más instalaciones en los alrededores | 3,2 | 6,5 | 29,0 | 45,2 | 16,1 |
Más/mejores materiales | 3,2 | 3,2 | 16,1 | 61,3 | 16,1 |
Mayor implicación del personal del centro | 3,2 | 3,2 | 16,1 | 61,3 | 16,1 |
Mayor implicación de los padres/madres/tutores | 3,2 | 0,0 | 9,7 | 48,4 | 38,7 |
Mayor implicación del alumnado | 3,2 | 3,2 | 3,2 | 51,6 | 38,7 |
Más tiempo estructurado destinado a la actividad física | 0,0 | 0,0 | 19,4 | 58,1 | 22,6 |
Mejor preparación del personal del centro | 3,2 | 6,5 | 25,8 | 58,1 | 6,5 |
Mayores recursos para la supervisión | 6,5 | 3,2 | 41,9 | 41,9 | 6,5 |
Creciente prioridad en los objetivos de las autoridades | 6,5 | 0,0 | 22,6 | 48,4 | 22,6 |
Por su parte, la tabla 3 muestra las características principales de la muestra de escolares en función del sexo, prestando especial interés a las cuestiones relacionadas con sus hábitos de práctica. Los chicos reportaron niveles significativamente mayores que las chicas en todos los ítems referentes a la actividad física (p<0,05), excepto a la hora de la comida y entre las 18 y las 22 h de la tarde. De igual modo, tampoco se encontraron diferencias significativas en cuanto a las horas diarias frente a la pantalla.
Características de los escolares en función del sexo
Chicos(n=160) | Chicas(n=158) | |
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Edad (años) | 11,71±0,37 | 11,77±0,37 |
Índice de masa corporal (kg/m2) | 19,70±3,49 | 19,47±2,75 |
Perímetro de cintura (cm) | 67,02±7,67** | 64,17±6,12 |
Porcentaje graso | 24,11±11,69* | 25,04±7,62 |
Puntuación Kidmed | 7,12±1,95 | 7,22±1,70 |
Puntuación global PAQ-C | 3,16±0,55*** | 2,81±0,52 |
Actividades y deportes realizados | 1,78±0,37*** | 1,65±0,34 |
En Educación Física | 4,24±0,78*** | 3,91±0,91 |
En el recreo escolar | 4,17±0,91*** | 3,25±1,13 |
Antes y/o después de comer | 2,14±1,21 | 1,89±1,15 |
Hasta las 18 h de la tarde | 3,18±1,26* | 2,84±1,13 |
De 18 a 22 h de la tarde | 2,99±1,18 | 2,95±1,12 |
El fin de semana | 3,25±1,06** | 2,92±1,00 |
En el global de la semana | 3,34±0,97*** | 2,89±1,00 |
Los diferentes días de la semana | 3,30±0,69*** | 2,97±0,65 |
Horas de ejercicio físico diario fuera del horario escolar | 1,58±0,74*** | 1,23±0,69 |
Horas diarias de televisión, ordenador y videojuegos | 1,60±0,93 | 1,55±0,81 |
KIDMED: puntuación en el cuestionario de adherencia a la dieta mediterránea; media ± DE; PAQ-C: puntuación en el cuestionario de actividad física.
La relación entre las variables individuales y contextuales se recoge en la tabla 4. En la misma se reflejan únicamente aquellos aspectos relacionados con la promoción de la salud de la escuela que influyeron sobre alguno de los indicadores de salud de los participantes. De esta manera, aquellos alumnos cuyos maestros recibieron formación en nutrición en los últimos años registraron mayores niveles de actividad física (p=0,010), mayor adhesión a la dieta mediterránea (p=0,020) y menos horas diarias frente a la pantalla (p=0,016) que sus pares cuyos maestros no recibieron dicha formación. Por otro lado, los escolares que asistían a escuelas con directrices, escritas o no, destinadas a aumentar el consumo de frutas y verduras reportaron una mayor adhesión a los patrones de alimentación mediterráneos (p=0,017) y un menor número de horas diarias frente a la pantalla (p=0,023). Por último, en lo referente al entorno físico, cabe destacar que aquellos alumnos cuyos centros contaban con pistas deportivas, bien en el terreno escolar o en los alrededores cercanos, registraron mayores niveles de práctica física que quienes no contaban con dichas facilidades (p=0,023).
