En el marco del XIX Congreso Latinoamericano de Pediatría realizado en Punta Cana en septiembre 2022, la Asociación Latinoamericana de Pediatría (ALAPE) presentó la Declaración para la Prevención de Enfermedades Crónicas no Transmisibles (ENT), a la cual adhirieron sus filiales –entre ellas la Asociación Española de Pediatría (AEP)– con el compromiso de cumplimentar las estrategias propuestas en sus enunciados1.
Las ENT constituyen la primera causa de muerte en el mundo, significan un gran costo en la salud pública y un gran desafío para el desarrollo de las personas y las comunidades. Las enfermedades cardiovasculares (ECV), diabetes (DBT), hipertensión arterial, cáncer, trastornos inmunológicos y conductuales, son las más relevantes2.
Datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)/Organización Mundial de la Salud (OMS) refieren que las ENT son responsables de 71% de las muertes anuales y representan la principal causa de muerte prematura, en menores de 70 años3.
El principal factor de riesgo de estas enfermedades es la obesidad, cuya tendencia está en aumento a nivel mundial, con niveles de sobrepeso y obesidad que rondan 33,6% de los niños, niñas y adolescentes de cinco a 19 años.
Fuerte evidencia científica de las últimas décadas demuestra que la susceptibilidad a padecer ENT en el curso de la vida depende de factores ambientales adversos actuando desde etapas tempranas del desarrollo, incluso en etapas preconcepcionales y los primeros mil días de vida4.
Esta condición modifica la programación fetal induciendo respuestas de adaptación epigenética que genera alteraciones anatómicas y funcionales, expresando fenotipos con una mayor susceptibilidad para desarrollar ENT. Dichas marcas epigenéticas pueden afectar a las siguientes generaciones por herencia transgeneracional.
Este conocimiento es la base del concepto Developmental Origins of Health and Disease (DOHaD), acrónimo en inglés de los Orígenes de la Salud y Enfermedad en el Desarrollo5.
En su declaración, ALAPE destaca la importancia de un cuidado adecuado y sensible, la promoción de la lactancia materna, incorporación de la alimentación oportuna y perceptiva, la promoción de entornos seguros, libres de violencia y tóxicos ambientales y la necesidad de capacitar al equipo de salud y educar a la comunidad, entre otras estrategias encaminadas a promover un desarrollo saludable y disminuir la carga de las enfermedades no transmisibles.
Tenemos la convicción de que la aplicación de estas estrategias con acciones interdisciplinarias e intersectoriales sostenidas en el tiempo contribuirán a construir un mejor estado de salud y a disminuir la carga de las enfermedades no transmisibles. Estará acorde además con la Agenda de Salud Sostenible para las Américas 2030 (ASSA 2030) y las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Al ser el pediatra el médico de cabecera del niño y adolescente y quien orienta a las familias, tiene una posición de privilegio para brindar un consejo oportuno que contribuya a disminuir el riesgo de padecer una ENT en el curso de la vida de su paciente, cimentando un camino saludable también para las futuras generaciones.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.