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Vol. 95. Núm. 1.
Páginas 49-51 (Julio 2021)
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CARTA CIENTÍFICA
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Estudio de seguimiento del prematuro tardío en un centro de atención primaria. ¿Cuál es la realidad de esta población?
Follow-up study of late premature infants in a primary care centre; what is the reality of this population?
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Marta Marín Andrés
Autor para correspondencia
marta_marin91@hotmail.com

Autor para correspondencia.
, Laura Sala Fernández, María Isabel Moneo Hernández, Juan José Lasarte Velillas
Centro de Salud «Torre Ramona», Zaragoza, España
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El número de partos prematuros tardíos (nacimiento entre las 34 y las 36 semanas) está incrementándose en los últimos años, suponiendo más del 70% de todos los partos prematuros. Los prematuros tardíos además de alteraciones en la esfera del neurodesarrollo, presentan un mayor riesgo de infecciones, fallo de medro, problemas respiratorios, mayores tasas de hospitalización y menores tasas de lactancia materna1–4.

La Sociedad Española de Neonatología, en colaboración con la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, publicó en 2017 unas recomendaciones de seguimiento de los prematuros tardíos con el objetivo de disminuir el impacto de la prematuridad2. El objetivo es analizar las comorbilidades detectadas en una población de prematuros tardíos seguidos en un centro de atención primaria.

Se realiza un estudio descriptivo retrospectivo en el que se incluyen a todos los nacidos entre enero de 2007 y octubre de 2019, con el antecedente de prematuridad tardía, que fueran controlados en un centro de salud de medio urbano con una población de 2844 niños menores de 15 años a fecha de septiembre de 2019.

Entre enero de 2007 y octubre de 2019 se registraron en el centro de salud 1782 nacimientos, de los cuales el 95,7% (n=1707) fueron recién nacidos a término, el 8,9% (n=159) prematuros tardíos y el 2,5% (n=44) prematuros menores de 34 semanas de edad gestacional. Dentro del grupo de recién nacidos prematuros (n=203) los prematuros tardíos representan el 78%.

En total se incluyeron 136 casos (4,7% de la población pediátrica atendida en el centro de salud en ese periodo de tiempo). El 60,3% fueron varones. El 19,1% (n=26) nacieron en la semana 34, el 23,5% (n=32) en la semana 35 y el 57,4% (n=78) en la semana 36. El 25,7% (n=35) de los casos no recibieron lactancia materna. El 26% (n=4) eran nacidos en la semana 34, el 11% (n=4) nacidos en la semana 35 y el 63% (n=22) nacidos en la semana 36 (p=0,119). Dentro de los que recibieron lactancia materna la media de meses de lactancia materna exclusiva o mixta fue 4,2 (IC95% 3,7 a 4,7) (SD=5,58) en el global de la población y 6 (IC95% 5,6 a 6,6) (SD=5,85) tras excluir a aquellos pacientes que no recibieron lactancia materna. El 33,8% (n=46) de los casos precisó ingreso en el periodo neonatal. Del total de ingresos el 47,8% (n=22) eran nacidos en la semana 36 de gestación, el 23,9% (n=11) en la semana 35 y el 28,2% (n=13) en la semana 34. El 50% de los nacidos en la semana 34 ingresó frente al 34,3% y al 28,2% de los nacidos en la semana 35 y 36, respectivamente (p=0,126). En la figura 1 se recogen los motivos de ingreso.

Figura 1.

Motivos de ingreso en periodo neonatal en la población de prematuros tardíos (n=46).

(0,07MB).

Recibían seguimiento en atención temprana el 6,6% (n=9) y en rehabilitación el 3,67% (n=5). El 50% (n=7) de los pacientes controlados en atención temprana y/o rehabilitación habían precisado ingreso en periodo neonatal.

En cuanto a las alteraciones sensoriales, el 9,55% (n=13) presentaban dificultades visuales en forma de astigmatismo (n=8), hipermetropía (n=3), miopía (n=2), estrabismo (n=2), y retinopatía del prematuro (n=1). No se registraron problemas en la audición.

El 15,4% (n=21) presentó algún problema en el neurodesarrollo. El 19% (n=4) de los cuales eran nacidos en la semana 34, el 19% (n=4) nacidos en la semana 35 y el 62% (n=13) nacidos en la semana 36 (p=0,860). Del total de casos con alteraciones en el neurodesarrollo, el 57% (n=12) habían precisado ingreso en periodo neonatal frente al 43% (n=9) que no ingresaron (p=0,014). El 28,5% (n=10) de los pacientes que no recibieron lactancia materna (n=35) presentaban alteraciones en el neurodesarrollo frente al 10,9% (n=11) de los pacientes que recibieron lactancia materna (n=101) (p=0,013). En la figura 2 se recogen los diagnósticos registrados entre los prematuros tardíos con trastornos del neurodesarrollo.

Figura 2.

Distribución de diagnósticos detectados entre los prematuros tardíos con trastornos del neurodesarrollo (n=46). TDAH: trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad.

(0,07MB).

En nuestra serie los prematuros tardíos representan el 78% del total de recién nacidos prematuros, una tasa similar a la descrita en la literatura. Tradicionalmente la población de prematuros tardíos no se ha incluido en la mayoría de los protocolos de seguimiento de prematuros. Sin embargo, el parto prematuro tardío también condiciona una mayor vulnerabilidad y morbilidad sobre todo a nivel del neurodesarrollo. Varios estudios resaltan que en comparación con el grupo de niños a término, los prematuros tardíos tienen casi el doble de riesgo de presentar dificultades en el desarrollo neurológico, con un menor rendimiento en el área de la comunicación, el desarrollo cognitivo, aprendizaje y comportamiento, presentando incluso trastornos psiquiátricos en la edad adulta y un nivel educativo más bajo1,5. En nuestra muestra en torno al 15% de los prematuros tardíos presentaba algún problema en el neurodesarrollo. En nuestra serie únicamente el 6,6% de los pacientes recibían seguimiento en atención temprana y el 3,6% en rehabilitación a pesar de tratarse de una población con mayor riesgo de problemas en el neurodesarrollo. La variabilidad en la práctica profesional, la falta de criterios de derivación uniformes sumado a largas listas de espera en unidades como atención temprana, podrían justificar la baja tasa de seguimiento de estos pacientes, sobre todo en aquellos con alteraciones leves del neurodesarrollo que puedan incluso considerarse variantes de la normalidad. A pesar de ello, esta baja tasa de seguimiento en atención temprana y rehabilitación hace plantearse la necesidad de concienciar a los profesionales sanitarios sobre la importancia del seguimiento neurológico estrecho en estos pacientes.

Varios estudios han evaluado la asociación entre la lactancia materna y el desarrollo cognitivo infantil6. En nuestra casuística cerca del 30% de los pacientes que no recibieron lactancia materna presentaban alteraciones en el neurodesarrollo frente al 10% de los pacientes que sí recibieron siendo esta diferencia estadísticamente significativa. Destaca que en la serie de prematuros tardíos el 25% no recibieron lactancia materna frente al 4,5% descrito en otros estudios.

El conocimiento de los problemas más frecuentes de esta población, la promoción de la lactancia materna y la implementación de los programas de seguimiento del prematuro tardío resultan fundamentales para realizar diagnósticos e intervenciones precoces para minimizar las posibles secuelas.

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