Influencia del entorno escolar sobre las variables individuales de los escolares
N | IMC (kg/m2) | PC (cm) | % graso | PAQ-C | Horas TV, PC… | KIDMED | |
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Profesorado formado en nutrición en los últimos 3 años | |||||||
No | 248 | 19,57±3,19 | 65,67±7,22 | 24,69±9,99 | 2,95±0,58 | 1,63±0,86 | 7,05±1,91 |
Sí | 70 | 19,54±2,77 | 65,29±6,14 | 23,73±9,06 | 3,12±0,51 | 1,37±0,90 | 7,61±1,60 |
p valor | 0,861 | 0,825 | 0,536 | 0,010* | 0,016* | 0,020* | |
Centros con directrices para aumentar el consumo de frutas y verduras | |||||||
No | 55 | 19,08±3,22 | 64,88±7,18 | 24,32±10,38 | 2,92±0,61 | 1,82±0,88 | 6,56±2,03 |
Sí | 263 | 19,66±3,07 | 65,74±6,97 | 24,52±9,69 | 3,00±0,56 | 1,53±0,86 | 7,30±1,80 |
p valor | 0,119 | 0,355 | 0,721 | 0,213 | 0,023* | 0,017* | |
Acceso a canchas deportivas para distintos deportes | |||||||
No | 48 | 19,76±3,50 | 65,77±7,67 | 24,90±9,89 | 2,84±0,57 | 1,52±0,77 | 7,15±1,56 |
Sí | 270 | 19,53±3,03 | 65,56±6,89 | 24,42±9,79 | 3,01±0,56 | 1,59±0,89 | 7,18±1,91 |
p valor | 0,994 | 0,909 | 0,809 | 0,023* | 0,521 | 0,726 |
IMC: índice de masa corporal; KIDMED: puntuación en el cuestionario de adherencia a la dieta mediterránea; media ± DE; PAQ-C: puntuación en el cuestionario de actividad física; PC: perímetro de cintura.
Los resultados indicaron que, aunque muy pocos centros están integrados en la Red de Escuelas para la Salud en Europa, o Schools for Health in Europe network (red SHE), la mayoría desarrollaban proyectos relacionados con la nutrición y la actividad física. Sin embargo, a pesar de que uno de los pilares fundamentales del éxito de estos programas es la formación de quienes los llevan a cabo18, observamos que los profesores recibieron una preparación específica en menos de la mitad de las escuelas. Según un estudio realizado sobre maestros participantes en estos programas, otro factor fundamental para el éxito es que estén integrados en los objetivos o las líneas de actuación del centro19. No obstante, en las escuelas analizadas, las intervenciones para reducir alimentos no saludables o incrementar los hábitos saludables respondieron en su mayoría a directrices no recogidas en el Proyecto Educativo de Centro. Estas tendencias fueron similares a las encontradas en investigaciones previas en nuestro país20 y a las del estudio Health Behaviour in School-aged Children, realizado en 364 centros educativos de todo el territorio nacional en 200621.
Más de la mitad de los centros organizaban actividades físico-deportivas por la tarde, una vez terminado el horario escolar, pero ese porcentaje disminuía notablemente al tratarse del horario del recreo o del almuerzo. En cuanto a los factores determinantes de la actividad física del alumnado, los equipos directivos destacaron la implicación de padres y alumnos, y la mejora de espacios, materiales y actividades. Con respecto a la implicación de padres y alumnos, un reciente proyecto de promoción de la salud, desarrollado en 12 escuelas del noreste de España, obtuvo resultados positivos basando su estrategia en la opinión de los mismos, a través de comisiones que se reunían periódicamente22. En referencia al segundo factor destacado, estudios previos identificaron mayores niveles de práctica física en aquellas escuelas en las que existían instalaciones, políticas y oportunidades destinadas al incremento de dichos niveles. Así, los chicos que asistían a escuelas con una alta puntuación en los citados aspectos realizaban un 53% más de actividad física en horario escolar que sus pares en escuelas con baja puntuación, mientras que en el caso de las chicas, el porcentaje ascendía hasta el 62% en su tiempo libre23.
En cuanto a los niveles de práctica, los participantes mostraron mayores valores entre los chicos, tal y como ya se había constatado anteriormente en alumnos de edades similares (p<0,001)24. Estas diferencias entre géneros fueron especialmente acusadas en el global de la semana y en momentos puntuales del día, como en los recreos escolares. Aunque algunos autores apuestan por aprovechar esos recreos para fomentar la práctica física25, esas diferencias ya se habían constatado con anterioridad, con un mayor porcentaje de chicos participando en actividad física vigorosa y un menor porcentaje haciéndolo en actividades sedentarias (p<0,001 en ambos casos)26. No obstante, investigaciones previas reportaron beneficios similares para ambos sexos aun con menores niveles de práctica reportados por las chicas27, lo que podría indicar un ajuste de las recomendaciones de actividad física en función del género.
A pesar de que estudios recientes han relacionado el entorno vecinal (acceso a parques, presencia de establecimientos de comida rápida…) con la composición corporal de sus habitantes28,29, la bibliografía no es unánime en cuanto al contexto escolar, aunque sí encuentra influencias sobre los hábitos de los alumnos6. En este sentido, los estudios previos muestran que aquellas intervenciones que combinaron aspectos educacionales y ambientales resultaron ser más eficaces30. Este hecho quedó patente en nuestro país mediante un estudio nacional en el que la actividad física de los escolares se asoció de forma directa a las políticas de promoción de las escuelas a las que asistían, de modo que el 47,4% de los alumnos cumplían las recomendaciones de actividad en las escuelas con un alto nivel de promoción de práctica física, por tan solo un 33,1% en las de bajo nivel31.
En nuestro estudio, los alumnos cuyos centros contaban con pistas polideportivas reportaron mayores niveles de actividad física que aquellos que no contaban con dichas instalaciones. Las asociaciones entre los entornos favorecedores y la práctica física ya se habían estudiado anteriormente. El acceso a campos de juego tras el horario escolar se relacionó con la cantidad de actividad física total en jóvenes estadounidenses (p=0,016)32. En la misma línea, la práctica física de carácter moderado o vigoroso también se vio influida por el entorno físico de la escuela en niños canadienses (p<0,005)33. Sin embargo, en ninguno de estos estudios se hallaron asociaciones con la composición corporal, coincidiendo con una reciente revisión que no encontró resultados concluyentes entre la disponibilidad/adecuación de pistas polideportivas y el índice de masa corporal de los escolares34.
Por último, aquellos alumnos cuyos maestros fueron formados en nutrición, no solo registraron una mayor adhesión a la dieta mediterránea, sino también un mayor nivel de actividad física y un menor número de horas diarias frente a la pantalla. Este hecho podría explicarse mediante las asociaciones encontradas entre los hábitos sedentarios, de práctica física y de alimentación5. De manera similar, aquellos escolares en cuyas escuelas existían directrices, escritas o no, sobre el consumo de frutas y verduras, también reportaron menos horas diarias frente a la pantalla y una mayor adherencia a la dieta mediterránea, lo que demuestra la influencia de la coordinación del personal del centro. Las enseñanzas e indicaciones que los alumnos reciben sobre su dieta resultan importantes en la medida en que el entorno alimenticio se asoció con la composición corporal de los escolares35.
Los resultados obtenidos destacan la importancia que las escuelas poseen sobre los hábitos de vida, la prevención del sobrepeso y la obesidad y, por tanto, la salud futura de nuestros jóvenes.
Fortalezas y limitacionesNuestra investigación relacionó la promoción de la salud fomentada en todos los centros de Educación Primaria de la ciudad con diferentes variables individuales de una muestra representativa de sus escolares. El estudio contó con una serie de limitaciones. La falta de medidas objetivas en la valoración de la dieta, la actividad física y el entorno escolar podrían conllevar una sobreestimación o subestimación de los resultados. No obstante, todos los cuestionarios empleados han demostrado una alta fiabilidad y validez, habiendo sido empleados en múltiples estudios previamente. Por otro lado, el carácter transversal de la investigación hace que no se puedan obtener relaciones de causalidad en las asociaciones observadas, por lo que más estudios longitudinales y, especialmente, de intervención son requeridos en este sentido.
ConclusionesEn su mayoría, las escuelas desarrollaban programas de promoción de la salud, aunque con aspectos mejorables, como la formación del profesorado o la promoción de la práctica física en horario escolar. A pesar de ello, algunos elementos como la formación y coordinación del profesorado o la disposición de pistas polideportivas se relacionaron positivamente con los hábitos de actividad física y alimentación de los alumnos, incidiendo así sobre su salud. Dada la edad de los escolares y el contacto continuo e intensivo de los mismos con la escuela, esta se erige como un escenario propicio de promoción de la salud. Por ello, las administraciones sanitaria y educativa deberían colaborar estrechamente para favorecer la creación de entornos saludables en los propios centros escolares.
FinanciaciónEl estudio fue parcialmente financiado por el Instituto de Estudios Riojanos del Gobierno de La Rioja.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Al Instituto de Estudios Riojanos del Gobierno de La Rioja, por financiar parcialmente el estudio. A las Consejerías de Salud y Educación del Gobierno de La Rioja, por su apoyo a la investigación. A los maestros y directivos de todos los centros educativos de primaria de Logroño, por su aceptación y buen trato. A los escolares y familias que tomaron parte en el estudio, por su predisposición y colaboración.